miércoles, 23 de marzo de 2011

La sonrisa del niño debe ser una información más en la HC - DiarioMedico.com

Diariomedico.com
ESPAÑA
LA REACCIÓN ANTE LOS ESTÍMULOS SE PRODUCE DE FORMA AUTOMÁTICA
La sonrisa del niño debe ser una información más en la HC
La sonrisa es un síntoma de salud en el niño durante su desarrollo hasta tal punto que el pediatra debe observar y preguntar si el paciente sonríe e incluir la información en la historia clínica (HC), según María José Lozano y Agustín Rollán, pediatras del Servicio Cántabro.


Santiago Rego. Santander - Miércoles, 23 de Marzo de 2011 - Actualizado a las 00:00h.

María José Lozano y Agustín Rollán, pediatras del Sistema Cántabro de Salud. (Roberto Ruiz)



La sonrisa es un signo y hasta un síntoma de salud en el niño. En general, un niño sano que sonríe a sus padres y, además, también al pediatra "está poco enfermo o está sano en un alto porcentaje de los casos", según ha explicado Agustín Rollán, pediatra del Servicio Cántabro de Salud (SCS), que ha participado en el XXIX Curso de Asistencia Primaria en Pediatría de la Universidad de Cantabria, con la conferencia Divagaciones sobre la sonrisa.

El especialista, que ha echado mano de abundantes referencias de autores como Darwin, Laetoli, Ekman, Spin y Morris, Gessel, Piaget y Wort, entre otros, ha dejado claro con una ecografía de un bebé de 30 semanas que éste ya sonríe en el interior de su madre sin que nadie le haya enseñado. "Los estudios demuestran que la reacción del niño de sonreír ante unos estímulos determinados es automática; no la aprende a través de una relación con el ambiente que le rodea, sino que es innata".

Rollán ha puesto, igualmente, el ejemplo de un niño prematuro en una fotografía que revela "que no hay sonrisa alguna. Claramente se observa el gesto de sufrimiento del bebé que, al igual que la sonrisa, no se aprende, sino que, como ya describió Darwin, son expresiones innatas y universales, que ni son adquiridas, ni culturales, ni heredadas".

Sobre los niños con autismo el pediatra ha recalcado que es necesario "valorar más la mirada que la sonrisa, pues el paciente con este cuadro no sonríe, en ocasiones, ni siquiera en respuesta a la sonrisa de la madre. Estamos ante un paciente complejo que requiere de unos estímulos especiales en el abordaje clínico y social".

Existen tres preguntas recurrentes que se deben realizar en la consulta con el niño: ¿Qué tal el apetito? ¿Qué tal el sueño? y ¿Qué tal la sonrisa?

Para María José Lozano, pediatra del Hospital Marqués de Valdecilla, profesora titular de la Universidad de Cantabria y directora del curso, siempre es importante que el adulto responda con palabras agradables y caricias a la sonrisa del pequeño. "Se crea una buena relación entre los padres y el niño, y éste descubre que sonriendo obtiene unos resultados. No cabe duda de que la sonrisa es un elemento que debe incluirse en la historia clínica", ha comentado.

¿Qué hay que observar?

Lozano ha observado que los pediatras manejan datos de observación con escalas de un niño con cuadro agudo, en los que, además de la calidad del llanto, la variación de su estado, coloración e hidratación figura también la llamada "respuesta a la interacción social, en donde uno de los ítem que emplea el pediatra es preguntar a los padres y observar él mismo si el pequeño sonríe; si su sonrisa es breve o si no sonríe y su expresión es ansiosa, apagada o inexpresiva", ha detallado.

A juicio de la especialista, durante la observación el pediatra ha de guiarse tanto por la clínica como por el desarrollo del niño. "Los datos clínicos en cualquier proceso son esenciales, pero a veces no conviene olvidar aspectos como ¿sonríe el niño mientras le examino e interacciono con él? ¿Sonríe cuando el pediatra entra a visitarle en la habitación del hospital?".

En la segunda semana de vida, el recién nacido expresa con la sonrisa el estado de bienestar por la satisfacción de sus necesidades elementales

De hecho, ha precisado Rollán, hay tres preguntas recurrentes: ¿Qué tal el apetito? ¿Qué tal el sueño? y ¿Qué tal la sonrisa?". Los dos especialistas han coincidido en que el niño utiliza el llanto y la sonrisa para sobrevivir, y que, aproximadamente, a la segunda semana de vida, el recién nacido expresa con la sonrisa el estado de bienestar por la satisfacción de sus necesidades elementales. Y es a la quinta o sexta semana, cuando empieza a sonreír a una serie de estímulos externos, como la voz de la mamá, un sonido o la cara de alguien que se le acerca, pero siempre que sea de frente y no de perfil.

Primeras risas
Después de los tres meses, aparecen las primeras risas en voz alta; hacia el quinto mes de vida, el niño empieza a diferenciar entre una cara familiar y una cara extraña, y al octavo mes niega la sonrisa a las personas que no conoce. Con todo, como ha señalado Rollán, "la primera manifestación de conducta activa, dirigida e intencional del niño es cuando reconoce la sonrisa de su madre en torno a los 45 días de vida, según demuestran varios estudios".


La sonrisa del niño debe ser una información más en la HC - DiarioMedico.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario