viernes, 17 de enero de 2020

Acupuntura (PDQ®)–Versión para profesionales de salud - Instituto Nacional del Cáncer

Acupuntura (PDQ®)–Versión para profesionales de salud - Instituto Nacional del Cáncer

Instituto Nacional Del Cáncer



Acupuntura (PDQ®)–Versión para profesionales de salud

Aspectos generales

Este sumario de información sobre cáncer proporciona una visión general sobre la práctica de la acupuntura como tratamiento para las personas con cáncer o trastornos relacionados con este. En este sumario, se incluye una breve historia de la práctica de la acupuntura, una revisión de estudios con animales y de laboratorio, los resultados de observaciones y ensayos clínicos, y los posibles efectos secundarios del tratamiento con acupuntura. La información que se presenta en algunas secciones del sumario también se puede encontrar en los cuadros al final de esas secciones.
Este sumario contiene la siguiente información clave:
Muchos de los términos médicos y científicos en este sumario tienen un enlace al Diccionario de cáncer del NCI la primera vez que se mencionan en cada sección. Este diccionario se orienta a personas sin conocimientos especializados. Al pulsar sobre un término con un enlace, aparece la definición en una ventana separada.
Las referencias bibliográficas citadas en los sumarios de información sobre el cáncer del PDQ pueden tener enlaces a otros sitios de Internet gestionados por individuos u organizaciones con el propósito de comercializar o promover el uso de tratamientos o productos específicos. Estas referencias bibliográficas se ofrecen solo con fines informativos. Su inclusión no se debe interpretar como aprobación del contenido de las páginas de Internet ni de ningún tratamiento o producto por parte del Consejo editorial del PDQ sobre terapias integrales, alternativas y complementarias, o del Instituto Nacional del Cáncer.

Información general

La acupuntura, una terapia complementaria utilizada para el manejo de síntomas,[1-4] se usa en el entorno clínico para tratar los síntomas relacionados con el cáncer y los efectos secundarios de los tratamientos del cáncer; también se usa para aumentar el recuento sanguíneo e intensificar la actividad de los linfocitos y las células citolíticas naturales (CN). En el entorno del tratamiento del cáncer, su aplicación principal es el tratamiento sintomático; los síntomas que se tratan con mayor frecuencia son el dolor producido por el cáncer,[4,5] las náuseas o los vómitos (N/V) causados por la quimioterapia,[6,7] y otros síntomas que afectan la calidad de vida del paciente, como pérdida de peso, ansiedaddepresióninsomnio, inapetencia, fatigaxerostomíasofocos , neuropatía periférica causada por la quimioterapia, síntomas gastrointestinales (estreñimiento y diarrea) e íleo posoperatorio.[8-10] La acupuntura es aceptable e inocua en los niños.[11,12]
Los pacientes de cáncer son propensos a recibir acupuntura para controlar los síntomas. En un estudio transversal de sobrevivientes de cáncer de mama realizado en 2018, se observó que un porcentaje igual de pacientes preferían la acupuntura versus medicamentos para controlar el dolor.[13] La barrera más común que enfrentaron los pacientes para usar la acupuntura fueron la falta de conocimiento sobre la acupuntura, las preocupaciones sobre la ausencia de cobertura del seguro, el costo y la dificultad para encontrar acupunturistas calificados. Para que la acupuntura se vuelva parte del estándar de atención de los pacientes de cáncer, es necesario intensificar la educación sobre el tema, mejorar la cobertura de los seguros y el acceso a acupunturistas calificados.[14]
