viernes, 6 de abril de 2012

Protección de vacuna contra tos convulsa disminuye en adolescencia: MedlinePlus

Protección de vacuna contra tos convulsa disminuye en adolescencia: MedlinePlus



Protección de vacuna contra tos convulsa disminuye en adolescencia

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 (*estas noticias no estarán disponibles después del 07/03/2012)

Traducido del inglés: miércoles, 4 de abril, 2012Reuters Health Information Logo
Por Kerry Grens
NUEVA YORK (Reuters Health) - En el 2010, durante un brote de tos convulsa en California, Estados Unidos, los niños vacunados de entre 8 y 12 años fueron más propensos a contraer la enfermedad que los chicos de otras edades, lo que sugiere que la protección disminuye con la edad.

"Estamos convencidos de que la duración (de la vacuna) no es la que imaginábamos", dijo el doctor David Witt, especialista en enfermedades infecciosas del Centro Médico Kaiser Permanente, en San Rafael, California, y autor principal del estudio.

La causa de la tos convulsa, o pertusis, es la bacteria Bordetella pertussis. La infección produce tos intensa que dura semanas y puede provocar neumonía.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés) estiman que, cada año, nueve de cada 100.000 estadounidenses desarrolla la enfermedad. Mientras que la cifra es mucho más baja que antes de la aparición de la vacuna, la infección crece desde hace dos décadas.

La vacuna DTaP se aplica en cinco dosis a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad, y entre los 4 y 6 años. Los CDC recomiendan aplicar una dosis de refuerzo (Tdap) a los 11 ó 12 años de edad.

En el 2010, en Kaiser Permanente de San Rafael se registró un aumento súbito de los casos que se trató finalmente de un brote de tos convulsa, el más grande de California en más de 50 años.

"Empezamos a analizar los datos y nos sorprendió que la mayoría de los casos fue de niños con el esquema completo de vacunación. Eso llamó nuestra atención", dijo Witt.

Con su equipo, el autor reunió información de cada paciente con pertusis confirmada entre marzo y octubre del 2010.

El 81 por ciento de los 132 pacientes menores de 18 años tenía el esquema completo de vacunación contra la tos convulsa y el 8 por ciento nunca se había vacunado. El 11 por ciento restante había recibido por lo menos una dosis.

La tasa de casos para cada edad hasta los 18 años tuvo un pico entre los preadolescentes. Se registraron 36 casos por cada 10.000 niños con el esquema completo de la vacuna entre los 2 y los 7 años, comparado con 245 de cada 10.000 niños entre 8 y 12 años.

"A mayor intervalo desde la última dosis, mayor riesgo de enfermar", resumió Witt.

A los 13 años, la cantidad de casos disminuyó, quizás porque esa es la edad en la que los adolescentes deben recibir la dosis de refuerzo.

Al comparar el grupo de niños infectado con los más de 2.000 chicos no infectados registrados en la base de datos del centro médico, el equipo de Witt comprobó, según escribe en la revista Clinical Infectious Diseases, que la vacuna es efectiva la mitad de las veces en todos los niños y el 24 por ciento de las veces entre los 8 y 12 años de edad.

"Para la pertusis, hasta un 24 por ciento de protección ayuda (a mitigar una epidemia), pero seguramente nos gustaría que fuera más alta", dijo.

El doctor Tom Clark, epidemiólogo de los CDC, indicó que esa pérdida de protección en el tiempo explica "la recomendación de utilizar una dosis de refuerzo en la adolescencia".

Para el equipo, en cambio, la edad de aplicación del refuerzo sería demasiado tardía, ya que dejaría a los preadolescentes vulnerables frente a la bacteria de la pertusis. Pero, para Clark, bajar la edad de aplicación de la Tdap no es tan sencillo ni resolvería el problema.

El doctor Joel Ward, del Instituto de Investigación Biomédica de Los Ángeles, insistió en que los padres deben vacunar a sus hijos, aun cuando la protección contra la tos convulsa disminuya con el tiempo.

"La enfermedad se redujo significativamente con la vacuna. El beneficio fue enorme", sostuvo.
Ward, que no participó del estudio, comentó también que los niños inmunizados que adquieren la infección no se enferman tanto como aquellos sin vacunar. En general, los recién nacidos y los bebés pequeños son los más vulnerables porque aún no fueron inmunizados.



FUENTE: Clinical Infectious Diseases, online 15 de marzo del 2012
Reuters Health
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