Innovaciones para un envejecimiento sano: comunicación y cuidados
El envejecimiento no tiene que ir necesariamente acompañado por limitaciones de movilidad y aislamiento social. Monique Tsang informa sobre el potencial de las nuevas tecnologías para ayudar a mantener la salud física y la independencia de las personas mayores.
Para la Sra. Cheung, una abuela de 69 años, la edad no es un obstáculo al aprendizaje. Cada miércoles asiste a un curso de informática en su centro vecinal para personas mayores en la Región Administrativa Especial de Hong Kong (China). La Sra. Cheung vive sola desde que su esposo ingresó en una residencia asistida hace tres años, tras haber sufrido un accidente cerebrovascular. La Sra. Cheung ve a sus tres hijos esporádicamente; dado que su hija vive en los Países Bajos y sus hijos en China continental, el teléfono ha sido su principal medio para comunicarse con ellos.Pero ahora que sabe más sobre Internet espera que la red le permita mantenerse en contacto con ellos de otra manera, e incluso ver los rostros de sus hijos y nietos. Al pensar en su hija y su nieto en los Países Bajos nos dice: “Me gustaría tanto ver sus caras. No los veo desde hace mucho tiempo. Realmente los echo de menos.”
La migración es una de las cambiantes dinámicas sociales que afectan al cuidado y el bienestar de las personas mayores en toda Asia, según el Sr. David Phillips, que estudia los efectos de las tendencias sociales en el envejecimiento en la Lingnan University de Hong Kong.
Dado que las familias son ahora más pequeñas, y que sus miembros más jóvenes se van de casa o se marchan al extranjero, es más frecuente ver a personas mayores que viven solas. Con su extraordinario desarrollo económico China ofrece un ejemplo patente de esta situación.
“Se oye hablar de pueblos de China en los que solo quedan casi exclusivamente personas mayores o niños pequeños al cuidado de sus abuelos. Allí no se verán personas en edad universitaria ni jóvenes en edad de trabajar”, dice el Sr. Phillips.
Tin Ping Neighbourhood Elderly Centre
A tenor de las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) las personas de edad constituyen el grupo etarios de más rápido crecimiento en todo el mundo. Para 2050 unos 2.000 millones de personas, o sea una de cada cuatro, serán mayores de 60 años
El envejecimiento de la población se está produciendo con la mayor velocidad en los países menos adelantados que, consiguientemente tienen menos tiempo que los países desarrollados para construir infraestructura, y también menos instrumentos para hacer frente a esta importante transición social. Para 2050 el 80% de las personas de edad de todo el mundo vivirán en esos países. Paralelamente al envejecimiento de las personas aumentan las probabilidades de que padezcan dificultades de movilidad y dolencias crónicas tales como cáncer, apoplejía y demencia. También son vulnerables a la depresión, por cuanto muchas deben soportar la soledad y la pobreza.
“Si bien los retos que afrontan los países menos adelantados son sobrecogedores, no son insalvables”, opina el Sr. Francis Moussy, del Grupo Orgánico Innovación, Información, Pruebas Científicas e Investigaciones de la OMS, en el que dirige un nuevo proyecto orientado a ampliar el acceso de las personas mayores de países de bajos y medianos ingresos a dispositivos médicos y auxiliares.
“En primer lugar debemos averiguar cuáles son las necesidades de esos países y los obstáculos que dificultan el acceso, con miras a poder identificar soluciones posibles”, dice el Sr. Moussy. “Por lo tanto, la iniciativa de la OMS está dirigida a impulsar la investigación, el desarrollo y la producción de dispositivos apropiados para países de bajos y medianos ingresos. A raíz de esta iniciativa se incrementará el suministro de dispositivos para las personas de edad en entornos pobres”.
En la India, la comunicación entre los jóvenes y los mayores ha mejorado considerablemente gracias a internet y la telefonía móvil, dice el Sr. Ravi Samuel, psicoterapeuta y secretario honorario de Vision Age India, una organización sin fines de lucro que ofrece servicios comunitarios de atención para personas mayores en Chennai (India).