Más de 40 estados y el Distrito de Columbia tienen leyes que regulan la práctica de la acupuntura. La National Certification Commission for Acupuncture and Oriental Medicine ofrece exámenes nacionales de certificación para los profesionales de la acupuntura y la medicina tradicional china (MTC) (www.nccaom.orgNotificación de salida); la mayoría de los estados, aunque no todos, exige esta certificación. En Estados Unidos, funcionan más de 50 facultades e instituciones de educación superior de acupuntura y medicina oriental, muchas de las cuales ofrecen programas de maestría y están acreditadas por la Accreditation Commission for Acupuncture and Oriental Medicine (ACAOM) o esta les ha concedido condición de candidatos para dicha acreditación. Las normas de la ACAOM para un grado de maestría exigen cumplir con un programa de tres años (aproximadamente 2000 horas de estudio) para acupuntura y un programa de cuatro años para medicina oriental, que incluye acupuntura y terapia herbaria (www.ACAOM.orgNotificación de salida). En los últimos años, algunas facultades han comenzado a ofrecer programas de Doctor of Acupuncture and Oriental Medicine, que incluyen 1200 horas adicionales de formación doctoral clínica. En los programas de estas facultades, se incorpora algún tipo de capacitación en medicina occidental, incluso el estudio de anatomía, fisiología y técnicas de higiene de agujas. También hay programas de formación de posgrado en acupuntura médica para médicos. En los Estados Unidos, la legislación de cada estado regula la capacitación necesaria para obtener la licencia de acupuntor. Dado que los requisitos de formación y concesión de licencias para la práctica de la acupuntura varían de un estado a otro, se debe obtener información concreta en cada consejo estatal de acupuntura (u otro organismo correspondiente) (www.nccaom.orgNotificación de salida). Los rembolsos de terceros también varían de un estado a otro. Algunas compañías de seguros cubren total o parcialmente los tratamientos de acupuntura. Por lo general, los seguros médicos federales, como Medicare y Medicaid, no rembolsan el costo del tratamiento de acupuntura.
La acupuntura se ha practicado en China y otros países asiáticos por más de 4000 años.[15-17] En China, la acupuntura es parte de un sistema de MTC de conocimientos médicos tradicionales y se practica junto con otras modalidades de tratamiento, como medicina herbariatui na (masaje y acupresión), ejercicio mente/cuerpo (por ejemplo, qigong y tai chi) y dietoterapia.[18,19] En los Estados Unidos, se practican varios estilos diferentes de acupuntura además de la MTC. Estos incluyen acupuntura japonesa (por ejemplo, terapia de meridianos), acupuntura inglesa (por ejemplo, acupuntura de cinco elementos o acupuntura tradicional), acupuntura francesa (por ejemplo, acupuntura energética francesa), acupuntura coreana (por ejemplo, acupuntura constitucional) y acupuntura médica estadounidense. La mayoría de estas prácticas se derivan de la filosofía y las prácticas de la medicina china clásica y se fundamentan en la idea de que el cuerpo humano se debe percibir y tratar como un todo, y como parte de la naturaleza; la salud es el resultado de la armonía entre las funciones corporales, entre el cuerpo y la naturaleza, y la enfermedad se presenta cuando se altera esa armonía. Las intervenciones terapéuticas de la MTC, incluso la acupuntura, sirven para restaurar el estado de armonía.
