MARTES, 4 de agosto de 2015 (HealthDay News) -- Un esfuerzo inmediato y concentrado para detener la propagación de los gérmenes resistentes a los antibióticos podría salvar decenas de miles de vidas y prevenir cientos de miles de infecciones nuevas en los próximos cinco años, sugiere un nuevo informe del gobierno.
Se podrían salvar hasta 37,000 vidas y prevenir 619,000 nuevas infecciones, si los departamentos de salud de las comunidades y los centros de atención de la salud formaran unas firmes redes de apoyo para identificar y abordar rápidamente los brotes emergentes de bacterias resistentes a los antibióticos, enfatizó el autor del informe, el Dr. John Jernigan.
Jernigan es director de la Oficina de Investigación y Evaluación de la Prevención de Infecciones Asociadas con la Atención Sanitaria (HAI, por su sigla en inglés) de los Centros para el Control y la Prevención de Infecciones (CDC) de EE. UU.
"Si los centros de atención sanitaria y los departamentos de salud de una comunidad trabajaran juntos y compartieran información sobre la resistencia, y entonces usaran esa información para orientar y dirigir los esfuerzos de prevención, esperaríamos observar hasta un 70 por ciento menos de pacientes afectados por gérmenes resistentes a los fármacos", explicó Jernigan.
Aunque los departamentos locales de salud probablemente tengan que aumentar la financiación para coordinar esos esfuerzos, el informe de los CDC calcula que se podrían evitar casi 8 mil millones de dólares en facturas de hospital en un periodo de cinco años al detener la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos.
Los gérmenes resistentes a los antibióticos, como el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), que ya no responden a los medicamentos diseñados para eliminarlos, provocan más de dos millones de enfermedades y al menos 23,000 muertes al año en Estados Unidos, según los CDC.
Los potentes antibióticos necesarios para tratar esos gérmenes también dejan a los pacientes vulnerables a la Clostridium difficile, una bacteria oportunista que invade a los intestinos de una persona después de que los antibióticos destruyen la flora intestinal que normalmente protegería de esa infección.
La C. difficile provocó cerca de medio millón de casos de enfermedad en 2011, y un estimado de 15,000 muertes al año se pueden atribuir de forma directa a la diarrea potencialmente letal que resulta de las infecciones con C. difficile, añadieron los CDC.
Los modelos computarizados muestran que esos gérmenes seguirán plagando al sistema sanitario de EE. UU., según el informe Vital Signs, publicado el 4 de agosto en la revista de los CDC Morbidity and Mortality Weekly Report.
"Durante los próximos cinco años, a menos que implementemos mejoras nacionales en el control de la infección y las recetas de antibióticos, y si no se toman medidas, esas infecciones seguirán en aumento", advirtió Jernigan.
Los hospitales individuales intentan controlar la propagación de los gérmenes resistentes a los antibióticos, pero esos esfuerzos se ven mermados por otros hospitales y los centros de cuidados a largo plazo, encontraron los investigadores de los CDC.
"Sabemos que los gérmenes pueden propagarse entre los centros de atención sanitaria de una comunidad, cuando los pacientes se transfieren de un centro a otro", explicó Jernigan. "Los problemas de resistencia antimicrobiana en un hospital pueden afectar a lo que sucede en otro hospital cuando comparten pacientes. Incluso si un centro cumple con las prácticas recomendadas de control de la infección, eso no lo protege de los pacientes que traen gérmenes resistentes a los antimicrobianos al centro desde otros hospitales u hogares de ancianos".
Jernigan dijo que los departamentos de salud de la comunidad están en la posición perfecta para coordinar el control de las infecciones entre los hospitales, dado que ya recolectan información sobre las infecciones asociadas con la atención sanitaria y la resistencia a los antibióticos.
Si un departamento de salud detecta un problema en un hospital, puede notificar a ese hospital, y a todos los demás centros conectados con el mismo, que hay que incrementar los esfuerzos de control de las infecciones, planteó. Los pacientes que porten gérmenes resistentes se pueden asignar a habitaciones privadas, los trabajadores sanitarios pueden tomar medidas adicionales de precaución para evitar la propagación de los gérmenes, y se puede tener más cuidado con los antibióticos.
Pero Jernigan dijo que los hogares de ancianos y otros centros de atención a largo plazo se deben integrar a la red, dado que muchos pacientes traen gérmenes resistentes a los antibióticos cuando son transferidos a los hospitales.
El Dr. Eric Howell, ex presidente inmediato de la Sociedad de Medicina Hospitalaria (Society of Hospital Medicine), se mostró de acuerdo en que los centros de atención a largo plazo son miembros clave de una red comunitaria, y que deben incluirse en los esfuerzos por controlar las infecciones.
"En realidad debe incluir a todas las instituciones sanitarias. El truco es lograr que las personas deseen participar porque les resulte valioso", dijo Howell, director de división del Servicio de Colaboración de Medicina de Pacientes Internos del Centro Médico Bayview de Johns Hopkins, en Baltimore. "Que las personas participen no porque sea obligatorio, sino porque es un almacén de datos de alto valor para el hospital y sus profesionales clínicos individuales. Que estén dispuestos a ingresar datos porque reciben mucho a cambio".
Los CDC incluyeron 264 millones de dólares en su presupuesto para el año fiscal 2016 para fortalecer los esfuerzos de vigilancia y fomentar una mejor colaboración entre los centros sanitarios, dijo Jernigan. Se espera que la Iniciativa de Soluciones a la Resistencia a los Antibióticos de la agencia reduzca las infecciones de ERC (enterobacterias resistentes a carbapenemes), SARM y C. difficile en más de la mitad si se implementa con éxito, aseguraron las autoridades.
Pero las leyes federales que protegen la privacidad del paciente podrían ser un obstáculo, dado que impiden la capacidad de los hospitales de compartir información, señaló el Dr. Henry Chambers, jefe de la división de enfermedades infecciosas del Hospital General de San Francisco, y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en San Francisco.
"Creo que las leyes se interpretan de forma exagerada, y en realidad interfieren con varias medidas de atención de salud", lamentó Chambers. "Hay que saber quién es quién, ¿no? Si usted es una de esas personas que tiene una infección resistente a los antibióticos, debe haber una forma de comunicar eso a un nivel institucional, y no al nivel de proveedor".
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: John Jernigan, M.D., director, Office of HAI (Health care-Associated Infections) Prevention Research and Evaluation, U.S. Centers for Disease Control and Prevention; Eric Howell, M.D., immediate past president, Society of Hospital Medicine, and division director, Collaborative Inpatient Medicine Service, Johns Hopkins Bayview Medical Center, Baltimore; Henry Chambers, M.D., chief, division of infectious diseases, San Francisco General Hospital, and professor, University of California, San Francisco, School of Medicine; Aug. 4 2015, Vital Signs: Estimated Effects of a Coordinated Approach for Action to Reduce Antibiotic-Resistant Infections in Health Care Facilities United States
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