Salud
Martes 17 de abril de 2012 | Publicado en edición impresaSalud / Complicaciones de dormir poco
De día y con sueño, un mal que crece
Los especialistas advierten sobre las apneas y el estilo de vida; es un trastorno que afecta a personas de cualquier ocupación y edad
Un estudio ayuda a detectar las causas
Cansancio, mucho cansancio durante el día, a pesar de haber dormido por la noche. Esto y los ronquidos son las quejas más frecuentes con la que los pacientes llegan a los laboratorios donde se estudia el sueño.
En su caso, los ronquidos y la somnolencia diurna eran síntomas de un síndrome que produce suspensiones pasajeras de la respiración (apneas) en la cama. Pero el mal dormir no siempre se debe a un trastorno, como pueden ser el insomnio, la narcolepsia, el sonambulismo o hacerse pis en la cama, sino también a la mala higiene del sueño y el exceso de actividades durante el día.
"El cambio del estilo de vida que se está produciendo año tras año es perjudicial para la salud en general y la gente está más cansada. Entonces, consulta más por ese cansancio -comentó el técnico Gerardo Moya, del Instituto Ferrero de Neurología y Sueño-. El sueño suele ser el primer fusible que salta y cuando uno está muy estresado, menos rinde al otro día y es como un círculo vicioso."
Choferes, médicos, policías, trabajadores de fábricas, estudiantes universitarios, chicos con problemas de crecimiento, deportistas... Los problemas al dormir ya no son exclusivos de algunas ocupaciones ni de determinadas edades.
"Los trastornos del sueño son un corte transversal en la sociedad: los sufre desde un operador de Bolsa hasta un barrendero. Todos en la Argentina tenemos una gran cuota de deprivación del sueño. En los últimos 40 años, la sociedad perdió el 25% de las horas de descanso nocturno", precisó el doctor Daniel Pérez-Chada, jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Universitario Austral.
Y agregó: "El organismo no está diseñado para trabajar o entretenerse indefinidamente. Esta restricción de las horas del sueño que nos imponemos como sociedad activa prácticamente las 24 horas los siete días de la semana también promueve enfermedades".
Es que el sueño reparador nos prepara para hacerle frente a un día activo con un buen nivel de alerta. Prolongar artificialmente el período de actividad con tantas obligaciones "es negativo para el organismo y conspira contra la calidad del sueño", indicó Pérez-Chada.
Además del mal carácter y el cansancio, dormir menos de cinco horas, por ejemplo, produce el mismo efecto que haber bebido más de lo permitido antes de subir al automóvil.
"El sueño no es acumulable, no se recupera -sostuvo la doctora Paula Irusta, médica del Laboratorio del Sueño del Instituto Ferrero-. Quizás no podemos cambiar el estrés, pero sí mejorar que las horas al dormir permitan que el organismo rinda mejor. El mal dormir tiene muchas enfermedades asociadas en el corto y el largo plazo, tanto en los chicos como en los adultos."
De hecho, ya se conoce más de un centenar de enfermedades asociadas con el sueño, entre las que están los problemas de conducta, neurológicos, del movimiento, cardiológicas y respiratorias. Ocho de cada diez consultas especializadas son por las apneas del sueño, según informó el Hospital Británico con un comunicado por el Día Mundial del Sueño.
"Las apneas son episodios repetidos de cierre de la garganta al dormir, que al principio se manifiesta porque el aire pasa con dificultad y genera ruidos, que no son otra cosa que los ronquidos. Cuando el trastorno es más grave, se produce una verdadera obstrucción del paso del aire. Esto es lo que se denomina apnea", detalló el doctor Eduardo Borsini, neumonólogo del Británico.
Esas pausas respiratorias nocturnas o microdespertares durante unos segundos no son exclusivas de los adultos. Un estudio sobre 2210 alumnos de siete escuelas primarias y secundarias de cuatro ciudades del país comprobó hace cinco años que el 11% de los chicos de entre 10 y 15 años tiene apneas nocturnas frecuentes (4%) u ocasionales (7%). También, el equipo de Pérez-Chada publicó entonces en Sleep que ronca el 23% de los chicos y adolescentes.
Más de dos millones de argentinos padecen apneas, según indicó la doctora Mirta Averbuch, jefa de la Unidad de Medicina del Sueño del Instituto de Neurociencias del Hospital Universitario Fundación Favaloro. "No todos los roncadores padecen apneas del sueño, pero sí todas las personas con apneas roncan. Por lo tanto, el ronquido suele ser el primer signo de alerta", advirtió Averbuch y su equipo a través de un comunicado.
Allí precisan también que el 30% de los hipertensos tiene apneas y lo ignora; que la falta de tratamiento aumenta diez veces los accidentes domésticos, laborales y de tránsito, y que las apneas quintuplican el riesgo de sufrir un infarto cardíaco.
Mayor demanda
En los últimos cinco años, la demanda de equipos de diagnóstico y de tratamiento (CPAP) de los trastornos del sueño creció un 35% cada año."Es un ritmo muy alto, comparado con cualquier otro producto del mercado de la salud que aumenta un 10 por ciento anual", explicó Juan Manuel Maradey, gerente de ventas para América latina de Philips, una de las dos empresas líderes en el país en la provisión de estos dispositivos. Y el crecimiento de la demanda, sobre todo de los equipos de tratamiento, lo atribuyó a una mayor cantidad de diagnósticos. "Los centros donde se hacen los estudios del sueño están teniendo hasta tres meses de espera para asignar los turnos", dijo.
Los síntomas que los especialistas aconsejan tener en cuenta para consultar al médico son excesiva somnolencia diurna; sensación de que el sueño no es reparador; dormir mal, aun durante las vacaciones; respirar de manera irregular, roncar o moverse mucho durante la noche (esto suele comentarlo la pareja, un familiar o amigos), o tener una circunferencia de cuello de más de 43 cm.
Además, Irusta detalló otros signos de sospecha, tras descartar causas clínicas posibles: "En los muy chiquitos, los trastornos del sueño pueden causar problemas del crecimiento, mientras que en los chicos más grandes y los adolescentes pueden aparecer los problemas de conducta o la atención en el aula. En las personas diabéticas o hipertensas, a los médicos se les puede complicar mantener una dosis estable del tratamiento. Y, en general, también se ve un aumento de la cantidad de accidentes de tránsito, en el hogar o el trabajo, además de depresión o un malestar generalizado".
No hay comentarios:
Publicar un comentario