los MASTOCITOS tienen UNA FUNCIÓN CLAVE
El síndrome de intestino irritable sí se fundamenta en alteraciones biológicas
Un equipo del Valle de Hebrón ha descrito por primera vez alteraciones biológicas de una patología que hasta ahora estaba vinculada a causas psicológicas: el síndrome del intestino irritable. Ha demostrado, en concreto, que los mastocitos tienen un papel importante en la respuesta inflamatoria, lo que confirma la utilidad de las biopsias para el diagnóstico.
C. F. | 19/04/2012 00:00
Javier Santos, responsable del estudio sobre el síndrome del intestino irritable. (Rafa M. Marín)
El equipo, según ha explicado Javier Santos, responsable del estudio, cree que lo descrito es una base para poder identificar dianas diagnósticas y terapéuticas específicas de la enfermedad y para luego desarrollar marcadores útiles para el diagnóstico positivo y nuevas herramientas de tratamiento dirigidas al núcleo del problema. "A medio plazo, este hallazgo va a suponer un gran avance respecto a los tratamientos sintomáticos que se usan en la actualidad", ha asegurado Santos.
- Hasta ahora el diagnóstico se sustentaba en la naturaleza crónica de los síntomas, sin signos de enfermedad orgánica
"Todos los datos hallados desde que empezamos a estudiar esta enfermedad han ido dando forma a un nuevo enfoque diagnóstico. Hasta ahora se sustentaba, fundamentalmente, en la naturaleza crónica de los síntomas sin la existencia de signos evidentes de enfermedad orgánica", ha recordado Santos.
Predisposición
Gracias a estudios epidemiológicos previos, se ha identificado una predisposición a padecer este síndrome en aquellas personas con un elevado nivel de estrés psicológico, con una historia clínica de infecciones gastrointestinales o con la presencia de determinados factores genéticos. "Estas características alteran una función fundamental del intestino para la protección frente al medio externo: la permeabilidad de la barrera intestinal. La alteración de esta función protectora facilitaría la entrada en el organismo de agentes patógenos y toxinas, predisponiendo al desarrollo de la enfermedad.
En un estudio previo relacionaron el posible desarrollo de la enfermedad con respuestas hormonales y nerviosas debidas al estrés, sobre todo en mujeres sanas con predisposición genética, cuyo intestino mostró una respuesta defectuosa dominada por una menor secreción de agua y por un aumento significativo de la permeabilidad que, en consecuencia, reducía la capacidad del intestino para arrastrar los agentes exógenos nocivos. El actual trabajo identifica un conjunto de alteraciones inmunológicas y moleculares distintivas en la barrera intestinal y el funcionamiento del sistema inmunológico del intestino. Concretamente, pone de relieve el papel clave de los mastocitos, que son células de defensa encargadas de eliminar y contrarrestar agresiones externas, y algunas vías implicadas en su activación y apoptosis o suicidio celular. Estos mastocitos desempeñan una función clave en la respuesta inflamatoria a ese nivel. "El estudio ha correlacionado, de manera significativa, la menor expresión de proteínas estructurales y de los genes que las regulan, en una parte concreta del epitelio intestinal, con la mayor activación de los mastocitos presentes en el yeyuno. Además, todo ello también se asocia a la sintomatología del síndrome, lo cual podría indicar que a mayor alteración estructural, mayor gravedad de la enfermedad", ha concluido Santos. El trabajo avala el uso de la biopsia intestinal para diagnosticar estas alteraciones biológicas.
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