26 ENE 11 | Trastorno de la alimentación
El síndrome del comedor nocturno
Se come una gran cantidad de calorías luego de la cena.
La Nación
Por Julián Gallo
Se llama Síndrome del comedor nocturno (Night eating syndrome: NES) a un trastorno de la alimentación que consiste en desarrollar un patrón de conducta en el cual se come una gran cantidad de calorías luego de la cena. En algunos casos, como resultado de un deseo incontrolable de comer, similar a una adicción, las personas llegan a ingerir hasta el 50% de todas las calorías del día en las horas que siguen a la cena.
En 1955, Dr. Albert Stunkard describió por primera vez los síntomas que componen el síndrome. Según Wikipedia, entre las personas que sufren NES es posible reconocer que:
Omiten el desayuno , y pasan varias horas después de despertarse antes de comer su primera comida.
Consumen al menos el 25% de sus calorías después de la cena.
Tienen atracones nocturnos de última hora. Casi siempre consisten en consumir hidratos de carbono. Sin embargo, las comidas se distribuyen en varias horas, lo cual lo diferencia de un típico exceso como se evidencia en otros trastornos de la alimentación. Los episodios en el caso de NES se pueden repetir durante toda la noche, con muchas visitas separadas a la heladera o la alacena.
Sufren de depresión o ansiedad , a menudo en relación con sus hábitos alimenticios.
En general, tienen problemas para dormir
Es probable que en muchos casos estas personas sean sonámbulas .
Millones de personas
El síndrome no fue observado aún en el comportamiento alimenticio de niños ni de adolescentes, pero afecta aproximadamente al 1,5% de la población adulta, según datos publicados en BBC. En una entrevista con ese medio , el Dr. Stunkard -actualmente profesor del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Pensilvania- interpretó que el síndrome puede ser una forma de automedicación para poder dormir:
“Creo que las personas que sufren NES están comiendo como una forma de automedicación, porque su alimentación por lo general es muy alta en hidratos de carbono, y los hidratos de carbono tienden a aumentar la serotonina en el cerebro, que finalmente estimula el sueño.
Comer después de la cena produce sobrepeso. El Dr Stunkard detectó que aunque las personas que sufren NES por lo general no comen hasta al hartazgo como los bulímicos, sí suelen consumir un promedio de 500 calorías más que una persona normal. En el mismo sentido identificó que casi el 10% de sus pacientes obesos sufrían del síndrome. La combinación de stress y falta de sueño impulsa a los enfermos de NES a levantarse tres o cuatro veces por noche y comer “snacks”, preferiblemente carbohidratos, como tortas, papas fritas, o galletitas.
¿Quién se comió todo?
Alguien se levanta por la mañana y descubre en la cocina, por ejemplo, envoltorios de comida y restos de chocolate, le duele el estómago y se siente saciado. Se pregunta “¿Quién estuvo comiendo acá?”. Aunque resulte una respuesta insólita, el responsable puede ser esa misma persona. Vinculado con el Síndrome del Comedor Nocturno, existe otro trastorno de alimentación denominado Trastornos de la Alimentación Nocturnos relacionados con el Sueño (Nocturnal sleep related eating disorder NSRED). Se trata de una categoría específica dentro del sonambulismo. Según los especialistas que trabajan en las investigaciones de NSRED, este comportamiento “está estrechamente relacionado con el síndrome del comedor nocturno, excepto por el hecho de que aquellos que sufren de NES están completamente despiertos y conscientes de sus atracones nocturnos, mientras que aquellos que sufren de NSRED están durmiendo y no se dan cuenta de lo que están haciendo” Quienes sufren de NSRED suelen levantarse 2 o 3 horas después de haberse dormidos para dirigirse a la cocina a comer. En algunas ocasiones comen con la mano o con utensilios alimentos que mezclan de maneras incorrectas, o intentan comer sustancias no aptas para el consumo. Se han registrado accidentes al intentar abrir latas, quemaduras con líquidos y diversos golpes.
Comer como animales
Estos dos trastornos sirven para recordar y demostrar que comer no es un acto cultural, o un compromiso adquirido por la enseñanza, impuesto por los mercados, los mandatos de la salud, o lo que sea. Es algo más hondo. Dentro de todas las personas habita el verdadero animal que somos, que siempre quiere comer. Un animal tan poderoso que ante una debilidad puede doblegarnos y llevarnos a abrir la heladera una y otra vez durante la noche para satisfacerse. Recordemos. Mientras miramos la televisión o leemos durante la noche después de la cena, no somos del todos nosotros quienes tienen ganas de comer una torta, un bombón, una galleta. No somos del todo nosotros quienes a la madrugada abren la heladera y buscan algo para comer. Es ese animal.
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