lunes, 13 de octubre de 2014

Sanar emociones, parte de la rehabilitación cardiaca - DiarioMedico.com

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CARDIOPATÍA ISQUÉMICA

Sanar emociones, parte de la rehabilitación cardiaca

El Hgurs realiza un plan de recuperación física y psicológica. El paciente aprende a controlar las emociones como parte de su salud.
Pilar Laguna. Murcia | dmredaccion@diariomedico.com   |  13/10/2014 00:00
  

Carmen Oñate, Diego Roldán, Carmen Hernández, Marquina Martínez y Elena Expósito
Carmen Oñate y Diego Roldán, con las enfermeras coordinadoras de la unidad: Carmen Hernández, Marquina Martínez y Elena Expósito. (Pilar Laguna)
La vida de los pacientes con cardiopatía isquémica -especialmente los de infarto de miocardio, miocardiopatía hipertrófica o los que requieren marcapasos, entre otras alteraciones coronarias- da un vuelco inesperado que puede dejar importantes secuelas psicológicas emparejadas con la merma de capacidades físicas.
Es muy habitual que estos pacientes se sometan a un periodo de rehabilitación física en los hospitales donde se han tratado, pero no todos los centros disponen de apoyo psicológico para afrontar la etapa post- enfermedad. En la Unidad de Rehabilitación Cardiaca (URC) del Hospital General Universitario Reina Sofía, de Murcia (Hgurs), desarrollan un programa de rehabilitación integral que, además de recuperación con ejercicio físico progresivo, ofrece a pacientes seleccionados una terapia grupal con técnicas de relajación de Jacobson y de  mindfulness (autoconciencia, atención plena o meditación, según autores).
"Si queremos una rehabilitación integral que mejore la calidad de vida de nuestros pacientes no podemos mirar sólo un trocito de corazón o de tórax, sino intervenir en los aspectos psicoafectivos", explica Diego Roldán, responsable de la URC, subrayando los beneficios de este doble abordaje: más adherencia al tratamiento, menos abandono de revisiones y menos  visitas a urgencias, mayor capacidad funcional y comportamiento hemodinámico, todo ello cifrado en un menor riesgo de nuevos episodios coronarios.
A menudo lo que necesitan estos pacientes es aprender a enfocar su vida de otra manera, y lo hacen con la ayuda de Carmen  Oñate, psicóloga hospitalaria experta en técnicas de mindfullness, quien asegura que no existe una relación directa entre la gravedad de la enfermedad y el estado psicológico. "El impacto de la enfermedad es diferente en cada individuo, pero estas terapias grupales ayudan a aumentar la autoconciencia, reducir los síntomas físicos y psíquicos  asociados al estrés y al sufrimiento, y mejorar el bienestar general".
Todos los pacientes coronarios se someten a la misma evaluación psicológica inicial y acuden a la terapia de grupo, aunque los más vulnerables emocionalmente se envían a terapia psicológica individual.
Manejo emocional
En ocho sesiones grupales se van abordando temas como el alcance de la enfermedad y su rehabilitación, cómo controlar las emociones negativas de ansiedad y depresión, cómo manejar el estrés y el patrón de conducta A -descrito como mediador del proceso patológico-, así como el apoyo social en pacientes cardiovasculares. Al final se valoran los logros obtenidos y el paciente sale con la hoja de ruta para conservarlos en la vida cotidiana.
"La atención plena tiene que ver con la calidad de la conciencia con que vivimos nuestras vidas. Podemos vivir con piloto automático, presentes físicamente, pero con la mente errante; o podemos estar presentes en nuestra experiencia con todos los sentidos, conscientes de lo que hacemos y sentimos, calmando nuestra mente", resume Oñate para describir la terapia basada en mindfulness.

Educación sanitaria para el paciente

"La educación sanitaria al paciente es una forma de rehabilitación y debería hacerse en todas las enfermedades", ha dicho a DM Diego Roldán, cardiólogo del Hgurs, añadiendo que las unidades de rehabilitación coronaria se apoyan en tres pilares: cardiólogos, enfermeras y psicólogos. En el Hgurs las enfermeras dirigen un completo programa educativo para entrenar a los cardiópatas en hábitos saludables que prevengan o retrasen nuevos episodios coronarios. Durante los dos meses que dura la recuperación funcional y psicológica les dan ocho charlas informativas sobre HTA, tabaco, disfunción sexual, colesterol, actividad sociolaboral y nutrición. Implican a las familias y les trazan un plan de salud individual.

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