martes, 17 de enero de 2017

Nuevos hallazgos en monos confirman los beneficios de la restricción calórica - DiarioMedico.com

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POLÉMICA ZANJADA

Nuevos hallazgos en monos confirman los beneficios de la restricción calórica

Una reducción controlada de calorías es positiva para la salud, según un nuevo estudio que viene a zanjar controversias previas.
Redacción. Madrid   |  17/01/2017 17:14
 
 

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Rafael de Cabo
Rafael de Cabo, director del Grupo de Gerontología Traslacional del Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA) en los Institutos de Salud, de Estados Unidos. (Mauricio Skrycky)
  • Rafael de Cabo
  • Restricción calórica en macacos
Los efectos de la restricción de calorías -sin causar malnutrición- sobre la salud se estudian desde hace décadas en diversos modelos animales, de las levaduras y nematodos a las moscas y los ratones. Dos grupos científicos en Estados Unidos lo hicieron en macacos rhesus pero el resultado fue dispar. Mientras que el grupo de la Universidad de Wisconsin-Madison publicó en 2009 que la restricción calórica obtenía un aumento significativo en la longevidad de los animales, así como una menor incidencia de cáncer, enfermedad cardiovascular y resistencia insulínica, el grupo del Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA) hizo públicos en 2012 sus resultados, donde no se apreciaban mejoras importantes en la longevidad, aunque sí una tendencia a un mejor estado de salud.
La controversia se zanja ahora en un nuevo trabajo, que se publica en Nature Communications, en el que ambos equipos han colaborado, tal como expuso a DM Rafael de Cabo, uno de los autores del estudio del NIA. Junto a De Cabo, que es jefe de Grupo de Gerontología Traslacional del NIA, en Maryland, participa en este estudio Julie Mattison, del Centro de Investigación en Primates no Humanos (NIA). Del grupo de Wisconsin, participan Ricki Colman, del Centro Nacional de Investigación en Primates de Wisconsin, y Rozalyn Anderson, profesor de Medicina en la Universidad Wisconsin-Madison.
Los investigadores han analizado los datos recabados en sendos estudios, de un total de 200 monos a lo largo de varios años. En consenso, consideran que la restricción calórica sí tiene un impacto positivo tanto en la salud como en la supervivencia de los primates no humanos. También aclaran por qué obtuvieron resultados diferentes.
En primer lugar, los animales de los dos estudios siguieron una dieta hipocalórica en edades diferentes. El análisis comparativo revela que comer menos es beneficioso en primates adultos y mayores, pero no lo es para los animales más jóvenes. Esto es un importante hallazgo con respecto a los estudios en roedores, en los que los beneficios de una dieta restrictiva son superiores cuanto antes se empieza.
En segundo lugar, en el grupo de monos del NIA, los macacos que servían de controles comieron menos que los controles del grupo de Wisconsin. Esa menor ingesta se asoció con una mejor supervivencia de los macacos. Así, las diferencias, en cuanto a efectos saludables, se acortaban entre los monos que seguían la dieta y los controles del NIA, mientras que resultaban más marcadas en los animales de la Universidad de Wisconsin. Por ello, los autores apuntan que diferencias pequeñas en la ingesta de alimentos en los primates sí podría afectar significativamente el envejecimiento y la salud.
En tercer lugar, la composición de la dieta era sustancialmente diferente en ambos estudios. Los monos del grupo del NIA comieron alimentos de origen natural y los monos de Wisconsin, que formaban parte de la colonia en el Centro Nacional de Investigación de Primates de Wisconsin, comieron alimentos procesados con mayor contenido de azúcar. Los animales de control de Wisconsin también estaban más gordos que los controles del NIA, lo que confirmaría que en un patrón de ingestión de alimentos normal, no restringido, lo que se come supone una gran diferencia en la masa grasa y la composición corporal.
Finalmente, el sexo de los animales también determina el impacto de la dieta: las hembras parecen menos vulnerables a los efectos adversos de la grasa que los machos.
Los científicos concluyen, siempre en el modelo animal, que si bien una restricción moderada de calorías es positiva, aumentar esa restricción no supone un beneficio mayor. Ahora toca determinar dónde estaría ese mínimo grado de restricción con el que se puede obtener el máximo beneficio, y, por supuesto, demostrar que tiene un efecto similar en los humanos.

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