La inactividad en los vuelos espaciales afecta al sistema musculoesquelético de los astronautas
Los vuelos espaciales y los hábitats de gravedad reducida exponen a los astronautas también a ambientes con poco oxígeno
El Médico Interactivo | 24 - abril - 2018 12:50 pm
La inactividad de los astronautas durante los vuelos espaciales presenta un riesgo significativo para sus músculos, según revela un nuevo estudio cuyas conclusiones se detallan en un artículo publicado en ‘The Journal of Physiology’. Los científicos han simulado el impacto de los vuelos espaciales de 21 días en el cuerpo y el impacto de los entornos de baja gravedad como la Luna o Marte.
Durante los vuelos espaciales y en hábitats futuros en la Luna o Marte, los humanos están o estarán expuestos a una condición de “microgravedad”, en otras palabras, a un campo gravitacional mucho más pequeño en comparación con el presente en la Tierra. Este estrés ambiental tiene consecuencias negativas en muchos órganos, sistemas y funciones del cuerpo, incluidos los huesos, los músculos, además de los sistemas cardiovascular, respiratorio y nervioso.
Los vuelos espaciales y los hábitats de gravedad reducida expondrán a los astronautas también a ambientes con poco oxígeno. Por lo tanto, el estrés hipóxico se superpondrá al relacionado con la gravedad reducida. Las mitocondrias se encuentran en las células y usan oxígeno para producir energía en un proceso llamado metabolismo oxidativo.
Las personas usan sus músculos esqueléticos para moverse y, por lo tanto, para ser activos se requiere del metabolismo oxidativo de estos músculos. Los músculos necesitan oxígeno, lo que llevó a los investigadores a pensar que los entornos con poco oxígeno (“hipóxico”) de los vuelos espaciales o mundos planetarios futuros afectarían a su funcionamiento. Sin embargo, encontraron que la inactividad en sí misma puede tener un efecto más pronunciado sobre el músculo esquelético que la falta de oxígeno.
La inactividad, peor que la hipoxia a nivel muscular
Los resultados demostraron que las deficiencias posteriores a la microgravedad no se vieron agravadas por la hipoxia. Dado que la inactividad y la hipoxia se asocian frecuentemente con varias enfermedades cardiovasculares y respiratorias importantes, existe la sugerencia de que, para el músculo esquelético, la inactividad es peor en comparación con la hipoxia. Si se confirma, este hallazgo tendría consecuencias relevantes obvias en las intervenciones terapéuticas y de rehabilitación: la corrección de la hipoxia podría ser menos crítica que la corrección de la inactividad.
Además de para los astronautas, esta investigación podría tener un impacto significativo en pacientes con enfermedades crónicas caracterizadas por inmovilidad e hipoxia, según el equipo de investigadores, dirigido por fisiólogos de la Universidad de Udine, en Italia, y realizado conjuntamente con la Universidad de Pavía y el Politécnico de Milán, también en Italia, la Universidad de Munich, en Alemania; el Centro Aeroespacial Alemán, el Centro Sueco de Fisiología Aeroespacial, el Instituto Jo ef Stefan de Liubliana, Eslovenia (coordinador del Estudio), y la Universidad Simon Fraser, en Burnaby, Canadá.
Los investigadores evaluaron los mecanismos por los cuales el tejido obtiene energía quemando azúcares y grasas mediante la intervención de oxígeno durante el ejercicio en los extensores de la rodilla de una pierna en 11 hombres activos. También se evaluó la respiración mitocondrial en las fibras del músculo esquelético mediante biopsia.
Es importante tener en cuenta que otro estudio del grupo de investigación (el Proyecto PlanHab), que analiza el ejercicio de cuerpo entero, descubrió que la hipoxia de hecho empeoraba el deterioro causado solo por la microgravedad. Esto sugiere que los efectos de la hipoxia podrían ser más significativos durante el ejercicio del cuerpo entero, en el que el estrés en el sistema cardiovascular es más pronunciado.
Bruno Grassi, el investigador jefe del proyecto, explica: “Esta investigación ayudará a preparar a los astronautas para los vuelos espaciales y mejora nuestra comprensión de cómo los músculos responden a largos periodos de inactividad en asociación con la hipoxia. Los futuros estudios tendrán que investigar con más detalle los mecanismos responsables de los hallazgos observados. Además, los resultados obtenidos en los músculos esqueléticos deberán interpretarse en conjunto con los derivados de otros estudios del proyecto PlanHab, que tratan los problemas cardiovasculares, del sistema respiratorio, inmunológico y del sistema nervioso central y metabolismo”.
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