11º DÍA MUNDIAL
La población española tiene una privación crónica de sueño
Este viernes se celebra el 11º Día Mundial del Sueño con un objetivo claro: equilibrar el ritmo biológico con el ambiental y el social para que las obligaciones laborales y la vida familiar y social no interfieran en un descanso adecuado y no se produzcan las morbilidades asociadas a una baja calidad y cantidad de sueño.
Isabel Gallardo Ponce | igallardo@diariomedico.com | 16/03/2018 00:00
El sueño saludable es uno de los pilares de la salud, junto al ejercicio físico, la dieta y el bienestar emocional, según ha recordado Óscar Sans, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española del Sueño (SES), a propósito de la celebración del 11º Día Mundial del Sueño, bajo el auspicio de la Sociedad Mundial del Sueño e impulsado en España por la SES.
Puesto que las sociedades occidentales, y en particular la española, viven con deprivación del sueño y a la creciente evidencias sobre las comorbilidades asociadas a los trastornos del sueño, esta undécima edición del Día Mundial lleva por lema Únete al mundo del sueño, conserva tus ritmos para disfrutar de la vida, inspirado en el Premio Nobel de Medicina de 2017.
- Una mala calidad y cantidad de sueño se asocia con ECV, Alzheimer y depresión
La relación entre un sueño de baja calidad y cantidad con un aumento del riesgo de depresión, infarto y enfermedad de Alzheimer, sigue ganando evidencias, ha explicado Sans. Dormir mal también se asocia con más accidentes de tráfico o de trabajo. Pero además, la presencia de patologías crónicas se asocia con problemas de sueño. Por ejemplo, "la demencia puede empeorar si no se tratan los trastornos de sueño asociados, al tiempo que una mala calidad de sueño eleva el riesgo de demencia en la senectud. Por otro lado, la presencia de apnea del sueño es también un factor de riesgo de Alzheimer y de demencia vascular". Además, en pacientes con cáncer de mama la aparición de trastornos del sueño, especialmente insomnio, se circunscribe no sólo al momento del diagnóstico, sino que están presentes durante el tratamiento y al alta.
"En estos datos radica la importancia de preguntar a los pacientes con enfermedades crónicas o cáncer sobre la calidad de su sueño. Los problemas de sueño se pueden asociar a problemas de salud y viceversa , hay que preguntar sobre ellos porque afectarán a la evolución y al pronóstico de la enfermedad", ha añadido Sans. Según ha explicado Javier Albares, coordinador del Grupo de Cronobiología de la SES, el reloj biológico de cada persona es diferente. No obstante, para asegurar su correcto funcionamiento éste debe estar alineado con otros dos ritmos externos: el ambiental -determinado por la luz y oscuridad generada por el ciclo solar- y el social -que imponen las obligaciones laborales, sociales y familiares-. "Si no lo están se produce una cronodisrupción que se asocia con un aumento del riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular, deterioro cognitivo, alteraciones del sueño, trastornos afectivos, síndrome metabólico, algunos tipos de cáncer y envejecimiento prematuro".
Test de los tres tiempos
Para que la población pueda conocer si existe un equilibrio en sus horarios se ha presentado el Test de los tres tiempos, diseñado por el Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia para comprobar el grado de ajuste de los horarios de sueño, trabajo y actividad social y responder a cuestiones como si se dedica tiempo al trabajo o se duermen las horas adecuadas. "En caso de que exista esta cronodisrupción, los resultados del test darán la voz de alarma para que puedan consultar con un especialista del sueño", ha dicho Albares. Además, los datos que se recojan con esta encuesta permitirán tener datos de la población española para conocer si los horarios son tardíos, para valorar la privación del sueño y la presencia de la cronodisrupción.
- Albares: "El cerebro entiende de ritmicidad circadiana y no de horario laboral o de fin de semana".
Albares ha añadido que la privación de sueño que existe en España se potencia por la cronodisrupción, algo que ocurre por los horarios impuestos en la sociedad, que no permiten una conciliación familiar y laboral, y por la franja horaria desplazada una hora, lo que potencia más los horarios tardíos y que se duerma menos horas -en torno a una y media menos que el resto de países europeos-. "La única forma de conseguir cambios horarios es con legislación sobre los horarios escolares y laborales. El cerebro entiende de ritmicidad circadiana y no de horario laboral o de fin de semana".
Albares ha añadido que los turnos laborales están mal planificados en España puesto que lo habitual es rotar semanalmente en turnos de mañana, tarde y noche. "Hay que planearlos bien para que la cronodisrupción sea menor. La organización que menos consecuencias tienen serían los cambios ultracortos con duración de 1 ó 2 días, o en cambios largos durante un mes. Eso se lleva a cabo en pocos trabajos". Se trata, por tanto, de crear una cultura de empresa saludable que permita a los trabajadores tener una flexibilidad horaria en función de su ciclo biológico para mejorar la salud de la población y la productividad
Cronopotenciación
Asimismo, también existen medidas de cronopotenciación para que la cronodisrupción sea menor. En esta línea Albares ha apuntado que es fundamental recibir unas dos horas de luz natural al día, una cifra muy superior a los 30 minutos de exposición media actual. "Esa luz de exposición debe ser matutina", ha añadido Sans, puesto que la luz es un sincronizador fundamental del cerebro.
- En trastornos del sueño no vale una receta para todos, sino que hay que individualizar
Albares y Sanz recomiendan también realizar una alimentación equilibrada y ejercicio físico regular, que favorece el sueño y la cronosincronización, preferiblemente por la mañana o a mediodía. "En mayores, que sufren un adelanto de fase se recomienda realizar ejercicio por la tarde para cronopotenciar que se acuesten algo más tarde". No obstante, en trastornos del sueño no vale una receta para todos, sino que hay que individualizar.
Al menos un 10% de la población española sufre algún trastorno de sueño crónico y grave
Bajo el lema Únete al mundo del sueño, conserva tus ritmos para disfrutar de la vida, el Día Mundial del Sueño quiere destacar la importancia que tiene para nuestra salud dedicar tiempo suficiente al sueño y a adecuar los horarios que dedicamos a dormir.
"Dormir es fundamental para nuestra salud física y mental y este sueño debe ser de calidad y con una duración adecuada. Pero, por lo general, dedicamos pocas horas al descanso y además, son pocas las personas con problemas de sueño que buscan la ayuda de un profesional", ha señalado Carles Gaig Ventura, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
La SEN estima que entre un 20 y 48 por ciento de la población adulta sufre, en algún momento de su vida, dificultad para iniciar o mantener el sueño. Aunque los problemas de sueño son más frecuentes en mujeres y en personas mayores, también lo son en pediatría: aproximadamente el 20-25 por ciento de la población infantil sufre algún tipo de trastorno del sueño.
Entre los trastornos de sueño más frecuentes se encuentra el insomnio (20-30 por ciento), el síndrome de las piernas inquietas (5 por ciento) y el síndrome de apneas-hipopneas del sueño (4-5 por ciento). Aunque también habría que destacar otros como la narcolepsia, que padece unas 25.000 personas en España, o las parasomnias no REM y el trastorno de conducta de fase REM.
Además, al menos un 10 por ciento de la población sufre algún trastorno de sueño crónico y grave. Sin embargo, la Sociedad estima que el 90 por ciento de los pacientes con apnea del sueño o con el síndrome de las piernas inquietas y que al menos un 60 por ciento y el 80 por ciento de los pacientes con narcolepsia están sin diagnosticar. Menos de un tercio de las personas con problemas de sueño buscan ayuda profesional.
"Cuando no se consigue dormir adecuadamente se ve afectada la capacidad intelectual y el rendimiento cognitivo, pueden surgir complicaciones endocrinas, metabólicas, psicológicas, inmunológicas, psicomotoras,... además de que aumenta el riesgo de hipertensión y la probabilidad de ictus y de demencia vascular. Y la falta de sueño también puede agravar y/o aumentar la probabilidad de desarrollo de otro tipo de enfermedades como la enfermedad de Parkinson o posiblemente el Alzheimer", ha explicado Gaig. "En los niños, puede verse alterado su desarrollo cognitivo o emocional, además de otros problemas como obesidad, hiperactividad, impulsividad, bajo rendimiento académico, etc."
Según un estudio realizado en España entre más de 3.000 pacientes adultos, realizado por el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, los españoles duermen de media unas 7-8 horas diarias. Un 32 por ciento se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador y un 35 por ciento finaliza el día muy cansado. Mientras, otro estudio realizado en mayores de 15 años señala que el 12 por ciento de la población reconoce tener horarios de sueño irregulares.
"Las necesidades de sueño varían a lo largo de la vida, fundamentalmente en relación con la edad, pero también con factores genéticos y personales. No obstante, la National Sleep Foundation recomienda 14-17 horas para los menores de 3 meses, 12-15 horas para los menores de 11 meses, 11-14 horas para los menores de dos años, 10-13 horas para los menores de 5 años, 9-11 horas para los menores de 13 años, 8-10 horas para los adolescentes y 7-9 horas para los adultos. Para los mayores de 65 años se recomienda una duración de sueño diaria de 7-8 horas y, en todos los casos, lo ideal es mantener un horario de sueño regular con no más de dos horas de diferencia entre días de trabajo y días libres", ha comentado Gaig.
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