En la actualidad todavía hay “carencias” para combatir la pandemia del COVID-19 con garantías, ya que no existen “estudios con amplias muestras de pacientes y directrices claras”. Es una de las conclusiones de los expertos reunidos por videoconferencia en un encuentro organizado por el Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas y Sepsis de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).
Los expertos participantes en el seminario ‘COVID-19. Desde el punto de vista infeccioso’, que ha contado con la colaboración de Shionogi, han abordado los tratamientos antiviral, antibacteriano y antiinflamatorio. La moderadora del webinar ha sido Cruz Soriano Cuesta, intensivista del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, quien ha recordado que “más que nunca es necesario comparar protocolos y compartir los casos con compañeros de otros hospitales”.
En su intervención, David Navarro Ortega, jefe de Servicio de Microbiología del Hospital Clínico de Valencia, ha comentado que el diagnóstico no se puede simplificar con el mero resultado de una PCR ni de un test de anticuerpos. De hecho, dar positivo en estas pruebas no implica ser contagioso, mientras que la reaparición de RNA en pacientes curados no supone necesariamente reinfección.
Este experto se ha referido al estudio chino que cuantifica los falsos negativos de PCR, que se llegan a producir hasta en el 30% de los pacientes hospitalizados. Según ha explicado, el motivo podría ser la calidad de la toma de la muestra o el momento de realización del test, aunque una situación de carga viral baja también los podría justificar.
Falta de estudios de antivirales
Por su lado, Emili Díaz Santos, del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Consorci Sanitari Parc Taulí de Barcelona, ha recordado que faltan estudios con amplias muestras de pacientes graves que confirmen la eficacia real de los antivirales empleados para combatir la pandemia del COVID-19. En su opinión, es recomendable el inicio muy precoz de los antivirales para bajar la carga viral asociada a mal pronóstico, a pesar de que no hay “evidencia clara”.
“No tenemos datos para afirmar que los antivíricos vayan a dar resultados, pero sí deberían conseguirse si se administran en los primeros días. Tampoco está claro que esto signifique no tener que mantenerlos de forma tardía en los pacientes graves”, ha añadido.
Tratamiento inflamatorio
En cuanto al tratamiento antiinflamatorio, Pablo Vidal Cortés, intensivista del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense, también ha destacado que el principal problema es “la falta de estudios y de pruebas concluyentes”. Según ha explicado, no hay un patrón homogéneo inflamatorio en todos los pacientes COVID-19 graves, y tampoco existe en la actualidad ningún tratamiento disponible respaldado por una mínima evidencia científica.
Pablo Vidal ha hablado de los posibles efectos adversos, especialmente de riego de infección asociado: “Probablemente en un futuro tendremos que hacer un tratamiento personalizado, según el perfil inflamatorio de cada persona, pero hace falta más evidencia”.
Bacterias multirresistentes
Otro de los “daños colaterales” a la hora de combatir la pandemia del COVID-19 es la infección por bacterias multirresistentes, como ha explicado Pedro Rascado, coordinador del Plan de Contingencia de la SEMICYUC ante la COVID-19 e intensivista del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela.
Su principal consejo ha sido “seguir aplicando lo que funciona y se hacía bien antes de la llegada del COVID-19”. En este sentido, ha mencionado los Proyectos Zero, que han ayudado a disminuir las infecciones nosocomiales en las UCI y las provocadas por microrganismos multirresistentes. Pedro Rascado ha comentado que el paciente crítico por COVID-19 cumple muchos de los factores de riesgo para sufrir infección por multirresistentes, como la gravedad, el tratamiento inmunosupresor, la hospitalización prolongada, los tratamientos antibióticos desde el ingreso hospitalario o las comorbilidades.