miércoles, 6 de junio de 2018

La inmunoterapia aumenta la supervivencia de muchos pacientes de cáncer de piel, cabeza o pulmón | Madrid | EL PAÍS

La inmunoterapia aumenta la supervivencia de muchos pacientes de cáncer de piel, cabeza o pulmón | Madrid | EL PAÍS

La inmunoterapia aumenta la supervivencia de muchos pacientes de cáncer de piel, cabeza o pulmón

Esta nueva vía de ataque cuadruplica la supervivencia de los enfermos con tumor de piel

José Llorente, 74 años, junto a la especialista Ainara Soria, en el Hospital Ramón y Cajal.

José Llorente, 74 años, junto a la especialista Ainara Soria, en el Hospital Ramón y Cajal. 



Carmen Pérez-Lanzac


La inmunoterapia sigue dando buenas noticias a los expertos en cáncer. Los últimos estudios desvelan resultados muy alentadores en casos de cáncer de piel, en tumores urológicos o de cabeza y cuello o en el cáncer de pulmón. En el caso de los melanomas con metástasis, llega a cuadriplicar la supervivencia de los enfermos, pasando de nueve meses a cuarenta.
José Llorente, 74 años, junto a la especialista Ainara Soria, en el Hospital Ramón y Cajal.



Un sistema inmunológico sano detecta las células que presentan alteraciones genéticas que podrían conducir a la generación de un cáncer y las destruye. La pregunta es, ¿por qué falla el sistema inmunológico en las personas que enferman de cáncer? ¿Se puede potenciar sus defensas para luchar contra esta terrible enfermedad?



Las células cancerígenas aprenden a “camuflarse” de las defensas del organismo para no ser destruidas por este. Además de a esconderse, también logran que las células del sistema inmune sean sus aliadas y les ayuden a crecer.
La investigación ha permitido diseñar fármacos dirigidos a recuperar al sistema inmune frente al tumor. Ainara Soria Rivas, responsable de tumores de piel y tumores de cabeza y cuello desde 2008 en el Hospital Ramón y Cajal, de 41 años, explicaba hace unas semanas en el XIV Congreso del Abordaje Multidisciplinar del Cáncer los avances en su investigación .
Uno de sus pacientes es José Llorente Domingo, de 74 años, al que trata desde que a los 71 años llegó al hospital diagnosticado de melanoma. Para Soria, el de Llorente es el ejemplo de un éxito. Corría 2014 y su cáncer era un estadio IIIC, es decir, estaba muy avanzado. “Los enfermos como él, antes no duraban un año”, dice Soria.
Soria explica que mientras la quimioterapia utiliza venenos celulares, que entorpecen diferentes momentos del proceso de reproducción del cáncer con sus temidos efectos secundarios, ya que también daña a células que funcionan bien, el efecto de la inmunoterapia es que causa enfermedades autoinmunes. Llorente cuenta que se le hizo “como un huevo de gallina bajo la axila”, y que sufrió diarreas y un sarpullido por todo el cuerpo. Para Soria son males menores, un efecto secundario del tratamiento.
Soria cuenta que fue en 2010 se tuvo conocimiento de un anticuerpo, el Ipilimumab, que demostró un aumento significativo de supervivencia respecto a la quimioterapia en melanomas con metástasis. “Este fue el primer fármaco de esta nueva familia y, y algo aún más esperanzador, un porcentaje de entre el 20% y el 23% de los enfermos, conseguía mantener este beneficio a lo largo de los años”, cuenta.
Desde entonces, se han desarrollado otros tratamientos que han desbancado a la quimioterapia como mejor tratamiento disponible para muchos enfermos. En la actualidad las energías en investigación se centran en poder discernir qué enfermos son capaces de inmunizarse contra el tumor y cuáles no. "Parece que los tumores que acumulan mayor carga de mutaciones son más sensibles a estos tratamientos. La probabilidad de respuesta a estos medicamentos se estima entre el 30% y el 40% de modo global", informa Soria.
Para esta especialista, el resultado más esperanzador son "los largos supervivientes", enfermos que completan el tratamiento o que deben suspenderlo por alguna reacción adversa, "y su tumor no progresa, con independencia de si el tumor ha remitido por completo o parcialmente, no vuelve a crecer", se admira.
"En melanoma ya hay enfermos con seguimientos prolongados, incluso de años sin progresión", dice la experta. "Conseguimos que los enfermos aprendan a defenderse ellos mismos con su sistema inmunitario del tumor y esto puede tener memoria, y por lo tanto conseguir respuestas duraderas e independientes de la continuidad de administración del fármaco. Saber qué enfermos pueden descansar del tratamiento y cuándo pueden hacerlo será un futuro cercano", termina Soria.

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