sábado, 26 de septiembre de 2015

Dejar de fumar tras un ataque al corazón proporciona una rápida mejoría de la salud mental y la calidad de vida :: El Médico Interactivo :: Dejar de fumar tras un ataque al corazón proporciona una rápida mejoría de la salud mental y la calidad de vida

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Dejar de fumar tras un ataque al corazón proporciona una rápida mejoría de la salud mental y la calidad de vida





25-28/09/2015 - E.P.

Los pacientes que habían dejado de fumar antes de los ataques al corazón tienen una mejoría muy similar a quienes nunca habían fumado

Un nuevo estudio muestra que dejar de fumar después de un ataque al corazón tiene beneficios inmediatos, incluyendo menos dolor en el pecho, mejor calidad de la vida cotidiana y mejor salud mental. Muchos de estos progresos se hicieron evidentes tan sólo un mes después de dejar de fumar y son más pronunciados después de un año, según una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos.
"Incluso en las personas que fumaban y tuvieron un ataque al corazón, vemos mejoras bastante rápidas en medidas importantes de la salud y la calidad de vida cuando dejan de fumar después de sus ataques al corazón, en comparación con las personas que continúan fumando", afirma la profesora asistente de Medicina Sharon Cresci, autora principal del trabajo, que se publica este martes en 'Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes'.
Hace tiempo que se sabe que dejar de fumar después de un ataque al corazón reduce el riesgo de que se repita un ataque al corazón y el riesgo de muerte en general, pero se sabe poco acerca de otros beneficios para la salud que podrían tener un impacto más inmediato en la vida diaria de la gente y proporcionar una motivación adicional para dejar el hábito.
Los investigadores analizaron los datos de cerca de 4.000 pacientes que participan en varios ensayos grandes que analizan los ataques cardiacos y la recuperación. En el momento de los ataques cardiacos, los pacientes fueron clasificados como personas que nunca habían fumado, exfumadores que dejaron el tabaco antes de los ataques al corazón o fumadores activos. Entre los fumadores activos, el 46 por ciento abandonó el hábito en el primer año después de sus ataques al corazón.
"Obviamente, los pacientes que nunca habían fumado evolucionaron mejor después de sus ataques al corazón --señala Cresci--. Pero los que habían dejado de fumar antes de los ataques al corazón parecían muy similares a quienes nunca habían fumado. Los pacientes que dejan de fumar después de los ataques al corazón presentaban un nivel intermedio de recuperación, pero fueron notablemente mejores que los fumadores activos, a los que les fue peor en la cantidad de dolor en el pecho que experimentan y en sus respuestas a los cuestionarios que evalúan la salud mental y calidad de vida".
Las mejoras en la salud siguieron siendo significativas incluso cuando los científicos controlaron otros factores que juegan un papel en las medidas de salud mental y la calidad general de vida, como depresión pre-existente, otros trastornos médicos y factores socioeconómicos. Uno de los indicadores más importantes de cómo le va a un paciente después de un ataque al corazón es la frecuencia y el grado de angina --dolor o pesadez en el pecho que puede irradiarse hacia el brazo izquierdo y el cuello--. A veces incluye náuseas y dificultad para respirar.
Cuando se mantiene durante un periodo de tiempo, la angina de pecho puede indicar que una persona está teniendo un ataque al corazón. Además, episodios breves, incluso intermitentes, durante un paseo o cuando se suben escaleras, pueden ser alarmantes, reduciendo la calidad de vida y afectando a la salud mental.
"La angina de pecho puede ser muy debilitante para los pacientes --apunta Cresci, cardiólogo que trata a pacientes en el 'Barnes-Jewish Hospital', en Saint Louis, Estados Unidos--. Los episodios de angina de pecho son alarmantes, especialmente cuando los pacientes acaban de tener un ataque al corazón. Los síntomas son una señal de que el corazón no está recibiendo suficiente oxígeno, lo que afecta la calidad de vida cotidiana de la gente".
Cresci hizo hincapié en que la atención estándar para los fumadores que han tenido ataques cardiacos incluye ofrecer apoyo para dejar de fumar. Cresci, también profesor asistente de Genética, está realizando estudios mirando los factores genéticos que podrían hacer que sea más fácil para algunas personas dejar de fumar. Un estudio investiga si la genética puede predecir qué pacientes pueden beneficiarse más de tipos específicos de estrategias para dejar de fumar, como el reemplazo de la nicotina o el asesoramiento.

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