Circuitos cerebrales para interrumpir la tos
El acto de toser suele comenzar con un estímulo irritante dentro de la laringe, las vías respiratorias o los pulmones que activa los nervios sensoriales que evitan la tos
El Médico Interactivo
14 de octubre 2020. 1:05 pm
Los investigadores podrían ser capaces de tratar una tos problemática sin interrumpir la tos protectora que necesitamos para una salud pulmonar óptima, apuntando a los diferentes circuitos cerebrales implicados, según una nueva investigación publicada esta semana en la revista científica ‘Journal of Physiology’.
Más gente busca consejo médico para una tos molesta e indeseada que para cualquier otra dolencia. En algunas personas su tos puede persistir durante años sin alivio, ya que no se dispone de tratamientos eficaces. Estas conclusiones de los investigadores australianos tienen implicaciones muy importantes para la comprensión y el posible tratamiento de los trastornos de la tos, porque parece que los diferentes tipos de tos pueden utilizar diferentes circuitos cerebrales.
Nervios sensoriales de la tos
El acto de toser suele comenzar con un estímulo irritante dentro de la laringe, las vías respiratorias o los pulmones que activa los nervios sensoriales que evitan la tos. Estos nervios sensoriales transmiten esta información al cerebro, donde la información modifica las acciones de los músculos de la respiración, para producir una respuesta a la tos. Estas señales también se combinan a veces con señales de “orden superior” que hacen cosquillas en la garganta, hacen sentir molesto o ansioso por tener tos, y permiten suprimir o mejorar la tos voluntariamente.
Investigaciones anteriores en animales y humanos sugirieron que el cerebro procesa todas las entradas de los nervios sensoriales de la tos en una sola área. Sin embargo, en un estudio anterior con conejillos de indias, publicado este año en ‘The Journal of Physiology’, el mismo equipo de investigación de la Universidad de Monash y la Universidad de Melbourne (Australia) demostró que es poco probable que esto sea cierto.
En cambio, descubrieron que las vías separadas del cerebro están implicadas en la respuesta a una buena (necesaria para despejar las vías respiratorias, para asegurar una salud pulmonar óptima) frente a una mala tos (un signo de enfermedad).
En este nuevo estudio, los participantes humanos se sometieron a pruebas de comportamiento para evaluar la sensibilidad del reflejo de la tos, seguidas de imágenes cerebrales funcionales en un escáner de resonancia magnética mientras inhalaban diferentes sustancias químicas.
Uno de los estímulos químicos utilizados fue la capsaicina, el componente activo de los pimientos picantes y que se sabe que activa dos subconjuntos de los nervios sensoriales de las vías respiratorias implicados en la tos. Otro estímulo químico fue el trifosfato de adenosina (ATP), más conocido como una molécula de energía en las células, pero que también activa selectivamente uno de los dos subconjuntos de nervios sensoriales implicados en la tos. El estímulo químico final fue la solución salina, usada como un estímulo de control porque no activa ningún nervio sensorial.
Se recogieron escaneos de alta resolución del tronco cerebral durante presentaciones aleatorias repetidas de estos estímulos, y se analizaron los escaneos para identificar en qué lugar del tronco cerebral se localizan las respuestas neuronales a la capsaicina y el ATP.
El resultado mostró que la inhalación de capsaicina activaba tanto el núcleo del tracto solitario como la zona del tronco encefálico que contiene el núcleo paratrigémico, mientras que la inhalación de ATP sólo activaba el núcleo del tracto solitario.
Los datos confirman los estudios anteriores del equipo con cobayas, en el sentido de que una vía de la tos (sensible tanto a la capsaicina como al ATP) se integra en el núcleo del tracto solitario, mientras que la otra vía de la tos (sensible sólo a la capsaicina) implica la integración en el núcleo paratrigémino.
“La tos crónica es una dolencia horriblemente desagradable. La gente puede encontrarse tosiendo cientos de veces cada hora de su vida, durante años, y los medicamentos actuales simplemente no son eficaces para aliviar esta condición”, explica el autor principal, el profesor Stuart Mazzone.
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