La acupuntura se relaciona estrechamente con la teoría china de los meridianos. De acuerdo con esta teoría, hay 12 meridianos primarios o canales, y otros ocho meridianos; cada uno sigue un curso a lo largo del cuerpo en una dirección particular. Una energía vital, conocida como qi, fluye a través de estos meridianos y participa en la regulación homeostática de distintas funciones corporales. A lo largo de los meridianos, hay aproximadamente 360 puntos que sirven, a su vez, como signos patognomónicos de un trastorno y como locus para los tratamientos de acupuntura.[17,20] Cuando se obstruye el flujo normal de energía a lo largo de un meridiano (por ejemplo, como resultado de una lesión en el tejido o un tumor), se producen dolor u otros síntomas. Según la medicina china el propósito de la terapia de acupuntura es normalizar el flujo de energía, y así aliviar los síntomas mediante la estimulación de sitios específicos (puntos de acupuntura) en los meridianos.[21] En el tratamiento con acupuntura, se introducen agujas de acero inoxidable, por lo general de 0,22 a 0,25 mm de diámetro, en los puntos de acupuntura correspondientes para estimular los meridianos afectados. Durante un tratamiento de acupuntura, el paciente siente la estimulación con aguja, conocida como sensación de qi, que le puede producir pesadez, adormecimiento u hormigueo. La duración y la frecuencia del tratamiento varían de acuerdo con la afección tratada. A menudo, se administra un curso de tratamiento para tratar los síntomas o los efectos secundarios del cáncer durante múltiples sesiones semanales.[22] Las agujas se suelen dejar en su lugar durante 15 a 30 minutos después de la inserción, y sus efectos se pueden aumentar mediante estimulación manual o eléctrica, o calor (por ejemplo, moxibustión o lámparas térmicas).
Las técnicas clásicas de la acupuntura son punción, moxibustión y aplicación de ventosas. La acupresión, uso de dedos o dispositivos mecánicos para aplicar presión sobre los puntos de acupuntura, se basa en los mismos principios de la acupuntura. La moxibustión es un método en el que se quema una hierba (Artemisia vulgaris) encima de la piel o en un punto de acupuntura con el fin de calentarlo para aliviar los síntomas. La aplicación de ventosas promueve la circulación sanguínea y estimula los puntos de acupuntura al crear vacío o presión negativa en la superficie de la piel.[21] En las últimas décadas, se han creado distintos dispositivos auxiliares nuevos. Los dispositivos de acupuntura, como las máquinas de electroacupuntura (EA) y las lámparas de calor, generalmente se utilizan para mejorar los efectos de esta práctica.
Además de las técnicas clásicas de acupuntura, se han diseñado otras técnicas que se utilizan a veces para el tratamiento del cáncer. Estas incluyen la acupuntura de puntos desencadenantes, la acupuntura con láser, la inyección en puntos de acupuntura y las técnicas dirigidas a regiones particulares del cuerpo: acupuntura auricular, acupuntura del cuero cabelludo, acupuntura facial, acupuntura nasal y acupuntura del pie. De estos, la acupuntura auricular es la más utilizada.
En la práctica clínica, la mayoría de los acupunturistas en los Estados Unidos respeta las teorías y los principios tradicionales de la medicina china. En una encuesta de 472 acupunturistas colegiados en el área de la bahía de San Francisco realizada en 2017, se notificó que 77 % atendían a pacientes de cáncer y 44 % tenían capacitación específica para la atención de estos pacientes.[23]
Aunque la acupuntura se ha practicado por milenios, solo recientemente ha sido objeto de investigación científica minuciosa. En 1976, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) clasificó las agujas de acupuntura como dispositivos en fase de investigación (clase III) (www.fda.gov), lo que dio lugar a una serie de estudios de investigación sobre la eficacia e inocuidad de la acupuntura.[24] En noviembre de 1994, la Office of Alternative Medicine (predecesora del Centro Nacional de Salud Complementaria e Integral) de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) auspició un taller de NIH-FDA sobre el estado actual del uso de agujas de acupuntura. Dos años más tarde, la FDA reclasificó las agujas de acupuntura como dispositivos médicos (clase II), pero no formuló indicaciones específicas para su uso.