Dolor en los niños hospitalizados. La visión de los niños
Febrero de 2013 - J. Casado Flores. Profesor Titular de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid. Jefe de Servicio de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. Madrid
A pesar de que el alivio del dolor ha sido desde siempre uno de los pilares de la Medicina (curar, aliviar y confortar), también ha sido el gran olvidado a lo largo de cientos de años. Hasta las dos últimas décadas no han aparecido suficientes investigaciones en adultos, que han profundizado en el conocimiento de la epidemiología, fisiopatología y tratamiento del dolor y que han considerado al dolor, no solo como un síntoma, sino como un síndrome con entidad propia. El conocimiento en niños ha sido aún más tardío
El conocimiento del dolor en los niños, especialmente en neonatos y lactantes, ha sido aún menor y más tardío que en adultos, no sólo porque el número de investigaciones realizadas ha sido escaso, también porque el grado de formación del personal sanitario, respecto a la medición, repercusión y tratamiento del dolor agudo y crónico en los niños es insuficiente. Este desconocimiento hace que los niños reciban poca analgesia postquirúrgica en comparación con los adultos y que se continúen realizando en la actualidad con demasiada frecuencia procedimientos dolorosos sin analgesia ni sedación, como por ejemplo circuncisión, punción lumbar o reducción de fracturas óseas.
Si la sensibilización y conocimientos del dolor de los niños hospitalizados por parte de los médicos en general y de los pediatras en particular es escaso, la visión e interpretación por los niños es prácticamente inexistente.
Para conocer cómo perciben y manifiestan el dolor los niños, se ha realizado un estudio en niños hospitalizados en centros españoles. El estudio ha sido posible gracias al liderazgo y patrocinio de la Fundación Antena3 y de la Fundación Grünenthal, sensibilizadas con la infancia y con el dolor respectivamente, y apoyo del Dr. Fernando Reinoso de la Unidad del Dolor del Hospital Infantil de La Paz y del personal sanitario de los hospitales participantes.
El estudio se realizó en 391 niños de ambos sexos, hospitalizados en 20 centros, de edades comprendidas entre 7 y 12 años (Tabla I), mediante encuestas de preguntas realizadas directamente a los niños y a sus padres o tutores. Las entrevistas fueron hechas por el personal sanitario del centro y realizadas durante el periodo de hospitalización de los niños, en la primavera del año 2012.
A pesar de la corta edad, 3 de cada 5 niños encuestados habían sido hospitalizados al menos una vez antes (Tabla II y Fig. 1).
Durante la hospitalización, la mayoría de estos niños, dos de cada tres, estaban acompañados por sus madres, algunos por sus padres (23 por ciento). Menos de la mitad de los niños (41 por ciento) fueron informados con detalle del tratamiento que iban a recibir en el hospital, información que es imprescindible para reducir la ansiedad de las personas hospitalizadas, sean niños o adultos.
Cuando se les pregunta a los niños qué es lo que menos les gusta del hospital, el 28 por ciento responde que los "pinchazos" (31 por ciento los hospitalizados por primera vez), la comida (17 por ciento) y los tratamientos (8,4 por ciento), mientras que los que más les gusta es el colegio (15 por ciento), el trato personal, los juegos y ver la televisión, aspectos que lógicamente deberían ser cuidados, y potenciados por los gestores de los hospitales pediátricos.
Casi la mitad de los niños hospitalizados (41 por ciento) dicen haber sentido dolor o molestias durante su ingreso (Fig. 2), frecuencia confirmada por padres o cuidadores que refieren que sus hijos sienten dolor (39,4 por ciento) al menos una vez al día. Según estos, uno de cada 10 niños sufren dolor continuo, uno de cada cinco dolor varias veces al día y solo uno de cada cinco no ha sentido ningún dolor. Respecto a la intensidad del dolor se les ha preguntado que lo cuantifiquen según una escala validada de 0 a 10, cero ningún dolor, 10 dolor insoportable. El resultado de esta pregunta es sorprendente porque casi uno de cada cuatro refiere haber sentido un dolor de 8 y 9 (Tabla III y Fig. 3).
Cuando se les pregunta que describan el dolor, la mayoría (37,6 por ciento) lo refieren asociado a pinchazos o agujas "como si me pincharan muy fuerte con algo grande y pesado", "parece que te cortan", duele muchísimo, quema y se me retuercen las tripas" (Fig. 4). Uno de cada dos niños asocia el dolor a la curación (Fig. 5).
Los niños hospitalizados con dolor elaboran estrategias que consisten en pedir ayuda a sus familiares (21,5), al personal sanitario (7 por ciento), lloran (17 por ciento) o se quejan (12 por ciento). Uno de cada tres tratan de hacer frente al dolor mediante el sueño o resistiendo, algunos respirando hondo (5 por ciento) o apretando sobre la herida. Los niños que han sido hospitalizados varias veces utilizan más la estrategia de pedir ayuda al médico (15 por ciento) frente a los que se hospitalizan por primera vez (7 por ciento), posiblemente porque desconocen esta posibilidad.
Los sentimientos que generan en los padres y cuidadores el dolor de sus hijos es tristeza, nerviosismo, miedo, rabia o impotencia (Fig. 6)
Determinadas prácticas hospitalarias son especialmente temidas por los niños. Cuando se les pregunta de las cosas qué te hacen en el hospital, ¿hay algunas a las que tengas miedo? Uno de cada tres responde que las inyecciones o la extracción de sangre (Fig. 7). Cuando se les pregunta ¿cuándo algo te da miedo, qué sientes? Casi uno de cada 3 responde que sudor de manos y uno de cada cuatro dolor de tripa (Fig. 8).
Los niños se intercambian información para afrontar el dolor. A la pregunta ¿qué consejos le darías a otros niños que tienen dolor para que se les pase? Casi la mitad (42,5 por ciento) contesta intentar dormir o distraerse, estrategia que utilizan más los más experimentados por ingresos anteriores, 53 por ciento los que han sido hospitalizados en tres o más ocasiones versus 38 por ciento los ingresado por primera vez.
En el hospital los niños emplean su tiempo en distraerse siendo las actividades más útiles hablar con las visitas, ver la TV y jugar. Por ello los hospitales pediátricos deberían preparar el mobiliario y la organización para facilitar tanto las visitas de familiares, hermanos y amigos, ver la TV y jugar. Cuatro de cada cinco niños hospitalizados respondieron que cuando hacían alguna actividad para distraerse "le dolía menos", como un olvido transitorio de la sensación de disconfor o sufrimiento.
En resumen, el dolor y el dolor intenso es excesivamente frecuente entre los niños hospitalizados, estos sienten con frecuencia dolor durante su estancia en el hospital y en ocasiones la intensidad del dolor es elevada, 6,5 en una escala de 0 a 10. Los dolores más intensos lo perciben como pinchazos o quemazón. Los niños desarrollan estrategias tendentes a paliar este sufrimiento. Los hospitales y el personal sanitario, que atienden a los niños hospitalizados, deberían adecuar sus instalaciones y su trato para que la estancia hospitalaria sea lo menos dolorosa posible, se debería tender a tener hospitales sin dolor, hospitales de colores y risas, abiertos a padres, hermanos y amigos.
Si la sensibilización y conocimientos del dolor de los niños hospitalizados por parte de los médicos en general y de los pediatras en particular es escaso, la visión e interpretación por los niños es prácticamente inexistente.
Para conocer cómo perciben y manifiestan el dolor los niños, se ha realizado un estudio en niños hospitalizados en centros españoles. El estudio ha sido posible gracias al liderazgo y patrocinio de la Fundación Antena3 y de la Fundación Grünenthal, sensibilizadas con la infancia y con el dolor respectivamente, y apoyo del Dr. Fernando Reinoso de la Unidad del Dolor del Hospital Infantil de La Paz y del personal sanitario de los hospitales participantes.
El estudio se realizó en 391 niños de ambos sexos, hospitalizados en 20 centros, de edades comprendidas entre 7 y 12 años (Tabla I), mediante encuestas de preguntas realizadas directamente a los niños y a sus padres o tutores. Las entrevistas fueron hechas por el personal sanitario del centro y realizadas durante el periodo de hospitalización de los niños, en la primavera del año 2012.
A pesar de la corta edad, 3 de cada 5 niños encuestados habían sido hospitalizados al menos una vez antes (Tabla II y Fig. 1).
Durante la hospitalización, la mayoría de estos niños, dos de cada tres, estaban acompañados por sus madres, algunos por sus padres (23 por ciento). Menos de la mitad de los niños (41 por ciento) fueron informados con detalle del tratamiento que iban a recibir en el hospital, información que es imprescindible para reducir la ansiedad de las personas hospitalizadas, sean niños o adultos.
Cuando se les pregunta a los niños qué es lo que menos les gusta del hospital, el 28 por ciento responde que los "pinchazos" (31 por ciento los hospitalizados por primera vez), la comida (17 por ciento) y los tratamientos (8,4 por ciento), mientras que los que más les gusta es el colegio (15 por ciento), el trato personal, los juegos y ver la televisión, aspectos que lógicamente deberían ser cuidados, y potenciados por los gestores de los hospitales pediátricos.
Casi la mitad de los niños hospitalizados (41 por ciento) dicen haber sentido dolor o molestias durante su ingreso (Fig. 2), frecuencia confirmada por padres o cuidadores que refieren que sus hijos sienten dolor (39,4 por ciento) al menos una vez al día. Según estos, uno de cada 10 niños sufren dolor continuo, uno de cada cinco dolor varias veces al día y solo uno de cada cinco no ha sentido ningún dolor. Respecto a la intensidad del dolor se les ha preguntado que lo cuantifiquen según una escala validada de 0 a 10, cero ningún dolor, 10 dolor insoportable. El resultado de esta pregunta es sorprendente porque casi uno de cada cuatro refiere haber sentido un dolor de 8 y 9 (Tabla III y Fig. 3).
Cuando se les pregunta que describan el dolor, la mayoría (37,6 por ciento) lo refieren asociado a pinchazos o agujas "como si me pincharan muy fuerte con algo grande y pesado", "parece que te cortan", duele muchísimo, quema y se me retuercen las tripas" (Fig. 4). Uno de cada dos niños asocia el dolor a la curación (Fig. 5).
Los niños hospitalizados con dolor elaboran estrategias que consisten en pedir ayuda a sus familiares (21,5), al personal sanitario (7 por ciento), lloran (17 por ciento) o se quejan (12 por ciento). Uno de cada tres tratan de hacer frente al dolor mediante el sueño o resistiendo, algunos respirando hondo (5 por ciento) o apretando sobre la herida. Los niños que han sido hospitalizados varias veces utilizan más la estrategia de pedir ayuda al médico (15 por ciento) frente a los que se hospitalizan por primera vez (7 por ciento), posiblemente porque desconocen esta posibilidad.
Los sentimientos que generan en los padres y cuidadores el dolor de sus hijos es tristeza, nerviosismo, miedo, rabia o impotencia (Fig. 6)
Determinadas prácticas hospitalarias son especialmente temidas por los niños. Cuando se les pregunta de las cosas qué te hacen en el hospital, ¿hay algunas a las que tengas miedo? Uno de cada tres responde que las inyecciones o la extracción de sangre (Fig. 7). Cuando se les pregunta ¿cuándo algo te da miedo, qué sientes? Casi uno de cada 3 responde que sudor de manos y uno de cada cuatro dolor de tripa (Fig. 8).
Los niños se intercambian información para afrontar el dolor. A la pregunta ¿qué consejos le darías a otros niños que tienen dolor para que se les pase? Casi la mitad (42,5 por ciento) contesta intentar dormir o distraerse, estrategia que utilizan más los más experimentados por ingresos anteriores, 53 por ciento los que han sido hospitalizados en tres o más ocasiones versus 38 por ciento los ingresado por primera vez.
En el hospital los niños emplean su tiempo en distraerse siendo las actividades más útiles hablar con las visitas, ver la TV y jugar. Por ello los hospitales pediátricos deberían preparar el mobiliario y la organización para facilitar tanto las visitas de familiares, hermanos y amigos, ver la TV y jugar. Cuatro de cada cinco niños hospitalizados respondieron que cuando hacían alguna actividad para distraerse "le dolía menos", como un olvido transitorio de la sensación de disconfor o sufrimiento.
En resumen, el dolor y el dolor intenso es excesivamente frecuente entre los niños hospitalizados, estos sienten con frecuencia dolor durante su estancia en el hospital y en ocasiones la intensidad del dolor es elevada, 6,5 en una escala de 0 a 10. Los dolores más intensos lo perciben como pinchazos o quemazón. Los niños desarrollan estrategias tendentes a paliar este sufrimiento. Los hospitales y el personal sanitario, que atienden a los niños hospitalizados, deberían adecuar sus instalaciones y su trato para que la estancia hospitalaria sea lo menos dolorosa posible, se debería tender a tener hospitales sin dolor, hospitales de colores y risas, abiertos a padres, hermanos y amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario