jueves, 26 de abril de 2018

“Sofosbuvir ha sido una historia de perseverancia” - DiarioMedico.com

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HEPATOLOGÍA

“Sofosbuvir ha sido una historia de perseverancia”

La vicepresidenta de investigación en enfermedades hepáticas de Gilead Sciences, Diana Brainard, cree que ser humilde favorece la colaboración.
Pilar Laguna. París   |  26/04/2018 00:00
 
 
Diana Brainard,  vicepresidenta de investigación clínica de Gilead Sciences
Diana Brainard, vicepresidenta de investigación clínica de Gilead Sciences. (DM/CF)
  • "Necesitamos médicos que se vuelquen en los pacientes para trabajar con ellos y ver si nuestras terapias son efectivas"
Gilead Sciences querría replicar el modelo de desarrollo de su joya de la corona, sofosbuvir -la revolución terapéutica en hepatitis C-, en futuros tratamientos para la hepatitis B crónica y la esteatohepatitis no alcohólica (NASH, por sus siglas en inglés). La empresa californiana busca su sitio en las terapias innovadoras para enfermedades potencialmente mortales que no disponen de tratamientos eficaces. 

Lo intentan en VIH-sida, oncohematología, enfermedades inflamatorias y respiratorias (con nuevos agentes en investigación para artritis reumatoide, enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa) y también promueven un ensayo clínico que busca indicación para el virus del Ébola. Pero su liderazgo se alza en enfermedades del hígado, especialmente desde que comercializó Sovaldi tras comprar la empresa Pharmasett.

Diana Brainard, vicepresidenta de investigación clínica de enfermedades hepáticas de Gilead, ha participado en el congreso de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado, celebrado en París, desde el que ha explicado a DM las claves del éxito de sofosbuvir, atestiguado por ella, pues entró en la compañía en 2007 tras unos años como especialista en infecciosas del Hospital General de Massachusetts y profesora de la Universidad de Harvard. 

"Sofosbuvir es sobre todo una historia de perseverancia porque Gilead había empezado hace 15 años a desarrollar tratamientos para el VHC. Gracias a la pericia adquirida se supo reconocer que el fármaco era muy especial, y también fue muy acertado buscar los socios adecuados", relata, subrayando que valió la pena persistir en la búsqueda del fármaco eficaz "aunque algunas dificultades fueran muy desafiantes".

Lecciones aprendidas

Del programa de hepatitis C la compañía aprendió varias lecciones. Una, la de actuar abiertamente "cuando ves que tienes un fármaco con tanto potencial de ayudar a miles de enfermos y hacerlo de la mano de autoridades reguladoras, médicos y asociaciones de pacientes". La segunda lección que subraya Brainard sería la humildad de trabajar con diferentes socios para conseguir el medicamento. "Pedir ayuda es el mejor método, y el más rápido para lograr tus objetivos. Creo que eso lo hemos hecho bien, y ha llegado el momento de eliminar la hepatitis C con otras armas: aumentar los diagnósticos, incrementar el acceso a las terapias y que los médicos lleguen a pacientes más alejados de la atención sanitaria".

Brainard recuerda que de sofosbuvir han salido las importantes combinaciones pangenotípicas que se manejan hoy en hepatitis C, tales como sofosbuvir 400 mg/velpatasvir 100 (Vosevi), sofosbuvir 400mg/velpatasvir 100 mg (Epclusa) y ledipasvir 90 mg/sofosbuvir 400 mg (Harvoni). Pero ha llegado el momento de apoyar proyectos de investigación sobre modelos de erradicación de hepatitis en poblaciones pequeñas de pacientes. A través del Programa Chime, abierto hasta septiembre de 2018, la compañía financiará las 30 mejores propuestas en el ámbito de su programa Investigator Sponsor Research (ensayos propuestos por los investigadores).

Ahora Gilead quiere aplicar la fórmula exitosa a su I+D+i en hepatitis B y enfermedad del hígado graso o esteatohepatitis no alcohólica (NASH) y, si fuera necesario, comprar empresas que tengan los mejores productos en desarrollo, como ha hecho en otras ocasiones. La última conocida es la adquisición de Kite Pharma por casi 10.000 millones para entrar en el campo de la terapia celular más emergente, como CART-T. 

Brainard aspira a mantener el liderazgo en enfermedades hepáticas con la búsqueda de terapias para un abanico patológico, desde las hepatitis víricas a las enfermedades fibróticas, hepatitis alcohólica, colangitis esclerosante primaria, cirrosis biliar primaria y NASH. "Son enfermedades hepáticas raras que aún no cubren sus expectativas terapéuticas. Necesitamos médicos que se vuelquen en los pacientes para trabajar con ellos y ver si nuestras terapias son efectivas", dice, incidiendo en la prioridad de comprender la experiencia del paciente antes, durante y después del tratamiento. 

Por ello trabajan con expertos en el campo de los resultados de salud, lo que en inglés se llama Patient Recorded Outcomes (PRO's), para recoger información de los pacientes, incluyendo los de NASH. El ensayo más avanzado es un fase III de selonsertib (inhibidor ASK-1) como potencial indicación para NASH, junto a otros dos estudios en fase II, uno para tratar la enfermedad con inhibidor ACC y otro con el agonista FXR.

Enfermedad hepática y metabólica

"La epidemiología de las enfermedades del hígado está cambiando. NASH es una enfermedad hepática y metabólica. Actualmente aumentan las tasas de obesidad y diabetes, y creo que tenemos que afrontarlo con tratamientos efectivos porque empieza a ser una de las causas principales de enfermedad hepática en el mundo". Esto es un proyecto a largo plazo, mientras que en breve se espera acometer los trastornos hepáticos derivados del hígado graso, especialmente fibrosis y cirrosis. 

En hepatitis B crónica con enfermedad hepática compensada, ya han comercializado un fármaco que impide la multiplicación viral aunque no es curativo, tenofovir alafenamida (Vemlidy). "Si fuéramos capaces de curar a una pequeña fracción de pacientes sería impresionante porque nadie lo ha conseguido todavía".

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