[25] En 1997, los NIH celebraron una reunión del Programa de Desarrollo de Consenso sobre acupuntura para evaluar su eficacia e inocuidad. El panel de 12 miembros concluyó que surgieron resultados prometedores de investigación que mostraban la eficacia de la acupuntura para ciertas afecciones y que era probable que más investigación permitiera descubrir otras áreas en las que esta intervención fuera útil. El panel afirmó que “no hay pruebas claras de que el tratamiento de acupuntura con agujas sea eficaz para tratar las N/V posoperatorios y causados por la quimioterapia”. También indicó que hay “una serie de otras afecciones relacionadas con el dolor para las que la acupuntura puede ser eficaz como un tratamiento complementario, una alternativa aceptable o como parte de un programa integral de tratamiento”; asimismo, estuvo de acuerdo con la probabilidad de que más investigación permita descubrir otras áreas de utilidad de la intervención con acupuntura.[24]
Estas acciones de la FDA y los NIH han dado como resultado el establecimiento de una serie de programas activos de investigación de los mecanismos y la eficacia de la acupuntura, gran parte de los cuales son, o pueden ser, importantes para el tratamiento del cáncer. Hasta la fecha, el aspecto que se ha investigado más profundamente de estos mecanismos ha sido el efecto de la acupuntura en el tratamiento del dolor. El NIH Consensus Panel concluyó que "la acupuntura puede causar múltiples respuestas biológicas" locales y distales, "mediadas principalmente por neuronas sensoriales [...] en el sistema nervioso central". La acupuntura "también puede activar el hipotálamo y la hipófisis, lo que produce un amplio espectro de efectos sistémicos", incluso "alteraciones en los péptidos, las hormonas y los neurotransmisores, así como la regulación del flujo sanguíneo".[24] Los estudios recientes muestran el efecto de la acupuntura en el dolor inflamatorio crónico.[26,27] Las pruebas indican que la acupuntura funciona a través del sistema nervioso autónomo para equilibrar los sistemas simpático y parasimpático, y que su capacidad antiinflamatoria se ve facilitada por sus efectos electrofisiológicos en los neurotransmisores, las citocinas y los neuropéptidos.[1,27-36] Muchos estudios proporcionan pruebas de que, durante la acupuntura, se liberan péptidos opioides y que el sistema opioide endógeno es el mediador de la analgesia de la acupuntura.[37,38]
Aunque no se comprende bien el mecanismo de la acupuntura, se ha planteado que los resultados benéficos están mediados por cambios en las neurohormonas y citocinas. En estudios con animales se indica que la acupuntura logra un efecto anestésico al estimular los nervios en los músculos que retransmiten la señal a la médula espinal, al mesencéfalo y al sistema hipotálamo-hipofisario que, en última instancia, desencadena la liberación de neurotransmisores y hormonas, como las endorfinas y las encefalinas.[39,40] En estudios sobre cáncer de laboratorio y con animales también se exploraron los mecanismos de la acupuntura para activar y modular el sistema inmunitario. En estudios anteriores con animales y seres humanos se indicó que la acupuntura actúa mediante inmunomodulación, que induce cambios significativos en citocinas, como las interleucinas (IL)-1, IL-6, IL-8, IL-10 y el factor de necrosis tumoral-α (FNT-α).[41-45] El tamaño muestral pequeño y resultados contradictorios ocasionales han limitado estos estudios. Se ha relacionado la acupuntura con cambios significativos en citocinas proinflamatorias como IL-1-β, IL-6, IL-17 y FNT-α.[41-46] Además, en los estudios se observó que la manipulación de agujas de acupuntura estimulaba los tejidos conjuntivos circundantes y los nervios sensoriales, [47] y afectaba la modulación sensorial periférica mediada por adenosina.[48]
Los puntos de tratamiento de acupuntura se ubican mediante el uso de puntos de referencia anatómicos estándar y anatomía comparada. La EA es la intervención terapéutica que más se utiliza; la moxibustión se ha utilizado en pocos estudios.[49] Estos estudios muestran que la acupuntura puede estimular el funcionamiento inmunitario de los animales al aumentar considerablemente la actividad de las células CN y los linfocitos.[49-51] Según un estudio con animales, la acupuntura puede ser un complemento útil para suprimir la emesis causada por la quimioterapia.[52]
