sábado, 14 de abril de 2012

El auténtico asesino de albinos | Piel sana | elmundo.es

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TANZANIA | Cáncer de piel

El auténtico asesino de albinos

El Kilimanjaro, el Everest de África. | El Mundo

  • El sol genera muchos problemas en las personas que carecen de melanina
  • Un equipo de médicos españoles viaja a Tanzania para operar a estos pacientes
José Luis de la Serna |
Actualizado sábado 14/04/2012 04:57 horas


Thomas W. tiene aproximadamente 30 años. El lunes 19 del pasado mes de marzo era uno de los 108 albinos que hacían pacientemente cola desde primera hora en los pasillos del Centro Regional de Formación en Dermatología del único hospital que existe en Moshi, una de las pocas ciudades importantes de Tanzania. Moshi está situada en las faldas del monte más alto de África: el Kilimanjaro. Thomas y todos los demás habían llegado al Kilimanjaro Medical Center (KMC) procedentes de muchas zonas el país, sobre todo de las orillas del lago Victoria, de la ciudad de Tanga y de la capital, Daredsalam.

Convocados por la organización África Directo, los albinos se habían desplazado cientos de kilómetros para ser atendidos por un pequeño grupo de dermatólogos españoles del madrileño Hospital Ramón y Cajal, que viaja a Moshi semestralmente desde hace seis años y está encabezado por los doctores Pedro Jaén y Luis Ríos. El problema de casi todos ellos era el cáncer, concretamente el epitelioma baso-celular.

En Tanzania hay por lo menos 170.00 albinos. La endogamia, la genética y las leyes de Mendel condicionan la elevada prevalencia de esa patología precisamente en África. Ellos son, paradójicamente, negros de piel blanquísima. Deben esconderse del sol que lesiona su epidermis y que en esa zona cercana al ecuador cae a plomo casi todos los días. No siempre pueden. También se ocultan del rechazo social y de quienes creen en supercherías y magia y les persiguen para conseguir una parte de su cuerpo, bajo la creencia de que atraen el éxito.

En España, y en otros muchos países, se piensa que su mayor problema tiene que ver con los asesinatos y las mutilaciones envueltos en la brujería que aún es drama común en muchas zonas de África. Sin embargo, para las varias decenas de miles de albinos que tiene el continente, lo peor no está relacionado con el morbo de crímenes y amputaciones de los que se hacen eco los medios de comunicación occidentales. Lo que en realidad amarga su existencia, los hace vulnerables y les acorta drásticamente la esperanza de vida a una mayoría es su incapacidad genética de producir melanina. Sin ese pigmento en la piel, y por culpa precisamente de la radiación solar, desarrollan cánceres cutáneos precozmente. El auténtico asesino de los albinos africanos no es un criminal sin escrúpulos es, por otra parte, una de las grandes fuentes de vida en la Tierra: el sol.

El caso de Thomas, desafortunadamente, no tiene solución. Padece desde hace muchos años un epitelioma baso-celular que se inició en la órbita izquierda y que ha horadado la zona de forma tan extensa que cuando retira las gasas que la tapan deja a la vista una cavidad del tamaño de un puño, infectada y necrosada, en la que se adivina el hueso de la base del cráneo. La lesión, que impresiona incluso a los muy acostumbrados a patologías malignas y deformantes, es imposible de corregir con los medios con los que se cuenta en el KMC.

Sin embargo, la mayoría de los 102 albinos que viajaron a Moshi a intentar aliviar sus patologías en la piel tuvieron un remedio quirúrgico. El equipo español, ayudado por médicos residentes locales, operó en cinco días 78 casos. Fueron jornadas maratonianas en las que se consiguió extirpar en su totalidad casi todos los tumores cutáneos malignos que se vieron.

Formación a residentes

El epitelioma baso-celular, que es un cáncer por definición, invade lentamente los tejidos adyacentes pero puede ser curado en el quirófano antes de que su extensión sea muy grave. El problema en Tanzania, y en otros países de África, independientemente de los escasos recursos sanitarios que hay, es que el número de dermatólogos es muy limitado y su formación en cirugía escasa.

Por eso es encomiable el esfuerzo conjunto que hace la ONG África Directo y el equipo del Ramón y Cajal para, por un lado, agrupar y operar semestralmente un número importante de casos de cáncer de piel en los albinos y, por otro, ofrecer entrenamiento quirúrgico a los pocos médicos residentes que se forman en Dermatología en Tanzania.

"Ojalá se pudiera, aprovechando que se está terminando un nuevo centro dermatológico en el KCM, crear allí una sólida escuela de dermatología quirúrgica que fuera pionera en esta materia en el este de África", asegura el doctor Pedro Jaen.

En cualquier caso, la solución de los males de la piel de los albinos negros no se logra únicamente con bisturí y con pinzas. Se consigue, sobre todo, con metodología preventiva centrada en las escuelas.

Existe en la falda sur del Kilimanjaro, y funcionando muy bien, un programa consiste en inculcar a los albinos desde niños la necesidad de ir cubiertos -gorros, mangas y pantalones largos, gafas de sol- siempre que se sale al exterior. Y utilizar constantemente, como ya lo hacen cientos de afectados que están en el programa preventivo del KCM, cremas con un alto nivel de protección.

"De hecho, el número de casos de cáncer de piel que se ven en los albinos del Kilimanjaro ha disminuido mucho porque la prevención empieza a ser eficaz", comenta Mafalda Soto, la farmacéutica española perteneciente a África Directo que lleva año y medio en Moshi organizando un pequeño laboratorio capaz de fabricar los fotoprotectores necesarios para la zona norte de Tanzania.
"Ya hemos conseguido todos los fondos necesarios para rematar nuestro proyecto. Es una muy buena noticia", añade la cooperante.

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