Algunos de los cientos de objetos que conforman la colección de elementos extraídos en el Servicio de Endoscopia del Hospital de Niños
Foto: Julián Bongiovanni
Prevención / Estos accidentes son frecuentes en los menores de 5 años
Pequeños peligros al alcance de los chicos
La ingestión de cuerpos extraños, como monedas o pilas de reloj, puede causar asfixia o incluso lesiones del tracto digestivo
Noticias de Ciencia/Salud: Domingo 11 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa
Sebastián A. Rios
Para LA NACION
"Cuando bajamos del auto, a Simona le faltaba una hebilla del pelo. Mi mujer insistía en que ella le había puesto tres hebillas y que faltaba una; revisamos todo el auto y seguía sin aparecer", recuerda Nicolás Luján, papá de Simona, que por aquel entonces no llegaba al año.
La radiografía no dejó lugar a dudas: Simona se había tragado la hebilla, que, por ser de metal, se observaba con claridad en la placa. Afortunadamente, no hizo falta ninguna intervención para sacar el cuerpo extraño, ya que siguió su camino hasta el pañal. De ahí en más, Simona sólo usó hebillas de plástico.
Monedas, pequeños juguetes y sus partes y pedazos, pilas, semillas y hebillas, bolitas, alfileres y clavos... Sólo a la guardia del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez llega todos los meses una veintena de chicos que se han tragado algo que no debían, que es todo aquello capaz de suscitar la atención de los menores de 5 años, que son los más propensos a llevarse todo a la boca.
Si bien la asfixia es el peligro mayor, ya que los objetos pueden obstruir la vía aérea hasta imposibilitar la respiración, no es el único riesgo que presenta la ingestión de cuerpos extraños. "Con las pilas botón hay que tener especial cuidado, y llegada la sospecha de que el chico se ha tragado una, hay que consultar inmediatamente, ya que puede perforar el esófago", advierte el doctor Jorge Fiorentino, jefe del Departamento de Urgencias del citado hospital.
Esas pilas son el principal temor de los médicos que atienden a niños por aspiración de objetos extraños. Más allá de que las sustancias que contienen, que son tóxicas, presentan el riesgo de provocar quemaduras internas, ya que los dos polos se encuentran en la misma cara de la pila, que al entrar en contacto con la mucosa del esófago descarga electricidad.
Además, agrega Fiorentino: "Por presión directa contra la pared del esófago, la pila puede perforarlo y crear una situación gravísima, que incluso puede complicarse con una mediastinitis".
Conclusión: las pilas botón, presentes hoy en calculadoras, relojes, juegos electrónicos e infinidad de otros productos, deben estar fuera del alcance de los chicos.
Cuerpos extraños
Pero lo mismo vale para una gran lista de elementos que el equipo de endoscopia del Hospital de Niños suele extraer del esófago, nariz y oído de los pequeños, en especial de los menores de 5 años (que representan el 80% de los pacientes que acuden a ese hospital por este motivo), y más especialmente aún en los menores de 3.
Como advierte el Manual de Prevención de Accidentes, elaborado por la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), "cualquier objeto pequeño, que se pueda introducir por completo en la boca representa un riesgo potencial".
En el caso de Martina Bosch, el cuerpo extraño fue una bolita de telgopor. "Martina estaba jugando en un puf relleno de telgopor, y al rato se acerca llorando y diciendo que se le había metido una bolita de telgopor en la nariz", cuenta Jorge, el papá de Martina, que por aquel entonces tenía 4 años.
"No se le veía nada en la nariz, pero ella decía que le dolía, así que fuimos al hospital, donde la revisaron, y tampoco encontraron nada. Nos dijeron que esperáramos: si aparecía la fiebre, ésta sería un signo de infección causada por el telgopor; las otras posibilidades eran que saliera sola o que se la tragara."
Martina no tuvo fiebre, y en la siguiente consulta los médicos dieron por cerrado el caso. "Sólo fue un susto", recuerda Jorge.
Pero aunque casi todo objeto pequeño puede ser tragado, aspirado o metido en la oreja del infante, asegura Fiorentino, lo que más frecuentemente se tragan los chicos son las monedas. Otro rubro importante, como era de esperar, son los juguetes.
"Habida cuenta de que los juguetes infantiles, o fracciones de ellos, son responsables de una importante cantidad de aspiraciones y atragantamientos, deben comprarse teniendo en cuenta las destrezas del niño y no sólo según su edad. Las recomendaciones del fabricante pueden servir de guía, ya que un juguete demasiado avanzado o demasiado sencillo para el niño puede ser usado de manera equivocada y causar una lesión."
Y como no hay juguete más atractivo que el del hermano mayor, Fiorentino aconseja enseñar a los hermanos mayores a guardar sus juguetes fuera del alcance de sus hermanos menores.
Pero ¿cuáles son los síntomas que pueden sugerir que el chico se ha tragado algo que no debía? En caso de ingestión, un babeo intenso, dolor y la imposibilidad de tragar alimentos son los síntomas básicos. Pero si el chico se ha metido un objeto en el orificio de la nariz, lo delatarán la presencia de gran cantidad de moco (a veces con sangre) y el dolor; si es la oreja el sitio afectado, dolor y alguna dificultad auditiva serán los síntomas.
"Ante la sospecha de que un niño haya ingerido un cuerpo extraño, consulte con la guardia del hospital, a veces una simple revisación y una placa radiográfica evita males mayores", asegura Fiorentino.
"Normalmente, se controla a través de las placas radiográficas que el cuerpo extraño no quede trabado en el tracto digestivo", dice Nicolás Luján, que, además de ser el padre de Simona, es pediatra del Hospital Británico, donde ha atendido muchos casos como el de su hija. "Los casos en que se debe extraer el cuerpo extraño son los menos", agrega
CLAVES
No perder al niño de vista. Los chicos son curiosos y exploradores. No alcanza con ocultar los objetos peligrosos.
No ofrecer al niño bolitas, monedas, dados, botones y objetos pequeños para jugar. Tampoco, muñecos con ojos que puedan desprenderse.
La alimentación de los pequeños, aunque coman solos, debe estar supervisada por un adulto.
Tener especial cuidado con las pilas botón, y guardarlas fuera del alcance de los niños.
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