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ESPAÑA
EL ANÁLISIS ANATOMOPATOLÓGICO DEBE OBSERVAR LA PRESENCIA DE RECEPTORES DE SOMATOSTATINA
El abordaje quirúrgico del carcinoide se rige por el patrón del broncogénico
En el XVI Congreso Anual de Asturpar, celebrado en Oviedo, Mariano García Yuste, jefe del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, ha explicado que la aplicación en los tumores carcinoides de las normas del tratamiento quirúrgico del carcinoma broncogénico ha contribuido a mejorar su pronóstico significativamente.
Redacción. Oviedo - Martes, 22 de Marzo de 2011 - Actualizado a las 00:00h.
Mariano García Yuste, jefe del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Clínico de Valladolid.
La aplicación sistemática en los tumores carcinoides de las normas del tratamiento quirúrgico del carcinoma broncogénico, en concreto la resección pulmonar reglada y linfadenectomía mediastínica, ha contribuido a mejorar su pronóstico significativamente.
Este ha sido uno de los mensajes en los que ha insistido Mariano García Yuste, jefe del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, en una ponencia sobre actualización en tumores pulmonares neuroendocrinos ofrecida en el marco del XVI Congreso Anual de Asturpar, celebrado en Oviedo.
Los tumores carcinoides representan aproximadamente el 3 por ciento de los tumores pulmonares malignos
Los tumores carcinoides representan aproximadamente el 3 por ciento de los tumores pulmonares malignos. No obstante, según ha añadido García Yuste, "en conjunto los tumores pulmonares neuroendocrinos, incluyendo los carcinomas neuroendocrinos de células grandes y tumores de células pequeñas, vienen a representar el 20 por ciento del total de los tumores pulmonares".
En su exposición este especialista presentó un estudio multicéntrico español sobre tumores pulmonares neuroendocrinos impulsado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), realizado sobre 1.082 pacientes tratados quirúrgicamente entre 1980 y 2009. Se presentó el análisis sobre dos grupos, uno retrospectivo de pacientes tratados hasta 1997 y otro prospectivo de los casos recogidos desde 1998 hasta 2009, incluyendo carcinoides típicos y atípicos, carcinomas neuroendocrinos de células grandes, carcinomas microcíticos y mixtos, cumpliendo sistemáticamente las normas del tratamiento quirúrgico del carcinoma de pulmón no microcítico.
En el caso del carcinoma de células grandes la degradación de su patrón histológico conlleva una supervivencia mucho menor
Típicos y atípicos
Respecto a los carcinoides típicos y atípicos, la conclusión principal, según este especialista, es que son tumores pulmonares malignos, "aunque con malignidad más atenuada que otros tumores pulmonares", y que deben ser tratados quirúrgicamente de modo similar al actualmente aceptado para el del carcinoma pulmonar no microcítico.
La probabilidad de supervivencia en el caso de los tumores carcinoides típicos puede llegar al 85-90 por ciento a los cinco años, mientras que en el caso de los atípicos la supervivencia se sitúa entre el 70 y el 80 por ciento. La afectación ganglionar mediastínica "hace decrecer significativamente la probabilidad de supervivencia en los carcinoides atípicos".
En el caso del carcinoma de células grandes la degradación de su patrón histológico conlleva una supervivencia mucho menor, que a los cinco años se sitúa entre el 25 y el 30 por ciento, "y ello teniendo en cuenta que es necesario siempre la realización de un tratamiento oncológico coadyuvante".
El carcinoma microcítico es el de peor pronóstico y tan sólo ocasionalmente subsidiario de tratamiento quirúrgico. Es el caso del nódulo pulmonar periférico cuya histología no ha podido ser preoperatoriamente bien definida, conociéndose la naturaleza exacta del tumor tras el análisis definitivo. "En estos casos, aun confirmándose un carcinoma de células pequeñas en estadio I, será siempre necesario un tratamiento oncológico adyuvante".
Otro asunto resaltado por García Yuste ha sido el abordaje de las metástasis y recidivas locorregionales de los tumores carcinoides. Sobre ello ha destacado la importancia de determinar en el momento del análisis anatomopatológico del tumor primitivo la existencia en éste de receptores de somatostatina. "En el caso de recurrencia tumoral, el disponer de esa constatación anatomopatológica resultará de gran utilidad a la hora de decidir el uso o no de análogos de somatostatina para el tratamiento de la recurrencia tumoral".
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