miércoles, 10 de noviembre de 2010

Supramicrocirugía, eficaz para tratar el linfedema - DiarioMedico.com

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ESPAÑA
EN MAMA SE SUMA A LA TERAPIA INTEGRAL DEL CÁNCER
Supramicrocirugía, eficaz para tratar el linfedema
La supramicrocirugía linfática constituye el eslabón perdido en el tratamiento integral del cáncer, pues es capaz de mejorar el linfedema. No obstante, este abordaje puede aplicarse a cualquier tipo de linfedema.


Raquel Serrano - Miércoles, 10 de Noviembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.



Los cirujanos Jaime Rosado, Rosa Pérez Cano y José María Lasso.


Un novedoso, minucioso y complejo abordaje quirúrgico mejora el linfedema normalmente posterior a una cirugía de cáncer de mama. No obstante, el abordaje puede llevarse a cabo en linfedemas instaurados de distinta naturaleza: secundarios a cirugía de procesos tumorales localizados en ovario, útero, próstata, entre otros, e incluso melanoma. En términos generales, se trata de linfedemas ocasionados por cirugías en las que se afectan significativamente los ganglios linfáticos y que no responden adecuadamente al tratamiento con medidas convencionales rehabilitadoras, según han explicado a DM Rosa Pérez Cano, José María Lasso y Jaime Rosado Diago, jefa y miembros, respectivamente, del Servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid.

Evaluación necesaria
Desde el pasado mes de enero, los profesionales del Marañón han tratado varios casos de linfedema -de miembros superiores e inferiores, unilateral o bilateral- con buenos resultados, aunque es necesario evaluar el seguimiento al menos durante un año para concretar datos finales. Este equipo es, junto con el Jaume Massiá, del Hospital San Pablo, de Barcelona, pionero en España en la realización de este abordaje, al que se conoce como supramicrocirugía del linfedema, desarrollado por el profesor Isao Koshima, de la Universidad de Tokio, en Japón. Anteriormente, entre un 10-20 por ciento de mujeres con cáncer de mama sometidas a mastectomía más linfadenectomía desarrollaban linfedema -de bajo, medio o alto grado- a largo plazo. Las actuales técnicas de estudio del ganglio centinela, que preservan los linfáticos, han disminuido la incidencia de este efecto secundario.

La estrategia tradicional de tratamiento -presoterapia, masaje linfático y rehabilitación- mejora el proceso, aunque no lo resuelve, y siempre dependiendo del grado del linfedema.

Se desconoce el por qué se produce el linfedema, aunque los expertos consideran que influye el tipo de linfadenectomía que se practique, así como si se ha practicado radioterapia. De hecho, anteriormente se pensaba que no había linfedema si no existía linfadenectomía más radioterapia, "pero también se producen linfedemas sin radioterapia", ha señalado Pérez Cano.

Un linfedema no resuelto, además de disminuir la calidad de vida, puede dar lugar a infecciones de repetición, como celulitis y erisipelas

El equipo del Marañón realiza la supramicrocirugía del linfedema mediante dos métodos: anastomosis linfático-venosa, procedimiento que se lleva a cabo ante un linfático que es insuficiente y que se conecta a una vena para que drene la linfa hacia la vena, ya que "en realidad toda la linfa acaba drenando en una vena central, a través del sistema denominado conducto torácico. Básicamente se trata de conectar un vaso linfático de la zona de linfedema a una vena de esa misma zona con el fin de drenar directamente", según Lasso.

Venas subdérmicas
Rosado ha explicado que la otra modalidad se centra en la transferencia de ganglio linfático a la zona donde no existe drenaje linfático; es lo que se conoce como transferencia ganglionar y que, en el caso, por ejemplo, de un linfedema localizado en el brazo, consiste en transferir uno o un grupo de ganglios linfáticos funcionantes de la ingle a la axila. "En este caso es necesario conectar los ganglios linfáticos, con una estructura anatómica que es la grasa, a una arteria y a una vena".

Según el cirujano, la gran aportación de este abordaje es que se emplean venas subdérmicas, de muy pequeño calibre y con una presión venosa muy reducida, "lo que permite que el flujo linfático vaya a través de la vena y que la presión sanguínea no refluya por el linfático, el gran problema anterior". En esta cirugía, los vasos con los que se trabajan miden entre 0,5 y 0,8 milímetros de diámetro, con suturas de entre 12 y 13 ceros.

Actualmente, según Lasso, el equipo tiene previsto establecer un ritmo quirúrgico de tres casos mensuales de abordaje de linfedemas que, inicialmente, deben sujetarse a unos criterios clínicos: linfedema bien instalado en pacientes que no han obtenido mejoría con las medidas de rehabilitación. No obstante, la consolidación del beneficio podría hacer que las indicaciones se ampliaran. La opción por una u otra técnica microquirúrgica dependerá del estado de los linfáticos.

El eslabón que faltaba
Para Pérez Cano, este nuevo paso quirúrgico constituye el eslabón que faltaba en el tratamiento integral del cáncer de mama, puesto que el linfedema, además de disminuir la calidad de vida de las afectadas, puede ocasionar infecciones de repetición, como celulitis o erisipelas, que entrañan complicaciones. En el caso del cáncer de mama, el equipo del centro madrileño se ha empezado a plantear un nuevo paso para mujeres operadas de cáncer de mama: la posibilidad de realizar la elección de los ganglios en la misma intervención en la que se lleva a cabo la reconstrucción mamaria. "De hecho, ya hemos practicado un caso de reconstrucción diferida de mama más transferencia ganglionar en un mismo acto quirúrgico".
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