El acetato de ulipristal evitaría la cirugía en los miomas uterinos
El fármaco mejora los síntomas sin reducir la calcificación de los huesos. Algunas pacientes han rechazado la cirugía después de este tratamiento.
Karla Islas Pieck. Barcelona | karla.islas@diariomedico.com | 24/02/2014 00:00
Joaquim Calaf, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de San Pablo, en Barcelona. (Jaume Cosialls)
VISTA:
El tratamiento con acetato de ulipristal, un antagonista de la progesterona, se postula como una buena alternativa que podría evitar la cirugía en una gran parte de los casos de fibromas uterinos sintomáticos, según ha explicado a Diario Médico Joaquim Calaf, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de San Pablo, en Barcelona.
- El acetato de ulipristal induce la disminución de los receptores de la progesterona en el miometrio y el propio fibroma, lo que reduce su tamaño y mejora los síntomas asociados
Actualmente, la primera opción terapéutica para estas pacientes implica pasar por el quirófano; no obstante, los últimos estudios con este medicamento han demostrado que consigue inducir la amenorrea en la gran mayoría de las pacientes, lo que tiene un impacto muy positivo en su calidad de vida, ya que el sangrado abundante y doloroso es uno de los principales síntomas que motivan la consulta por parte de estas mujeres.
El fármaco induce una disminución del número de receptores de progesterona tanto en el miometrio como en el propio mioma, por lo que inhibe su crecimiento y puede producir una disminución de la vascularización del fibroma por efecto directo sobre los vasos. En los casos en los que la cirugía acabe siendo necesaria, este factor puede ser determinante para facilitar que se pueda optar por una técnica laparoscópica, lo que disminuye las complicaciones y facilita la anestesia.
Calaf ha recordado que los estrógenos se consideran el principal agente inductor del crecimiento de los fibromas. "Sin embargo, la progesterona también ha demostrado un papel mitógeno en el mantenimiento y crecimiento de los miomas uterinos".
- Este medicamento no provoca en las mujeres síntomas propios de la menopausia como los análogos de la GnRH, que son una opción actual en el tratamiento de los miomas uterinos
Panorama actual
El tratamiento convencional de los miomas sintomáticos es la cirugía, pero en los casos en los que no es posible realizarla por algún motivo se plantea como alternativa la embolización de las arterias uterinas -que es una técnica compleja y cara por lo que tiene un uso limitado- o la administración de análogos de la GnRH, que bloquean el efecto sobre la hipófisis de esta hormona hipotalámica y detienen temporalmente la actividad del ovario.
El tratamiento convencional de los miomas sintomáticos es la cirugía, pero en los casos en los que no es posible realizarla por algún motivo se plantea como alternativa la embolización de las arterias uterinas -que es una técnica compleja y cara por lo que tiene un uso limitado- o la administración de análogos de la GnRH, que bloquean el efecto sobre la hipófisis de esta hormona hipotalámica y detienen temporalmente la actividad del ovario.
El efecto de esta molécula implica la interrupción de las reglas y la disminución del tamaño de los miomas, pero tiene el inconveniente de que las pacientes presentan los síntomas propios de la menopausia y sufren una disminución del mantenimiento de la calcificación de los huesos, lo que favorece la pérdida de masa ósea y, eventualmente, la aparición de la osteoporosis, según ha detallado Calaf.
El acetato de ulipristal, al tener un mecanismo de acción diferente, no implica tales efectos. Además, este fármaco se ha mostrado eficaz para mejorar la sintomatología de los miomas hasta por un año y, al tratarse de un problema que con frecuencia aparece en etapas premenopáusicas, en muchas ocasiones la cirugía posterior ya no es necesaria.
Aumento progresivo de las tandas de tratamiento
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) autorizó el uso del acetato de ulipristal durante tres meses para facilitar la cirugía en estas pacientes siguiendo los datos positivos que arrojaron los estudios Pearl I y II. Además, con los resultados que se obtuvieron, algunas de las mujeres participantes rehusaron pasar por el quirófano y se pudo observar que mantuvieron la mejoría tanto en el sangrado como en el tamaño tumoral.
En el estudio Pearl III las pacientes aceptaron recibir hasta 4 periodos de tres meses de tratamiento, seguidos por unos días con gestágeno. Según ha referido Calaf, un alto porcentaje de estas pacientes se mantuvieron sin pérdidas y con una alta calidad de vida y sin efectos secundarios, por lo que la EMA ha autorizado la indicación de dos ciclos espaciados por un descanso de tres meses, en total, nueve meses. Estas evidencias hacen pensar que se podría aprobar en el futuro su uso indefinido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario