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Víctor Alastrué y Pedro Moreo
Víctor Alastrué y Pedro Moreo, responsables del proyecto presentado en Valladolid. (Julia Gutiérrez)

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LA PRIMERA UNIDAD LLEGARÁ A LA PAZ DE MADRID
El TEB 1000 revoluciona la ingeniería de tejidos
El Grupo de Estructuras y Modelado de Materiales (GEMM) de la Universidad de Zaragoza ha presentado en Valladolid un nuevo biorreactor para el cultivo celular, que podría ser distribuido en otros países europeos.

Julia Gutiérrez. Valladolid - Miércoles, 7 de Abril de 2010 - Actualizado a las 00:00h.


"Más barato y mucho más versátil" que los que han llegado al mercado hasta ahora, el Biorreactor TEB 1000 para cultivo celular empezará a comercializarse en breve. De hecho, la primera unidad de este modelo "se entregará el próximo mes en el Hospital de La Paz de Madrid".

Concebido para el campo de la ingeniería de tejidos y la medicina regenerativa, el TEB 1000 es fruto del trabajo de un equipo multidisciplinar del Grupo de Estructuras y Modelado de Materiales (GEMM) del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A), perteneciente a la Universidad de Zaragoza, dedicado a la investigación en el ámbito de la mecánica computacional.

Pedro Moreo, uno de los responsables del proyecto junto a Vícto Alastrué, lo explicó en el seminario de investigación Biorreactor TEB 1000 para cultivo celular en ingeniería de tejidos que ha tenido lugar en el Instituto de Oftalmobiología Aplicada (Ioba) de la Universidad de Valladolid. Moreo señaló que hace unos cinco años empezaron a desarrollar biorreactores para utilizarlos en su ámbito interno en investigación propia y recientemente han creado una empresa spin-off para comercializar los equipos.

El objetivo que se han marcado pasa por vender una decena de TEB 1000 en 2010 en diferentes puntos de España, aunque ya están buscando distribuidores para Reino Unido y Alemania. Por sus características, "la idea es que se utilice sobre todo para investigación", concluyó.

En este sentido, "el mercado de biorreactores es muy reducido, generalmente son muy caros y muy específicos", según el experto, ya que "están centrados en un único aspecto: se utiliza un biorreactor sólo para hueso, o sólo para cartílago, lo cual no es muy indicado, sobre todo para investigación".

En qué consiste
El equipo tiene dos partes, "una común y otra en función del tejido que se quiera cultivar". Por tanto, se puede emplear para hueso y cartílago por un lado, y por otro para aplicaciones vasculares y vasos sanguíneos, indicó Moreo.

Estas serían las aplicaciones estándar, ya que "también hacemos cámaras a medida, que tendrán una u otra forma dependiendo de lo que se vaya a realizar. Si por ejemplo, llega alguien interesado en una cámara específica para córnea, se la hacemos".

El TEB 1000 ofrece dos posibilidades, que son: master unit y pack de cultivo específico (adaptado a cada tejido). La primera de ellas cuenta con 20 cámaras de cultivo en paralelo, que permiten llevar a cabo ensayos simultáneos hasta con ocho condiciones de flujo diferentes. En esta opción existe un sistema electrónico de control que posibilita que se pueda programar.

Por su parte, la versión packs de cultivo tiene tres alternativas: perfusión, vascular y a medida. El primer caso está pensado para hueso y cartílago, es biocompatible y autolavable y con cámara para alojamiento de substratos 3D, mientras que en el vascular los andamiajes serían cilíndricos y de vidrio transparente. En tercer lugar están los diseños a medida, que no están estandarizados.

La ingeniería de tejidos es una nueva disciplina que tiene como objetivo regenerar un tejido o un órgano en un laboratorio para que después pueda ser implantado en un paciente que lo necesita.

Idealmente, en este laboratorio debería ser posible regenerar un cartílago y evitar el dolor que provoca una enfermedad degenerativa en una articulación. Y he aquí precisamente "un proceso en el que es imprescindible un biorreactor" y, por qué no, el TEB 1000.