Las tecnologías también pueden mejorar la salud física y la independencia de las personas mayores, según el Sr. Majd Alwan, experto en tecnología de Leading Age, una asociación industrial basada en los Estados Unidos que promueve innovaciones relacionadas con el envejecimiento. Por ejemplo, los dispositivos móviles permiten a los profesionales comunicarse con las personas de edad a los fines del seguimiento y la obtención de información sobre sus trastornos crónicos.
Algunas tecnologías disponibles ayudan a las personas de edad a seguir los programas de medicación, dieta y ejercicios, mientras que otras facilitan la identificación de posibles problemas de salud y alertan de ellos a los profesionales. Por ejemplo, los dispositivos que registran el comportamiento durante el sueño y la utilización de baño, pueden proporcionar a los dispensadores de salud una alerta temprana de infecciones de las vías urinarias, un trastorno común que afecta a las personas de edad.
Los dispositivos pueden reforzar la seguridad de las personas mayores. Los sensores de movimiento y vibración pueden detectar caídas, que son una causa común de discapacidad y defunción entre las personas de edad, y pedir ayuda. Otros dispositivos vigilan el uso del horno y dan la alarma en caso de que la persona mayor olvide apagarlo.
Tin Ping Neighbourhood Elderly Centre
El investigador conviene en que el teléfono móvil ha ayudado enormemente a las personas de edad a mantenerse comunicadas, pero señala que esa es la medida en que la tecnología constituye una ayuda. En el contexto de las investigaciones que realizó en la India, el Sr. Thiyagarajan ha conocido a más de 1.000 personas mayores, y ninguna, ni siquiera en las zonas urbanas, se beneficiaba de las tecnologías utilizadas por sus pares de países más desarrollados.
El problema presenta dos aspectos. El primero se relaciona con los costos. En la India, casi el 70% de las personas de edad viven en zonas rurales y son pobres. “Todas las tecnologías o desarrollos tecnológicos están dirigidos a personas de entornos urbanos que ciertamente disponen del dinero para comprar esas tecnologías,” comenta el investigador. El segundo aspecto es la idoneidad. El Sr. Thiyagarajan se refiere especialmente a las tecnologías de “casa inteligente” y a la mejor planificación de las viviendas para albergar a personas con movilidad limitada.
Es muy bueno contar con dispositivos que “puedan elevar las sillas y ponerlas a la altura adecuada, pero en algunas casas no hay siquiera sillas, y la persona en cuestión se debe sentar en el suelo,” añade. “Entonces, ¿cómo se podrían aprovechar esas tecnologías si no están satisfechas ni siquiera las necesidades básicas?
El investigador hace hincapié en que las necesidades locales son la clave del desarrollo tecnológico. “Debemos identificar las necesidades de las personas y luego desarrollar la tecnología. Llevar la tecnología directamente a las personas y decirles que la utilicen no funcionará”. Agrega que en la India se precisan dos tipos de dispositivos de ayuda.
Uno basado en tecnologías que puedan mejorar la prestación de servicios de salud para las personas de edad, con el fin de complementar el poco tiempo de consulta que tienen los médicos para cada paciente en los dispensarios de salud. El otro se basa en medios sencillos que pueden ayudar a las personas a mantener su autonomía, por ejemplo, audífonos y anteojos.
Por otra parte, el Sr. Thiyagarajan dice que el diseño debería centrarse en los usuarios, y las innovaciones se deberían probar con las personas que de hecho utilizarán los productos. Para la India, un país en desarrollo en el que muchas personas mayores no tienen acceso a los médicos, la participación de agentes de salud comunitarios es crucial, porque ellos son quienes mantienen un contacto cotidiano con las personas de la comunidad, dice el investigador.
El Sr. Alwan dice que en la concepción de la innovación también deberían participar profesionales y dispensadores de atención de salud. “De existir una interacción con la familia o el cuidador, tendría que establecerse en las primeras etapas.”
El Sr. Alwan reconoce que el costo supone un obstáculo para acceder a las nuevas tecnologías. La mayor parte de ellas se adoptan en los países más ricos. Agrega que “sin embargo, a medida que su uso se generaliza, la tecnología va alcanzando niveles de precios que le permiten expandirse más rápidamente en otras partes del mundo”.
“Vemos a los países en desarrollo adoptar directamente la ‘atención sanitaria móvil’, en cuyo marco los teléfonos móviles son la vía para adoptar medidas y tratar dolencias crónicas. También se pueden utilizar para localizar a los médicos a cientos de kilómetros de distancia.”
En opinión del Sr. Francis Moussy, de la OMS, la tecnología no tiene que ser necesariamente compleja y costosa. “También en países de bajos y medianos ingresos se necesitan dispositivos médicos. En lo que respecta al acceso de las poblaciones pobres, esa tecnología debería pertenecer a la misma categoría que los medicamentos, las vacunas y los medios de diagnóstico.”
Ahora bien, el desarrollo tecnológico puede verse dificultado por elementos inherentes a las prácticas y actitudes culturales. Según el Sr. Thiyagarajan, a medida que las personas envejecen y se vuelven más delicadas suelen estar preparadas para morir. “Entonces, ¿cómo se puede motivar a la persona que ha aceptado los cambios que está experimentando y se prepara a morir, para que utilice tecnologías que le ayuden a vivir más tiempo?”, pregunta el Sr. Thiyagarajan.
El Sr. Thiyagarajan agrega que las personas de edad no siempre se sienten cómodas con la tecnología y algunas tienen dificultades derivadas de trastornos tales como la demencia y las deficiencias auditivas. “Las reformas sanitarias deberían tener en cuenta las preferencias de las personas de edad, antes de invertir dinero en tecnología. Podrían ser preferibles las tecnologías de ayuda a sus cuidadores,” añade.
Para facilitar la vida independiente de las personas de edad es muy importante tener en cuenta la distribución y el diseño del espacio vital, desde tomas de corriente de fácil empleo hasta medios de transporte público accesibles. En la densamente poblada ciudad de Hong Kong (en la que aproximadamente un tercio de las personas mayores viven en la pobreza) las urbanizaciones incluyen numerosos servicios, en particular tiendas, farmacias, dispensarios de salud y residencias de ancianos.
La abuela Cheung vive en un pequeño apartamento de un octavo piso situado en un conjunto de viviendas públicas. Afortunadamente, el edificio tiene un ascensor y, si alguna vez necesita visitar a un médico, hay un dispensario a 10 minutos de su casa. La residencia en la que está su esposo, a quien visita dos veces por semana, se alcanza tras un corto viaje en autobús. Su residencia de ancianos también está convenientemente cerca, lo que le permite ir allí varias veces por semana y mantenerse ocupada. Además de tomar clases de informática la Sra. Cheung está aprendiendo a cantar, y regularmente juega “gateball”, un deporte de equipo parecido al croquet.
En los entornos menos desarrollados el limitado acceso a los servicios podría plantear un grave problema para las personas de edad. Por ejemplo, el sistema de transporte público de la India es “absolutamente vetusto y desagradable”, dice el Sr. Ravi Samuel, de Vision Age India. “Si las personas de edad no pueden pagarse un medio de transporte privado les resulta muy difícil desplazarse o asistir a reuniones sociales, religiosas y familiares”.
Aquí es donde se introduce la idea de una ciudad preparada para las personas de edad. El Sr. David Phillips dice que es “absolutamente esencial” adoptar un enfoque transsectorial al concebir espacios vitales adecuados para las personas mayores mediante la participación de especialistas en planificación urbana, transporte, vivienda y educación.
Además, el enfoque debe ser intergeneracional. “Pienso que es erróneo centrarse de diferentes maneras, solo en la edad cronológica”, agrega el Sr. Phillips. “En vez de eso, es preciso tener en cuenta las necesidades de las personas en las comunidades. Hay personas de 35 años tan discapacitadas como algunas de 70 años”. Hacer que los espacios sean más agradables para los mayores generará una situación beneficiosa para todos. “Un entorno bueno para las personas de edad será bueno para personas de todas las edades”, dice el Sr. Phillips.
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