María Sánchez-Monge. Madrid | 23/05/2017 15:27
El diagnóstico por la imagen y el avance de las técnicas intervencionistas se abordarán en el XIV Congreso de la Sociedad Española del Dolor (SED), que se celebrará en Murcia del 1 al 3 de junio bajo el lema "Avanzando en el estudio y tratamiento del dolor".
Según los últimos estudios, el dolor afecta a más de 10 millones de españoles, el 22 por ciento de la población, y los casos de dolor crónico alcanzan al 15-25 por ciento de los adultos, aumentando al 50 por ciento en los mayores de 65 años. Además, se estima que el 50 por ciento de las personas que acuden a una consulta de atención primaria refieren este trastorno.
A pesar de esta alta incidencia, queda un largo camino por recorrer para lograr la máxima calidad en la atención a los pacientes. Javier Vidal, vocal de la SED, ha recalcado que "el dolor no es un mero síntoma. Muchas veces, la alteración de los procesos neurosensoriales se transforma en dolor crónico, que se independiza de la causa". En estas circunstancias, surge "la necesidad de intervenir en todos los mecanismos de la vía nociceptiva", algo que requiere una alta especialización.
Los representantes de la SED han hecho hincapié en que en España se necesitan más y mejores unidades del dolor, mejor dotadas, con profesionales en dedicación plena, con adecuada formación e independencia administrativa de otros servicios.
Radiofrecuencia
Uno de los pilares del tratamiento del dolor son las técnicas intervencionistas, como la rizolisis. Antonio Montero, presidente del Área Clínica del comité científico del congreso, ha señalado que, junto a la mayor posibilidad de adaptar las características de este tipo de procedimientos -temperatura, voltaje, etc.- han avanzado las ayudas visuales. Este detecta "una mayor exigencia por parte de la población en la mejora del abordaje del dolor y un alto interés de los profesionales sanitarios. Se está incrementando la investigación en dolor y se están creando grupos de trabajo y de consenso para facilitar su enfoque terapéutico".
Una de las vertientes más atractivas es la relativa a la genética, que puede ayudar a explicar la mayor o menor susceptibilidad a los fármacos para el dolor. En palabras de Juan Francisco Mulero, presidente del comité organizador del congreso, "el componente genético puede explicar por qué hay pacientes en los que los opioides ejercen un menor efecto, de forma que cada vez necesitan más" y aparece la dependencia. "Es importante identificar a esos pacientes y administrarles otro tipo de fármacos".
En todo caso, los expertos han reiterado que el problema de la adicción a los opioides en España dista mucho de ser tan grave como en otros países. Montero considera que se debe abordar con un enfoque multidisciplinar, incluyendo a psicólogos y psiquiatras. Además, "están apareciendo nuevos fármacos para lograr una deshabituación lenta que tenga una repercusión mínima en el tratamiento del dolor".
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