Aunque en varios estudios publicados en China, se examinó el efecto de la acupuntura en el sistema inmunitario humano,[8,34,37,53-56] en la mayoría de los estudios clínicos relacionados con el cáncer sobre acupuntura en humanos se evaluó el efecto en la calidad de vida del paciente. En estas investigaciones se abordaron, principalmente, síntomas del cáncer o de su tratamiento, sobre todo el dolor [10,28,57-61] y las N/V de la quimioterapia.[30,32,62-70] También se realizaron estudios para evaluar el efecto de la acupuntura en la xerostomía (sequedad bucal) causada por radiación, así como la proctitisdisfonía, pérdida de peso, tos, toracodiniahemoptisisfiebreobstrucción esofágica e inapetencia, además de los sudores nocturnos y sofocos en mujeres y hombres,[71] los mareos y la fatiga, ansiedad o depresión en pacientes de cáncer.[8-10,72-75] Las pruebas obtenidas en la mayoría de estos estudios clínicos no son concluyentes, a pesar de sus resultados positivos; ya sea por el diseño deficiente de la investigación o por los procedimientos metodológicos que, al ser descritos de forma incompleta, limitan su valor.[76] Hay polémica sobre el control más adecuado de la acupuntura, que también limita la interpretación de los resultados de los ensayos clínicos.[77] Los resultados positivos de los estudios sobre las N/V causados por la quimioterapia, que se benefician de diseños de investigación sólidos, son los más convincentes.
En un análisis retrospectivo de 2018 con datos recopilados de forma prospectiva de 375 sobrevivientes de cáncer que recibieron tratamientos de acupuntura en el servicio de consultas externas del MD Anderson Cancer Center Integrative Medicine Center, se observó que los pacientes experimentaron una mejoría a corto y largo plazo de varios síntomas, como sofocos, fatiga, entumecimiento, hormigueo y náuseas.[78]
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Antecedentes históricos

Desde el punto de vista histórico, en general se acepta que la acupuntura y la moxibustión (conocida como zhen jiu) forman parte de la medicina tradicional china (MTC), un sistema autóctono y coherente de medicina que se ha practicado en China por milenios. La historia de la acupuntura y la moxibustión en China se remonta arqueológicamente a por lo menos 4000 años, cuando se usaban bian (agujas de piedra). Durante la larga historia de la práctica registrada, la acupuntura se ha aplicado para muchos trastornos. El texto médico escrito más antiguo, el antiguo clásico Huang Di Nei Jing (Canon de medicina interna del emperador amarillo, del siglo II a. C.), registra nueve tipos de agujas y sus funciones terapéuticas.
La difusión de la acupuntura y la MTC a otras regiones se remonta a siglos atrás: primero en Corea y Japón, y luego en otros países asiáticos.[1] La práctica de la acupuntura en Europa se documentó a mediados del siglo XVI.[2] La historia relativamente breve de la acupuntura en los Estados Unidos se remonta a unos 200 años, cuando el Dr. Franklin Bache publicó un informe en el North American Medical and Surgical Journal sobre su utilidad para tratar la lumbalgia.[3] Sin embargo, hasta la década de 1970, cuando se reanudaron las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y China, la práctica de la acupuntura en este país se limitaba principalmente a los barrios chinos.[4]
Durante siglos, los acupunturistas chinos trataron los efectos sintomáticos del cáncer. En la bibliografía y los libros de texto antiguos sobre acupuntura, el cáncer se clasifica como un síndrome Zhi o una afección producida por estasis sanguínea, y se documentan los principios y los métodos del tratamiento con acupuntura.[5-7] Desde el establecimiento de la medicina convencional moderna, la acupuntura se ha utilizado en la práctica clínica, principalmente como un complemento del tratamiento convencional del cáncer.
Bibliografía
  1. Lu GD, Needham J: A history of forensic medicine in China. Med Hist 32 (4): 357-400, 1988. [PUBMED Abstract]
  2. Peacher WG: Adverse reactions, contraindications and complications of acupuncture and moxibustion. Am J Chin Med (Gard City N Y) 3 (1): 35-46, 1975. [PUBMED Abstract]
  3. Bache F: Cases illustrative of the remedial effects of acupuncture. North American Medical and Surgical Journal 1: 311-21, 1826.
  4. Ergil KV: China's traditional medicine. In: Micozzi MS, ed.: Fundamentals of Complementary and Alternative Medicine. New York, NY: Churchill Livingstone, 1996, pp 185-223.
  5. Maciocia G: The Practice of Chinese Medicine: The Treatment of Diseases with Acupuncture and Chinese Herbs. New York, NY: Churchill Livingstone, 1994.
  6. Maciocia G: Obstetrics and Gynecology in Chinese Medicine. New York, NY: Churchill Livingstone, 1997.
  7. Kaptchuk T: The Web That Has No Weaver: Understanding Chinese Medicine. New York, NY: Congdon & Weed, 1983.

Estudios de laboratorio, preclínicos y con animales

En las publicaciones científicas, se notificaron por lo menos siete estudios con animales en los que se investigaron los efectos de la acupuntura en el cáncer o las afecciones relacionadas con el cáncer.[1-5] Dos de los estudios se realizaron en China, uno de los cuales se publicó en chino con un resumen en inglés. Un estudio se llevó a cabo en Japón, otro en Suecia y otro en los Estados Unidos. Cuatro de los estudios fueron investigaciones de laboratorio ex vivo a partir de muestras de sangre o de tejido;[1-3,5] el otro estudio fue sobre comportamiento animal, en el que se investigó el efecto de la acupuntura en las náuseas y los vómitos causados por la quimioterapia.[4]
En los cuatro estudios ex vivo, se indicó que la acupuntura es útil para el tratamiento anticanceroso, ya sea mediante la estimulación activa de la respuesta inmunitaria o la prevención de la depresión de la actividad inmunitaria producida por la quimioterapia.[1-3,5]
En un estudio con ratas normales, la electroacupuntura (EA) (1 Hz, 5-20 V, amplitud de pulso de 1 milisegundo, 2 horas) aplicada en el punto Zu-Sanli (S36) durante 2 horas diarias, por 3 días consecutivos mejoró la citotoxicidad de los linfocitos citolíticos naturales (CN) esplénicos en comparación con una estimulación de un punto de control que no es de acupuntura en un músculo abdominal.[3]
En otro estudio, se encontró que la actividad de las células CN y la tasa de transformación de los linfocitos T aumentaron en un modelo murino con trasplante de cáncer de mama, en comparación con un control (P < 0,05) después de ocho sesiones de acupuntura y moxibustión.[2]
En un estudio con ratones portadores de tumores (sarcoma S180) en el que se usó moxibustión para calentar el punto de acupuntura Guanyuan (CV4) una vez al día por 10 días, se encontró un aumento significativo de la producción de eritrocitos, en comparación con los controles sin tratamiento.[1]
En el cuarto estudio ex vivo, se utilizó un modelo con ratas para investigar el efecto de la EA en el factor de crecimiento nervioso (FCN), que se relaciona con el síndrome de ovario poliquístico (SOP). Las mujeres con SOP tienen un mayor riesgo de cáncer de endometrio y otras enfermedades. Los tratamientos repetidos con EA (12 tratamientos administrados por 30 días) en ratas con SOP redujeron de modo considerable las concentraciones del FCN en los ovarios, en comparación con las ratas con SOP sin tratamiento.[5]
En un estudio sobre la emesis causada por ciclofosfamida en el entorno de un modelo de comportamiento en hurones, se utilizó la acupuntura como terapia complementaria para el tratamiento de los efectos secundarios eméticos de la quimioterapia. En este modelo con hurones, la EA de 100 Hz, 1,5 V durante 10 minutos en combinación con dosis subeficaces de antieméticos, como ondansetrón (0,04 mg/kg), droperidol (0,25 mg/kg) y metoclopramida (2,24 mg/kg) redujo significativamente el número total de episodios de emesis en 52, 36 y 73 %, respectivamente (P < 0,01).[4]
Se estableció un modelo con ratas mediante la inyección de células AT-3.1 de cáncer de próstata en la tibia de ratas Copenhagen macho adultas, que es muy similar al dolor óseo causado por el cáncer de próstata.[6] El dolor relacionado con el cáncer se trató con 10 Hz de EA por 30 minutos al día en el punto de acupuntura de la vesícula biliar 30 (GB30) desde el día 14 al 18 después de la inyección de células cancerosas. Para control simulado, se introdujeron agujas de EA en GB30 sin estimulación. La hiperalgesia térmica, una disminución de la latencia de retirada de la pata por un estímulo térmico nocivo, y la hiperalgesia mecánica, una disminución en el umbral de presión de retirada de la pata, se midieron al inicio del estudio y 20 minutos después de la EA. La EA atenuó significativamente la hiperalgesia en comparación con el control simulado. Más aún, la EA inhibió la elevación del ARNm de la preprodinorfina y la dinorfina, así como de la interleucina-1 β (IL-1β) y su ARNm en comparación con el control simulado. La inyección intratecal de antisuero contra la dinorfina A (1–17) y el antagonista del receptor de la IL-1 inhibió considerablemente la hiperalgesia causada por el cáncer. Estos datos indican que la EA alivia el dolor del cáncer óseo, por lo menos en parte, al suprimir la dinorfina espinal y la expresión de IL-1β en la médula.[7,8]
Se estableció otro modelo de dolor por cáncer cutáneo mediante la inyección de células de melanoma B16-BL6 en la región plantar de una pata trasera en ratones C57BL/6. Con un solo tratamiento de EA se observó una analgesia significativa en el día 8, pero no en el día 20. Con los tratamientos de EA día por medio a partir del día 8, se observó analgesia el día 20, pero cuando la EA comenzó el día 16 no produjo analgesia. Los resultados indican que la EA tiene efectos analgésicos en el cáncer cutáneo en estadio temprano, pero no en un estadio tardío.[9] Estos estudios en animales respaldan el uso clínico de la EA para tratar el dolor relacionado con el cáncer.
Los resultados de estos estudios indican que la acupuntura puede ser eficaz para tratar los síntomas relacionados con el cáncer y los trastornos vinculados a su tratamiento, y que la acupuntura puede activar el funcionamiento inmunitario [1-3] y regular el sistema nervioso autónomo.[4,5] En solo un estudio, se notificó una disminución del volumen tumoral en los animales tratados con acupuntura en comparación con los animales de control; sin embargo, el valor científico de este informe se ve limitado, dado que la información sobre la metodología de la investigación es insuficiente.[2]
Bibliografía
  1. Wu P, Cao Y, Wu J: Effects of moxa-cone moxibustion at Guanyuan on erythrocytic immunity and its regulative function in tumor-bearing mice. J Tradit Chin Med 21 (1): 68-71, 2001. [PUBMED Abstract]
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  7. Zhang RX, Li A, Liu B, et al.: Electroacupuncture attenuates bone cancer pain and inhibits spinal interleukin-1 beta expression in a rat model. Anesth Analg 105 (5): 1482-8, table of contents, 2007. [PUBMED Abstract]
  8. Zhang RX, Li A, Liu B, et al.: Electroacupuncture attenuates bone-cancer-induced hyperalgesia and inhibits spinal preprodynorphin expression in a rat model. Eur J Pain 12 (7): 870-8, 2008. [PUBMED Abstract]
  9. Mao-Ying QL, Cui KM, Liu Q, et al.: Stage-dependent analgesia of electro-acupuncture in a mouse model of cutaneous cancer pain. Eur J Pain 10 (8): 689-94, 2006. [PUBMED Abstract]

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