lunes, 9 de diciembre de 2013

Asedio al virus más esquivo - DiarioMedico.com

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brote epidémico

Asedio al virus más esquivo

La vigilancia de la gripe, optimizada con la pandemia de 2009, podría complementarse con nuevas herramientas de la red. Las vacunas se hacen tetravalentes, dejan de fabricarse en huevos y se refuerzan para individuos específicos.
Sonia Moreno. Madrid | soniamb@diariomedico.com   |  09/12/2013 00:00


Huevos embrionados
Las vacunas antigripales se fabrican en huevos embrionados; embriones de unos 14 días que ya han sido utilizados para la inoculación viral. (Centro Nacional de la Gripe de Valladolid)

Esperable, pero imprevisble. La paradoja de la gripe es que se sabe casi con certeza que habrá un brote epidémico en las próximas semanas, pero nadie se atreve a aventurar cuál será su duración, intensidad o distribución concreta de cepas. No es que no se intente con ahínco, buscando cómo perfeccionar la vigilancia, las vacunas y los tratamientos. Antoni Trilla, jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínico de Barcelona, pone el acento en la información, primera barrera contra el virus. "La vigilancia de la gripe (útil para otras enfermedades infecciosas similares) se reforzó moderadamente en la epidemia de gripe A(H1N1) en 2009. Esta experiencia ha resultado positiva, aunque hay aspectos que mejorar". Trilla alude a la gran dedicación de los profesionales en España (asistenciales y en la administración pública), que sostienen "un sistema de vigilancia epidemiológica notable y similar al de países más avanzados o que destinan más recursos".

Amparo Larrauri, del Grupo de Vigilancia de Gripe del Centro Nacional de Epidemiología (Instituto de Salud Carlos III, Madrid), explica que "el sistema de vigilancia de gripe en España, en el que participan todas las comunidades autónomas, dentro de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Renave), forma parte de la red europea European Influenza Surveillance Network, coordinada por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), en Estocolmo. Semanalmente, el Centro Nacional de Epidemiología envía los datos sobre la evolución de la actividad gripal en España al ECDC, que recoge a su vez información sobre la actividad de la gripe en los países de la UE, y también a la Oficina Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS)". La OMS efectúa los análisis de las cepas circulantes cada año y realiza una previsión para la temporada siguiente, recomendando así la vacuna.
  • Métodos que rastrean el comportamiento en Google y Twitter, así como la predicción meteorológica podrían ayudar a reforzar un sistema de vigilancia de la gripe 'clásico'
Además de estos sistemas convencionales, se estudia la utilidad de otras fórmulas "alternativas" para arañar tiempo de ventaja al virus. Google Flu Trends es una de ellas, a la que más recientemente se ha sumado Twitter. "Emplean el análisis del tráfico de mensajes en la red de palabras clave relacionadas con la gripe. Se ha observado un paralelismo entre los sistemas de vigilancia oficiales y los basados en la red, con la ventaja (no siempre confirmada) de que éstos son algo más precoces (en torno a una semana) que los tradicionales. Desafortunadamente, no pueden validarse, por lo que deberíamos considerarlos como una señal o marcador, no un método alternativo fiable", apunta Trilla. Entre sus ventajas, el bajo coste, "la capacidad de alcanzar cualquier parte y su facilidad de acceso".

Otra vía en estudio es la predicción meteorológica, aprovechando que el virus de la gripe se transmite más fácilmente a temperatura y humedad relativa bajas. Nature Communications publica esta semana un modelo matemático (otro más), desarrollado en la Universidad de Columbia, que afina esa relación para predecir el inicio y el pico de una temporada gripal a partir de los datos históricos y la humedad en ciudades estadounidenses. Trilla matiza que "la relación no es lineal, sino compleja. Más factores influyen; por ejemplo, que en climas tropicales el virus se transmite casi con la misma intensidad todo el año".
  • La fabricación de vacunas en células de mamíferos o mediante baculovirus podría suponer el relevo a un sistema de producción vacunal que se ha quedado obsoleto
Con todo, un sistema de vigilancia potente, rápido, que combine aspectos "clásicos" con otros más novedosos e "informales", puede ser de utilidad, "si logra transmitir mensajes simples y útiles en tiempo real, y de forma directa (por ejemplo, con una aplicación tipo app, o un sms)".


Vacunas
Mientras se investiga en las herramientas de comunicación del siglo XXI, se trabaja en cómo abandonar un sistema de fabricación de vacunas clamorosamente obsoleto. Cada año se producen 600 millones de dosis vacunales, y para ello se necesitan huevos embrionados. Raúl Ortiz de Lejarazu, director del Centro de Gripe de Valladolid -uno de los tres nacionales, con el Instituto Carlos III y el Clínico de Barcelona-, reflexiona que "si bien la vacuna antigripal es de las más eficaces y seguras, su fabricación precisa de un esfuerzo de programación y coordinación gigantesco, que debe repetirse anualmente". Aún sin imprevistos (la aparición de una cepa aviar que diezme la disponibilidad de huevos o que no crezca bien en ellos), el proceso es muy complejo. Las grandes compañías investigan en el cultivo celular y en el empleo de baculovirus de insectos como alternativa a los huevos. En España se ha aprobado la primera vacuna celular, de Novartis, que utiliza el linaje MDCK en suspensión (esto es, células renales de perro). Las principales ventajas, destaca Ortiz de Lejarazu, es que se flexibiliza la producción, se obtienen resultados con más rapidez y agilidad, sin perder seguridad y eficacia.
  • La vacuna universal aún queda lejos, pero hay hallazgos que alimentan su consecución, como la identificación del anticuerpo F16 frente a las 16 hemaglutininas
Además de la apuesta por las vacunas celulares, constituye una novedad la fabricación de vacunas tetravalentes, con los dos tipos A y dos B del virus. Ramón Cisterna, coordinador del Grupo de Estudio de la Gripe, apunta que también se dispone de vacunas específicas para reforzar la respuesta en los pacientes que así lo necesitan: "Bien a través de adyuvantes, de formulaciones especiales (se envuelve a la vacuna en virosomas) o de la administración (intradérmica). La vacuna no funciona igual en todo el mundo: depende de la edad y del estado inmunológico, entre otros factores, y por eso, se recurre a estos potenciadores".

En el tratamiento, Cisterna reconoce que si bien se indaga en ciertos inmunomoduladores, como la rapamicina, lo cierto es que "está en una fase experimental; de momento, tenemos los inhibidores de la neuraminidasa. La experiencia indica que funcionan bien, pero es clave administrarlos lo más precozmente posible".

Con todo, la vacunación es la principal recomendación de los especialistas. Lejos queda la vacuna universal, aunque según comenta Ortiz de Lejarazu hay estudios recientes que alientan la esperanza, como el hallazgo del "superanticuerpo" F16, que se dirige frente a los 16 tipos hemaglutinina del virus. En el ámbito local, el grupo del Hospital de Valladolid, con Iván Sanz como primer autor, ha descubierto en ocho ancianos huellas de reactividad frente a la H5, sin haber estado en contacto con el subtipo aviar. Explicar cómo se ha producido esa reacción podría ser otra gran pista hacia la vacuna universal.

"Con la pandemia de la gripe A recibimos una lección de humildad"

Cuatro años después de que la OMS anunciara una "pandemia de gripe", se pueden extraer conclusiones sobre lo ocurrido. Es lo que aporta con su tesis sobre la población pediátrica guipuzcoana Eider Oñate Vergara, de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital de San Sebastián, que vivió en primera fila la crisis de la gripe A. En su opinión, "hemos recibido una gran lección de humildad. Con todos los avances a nuestro alcance, puede llegar una nueva cepa gripal, ponernos en jaque y tener que empezar de cero". Por suerte, las peores previsiones no se cumplieron, y la gripe A se cobró unas 280.000 vidas en todo el mundo, cifra que concuerda con una gripe estacional.

"Ocurrió algo curioso: en menores de cinco años la incidencia de la pandemia fue similar e incluso algo inferior que la estacional en años previos y se situó en un 3,4/10.000 frente a la media de los últimos ocho años (9,5/10.000). Sin embargo, en la temporada siguiente ( 2010-11), la incidencia fue de 15,9/10.000, la más elevada. Eso traduce lo que caracterizó a la pandemia, que afectó mayoritariamente el primer año a adultos jóvenes y, en niños, al grupo de entre 12 y 15 años. Cerca de un 10 por ciento de los pacientes diagnosticados requirieron ingreso en UCIP, la mayoría de ellos con factores de riesgo asociados". En la serie estudiada, menos de un 2 por ciento habían seguido la recomendación vacunal actual.

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