BIOPSIA LÍQUIDA
Cribado y adyuvancia: potenciales usos para el futuro clínico de biopsia líquida
El desarrollo de la biopsia líquida podrá en un futuro detectar los tumores en su fase inicial o determinar la conveniencia de la terapia en adyuvancia.
Raquel Serrano / Sonia Moreno | 15/05/2017 00:00
Jesús García-Foncillas, sentado, con su equipo del Instituto Oncológico del Hospital Fundación Jiménez Díaz, de Madrid. (José Luis Pindado)
El desarrollo de la biopsia líquida puede culminar en aplicaciones tan atractivas como el poder detectar a los tumores en su fase inicial o determinar la conveniencia de la terapia en adyuvancia. Sobre esta última, Rafael López, jefe del Servicio de Oncología Médica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), ha recordado que "ahora en adyuvancia se trata a todos los pacientes, aun sabiendo que un porcentaje de ellos no van a desarrollar la enfermedad. Con técnicas como la biopsia líquida podríamos discriminarlos". Y pone un ejemplo: "En Galicia se diagnostican unos 2.000 tumores de mama al año, de los que unos 1.500 reciben quimioterapia en adyuvancia; es probable que solo sea necesario en 500". López dirige uno de los grupos con más experiencia en biopsia líquida en España, y que este año recaudó con una técnica de micromecenazgo unos 600.000 euros destinados a esta línea de trabajo dentro de otras de su grupo Oncomet. Sobre el momento actual de la biopsia líquida destaca que "aún tenemos que definir cómo utilizarla". Centrándonse en el ADN en sangre, se pueden utilizar grandes paneles de genes, que aportan mucha información, más cara de obtener y más exigente de interpretar, y también está la opción de buscar mutaciones concretas, "las que sabes que tienen relevancia clínica, con métodos muy fiables, para los que no se necesitan apoyos de bioinformática y que se pueden repetir". Lo que sí está claro, afirma López, es que "la medicina va a cambiar totalmente en los próximos años, porque ya no vamos a tratar a un tumor, o a un tipo de paciente, sino a un individuo".
En ello coincide Jesús García-Foncillas, director del Instituto Oncológico de la Fundación Jiménez Díaz, en Madrid, que junto al equipo de Josep Tabernero, director del Instituto de Oncología Valle de Hebrón (VHIO), en Barcelona, han sido los pioneros en la puesta en marcha asistencial de la biopsia líquida. "Entre el 80-90 por ciento de los tumores en situación metastásica se podrán beneficiar de esta técnica porque la mayoría de ellos presenta células tumorales circulantes en sangre", señala García-Foncillas.
Colon, pulmón y melanoma son cánceres en los que algunas de sus mutaciones ya se detectan con una simple extracción de sangre: KRAS en colorrectal, EGFR en pulmón y BRAF en melanoma, "aunque empiezan a abrirse perspectivas futuras en la búsqueda de mutaciones de CKIT para GIST digestivo metastásico, metilación de MGMT en ADN tumoral para glioma, así como rastreo de células tumorales circulantes para HER2 en mama, aunque por técnicas de amplificación FISH". Asimismo, recuerda el oncólogo del CHUS Rafael López, "estamos empezando también a estudiar su aplicación para ciertas mutaciones en el gen del receptor de andrógenos en cáncer de próstata resistente".
Inmunoterapia
Por su parte, Jesús García-Foncillas destaca a DM la potencial detección de la molécula checkpoint PDL1 para la aplicación de inmunoterapia a partir de la información que ofrecen las células tumorales circulantes, hecho que podría apuntar candidatos con cáncer de pulmón para esta novedosa estrategia de tratamiento.
- Algunas de las mutaciones de tumores de colon, pulmón y melanoma se detectan ya con una simple extracción de sangre; pronto es de esperar que ocurra también en próstata, mama y GIST digestivo
Para Tabernero, el hallazgo y diagnóstico de mutaciones presentes en lesiones tumorales es solo la punta del iceberg de una tecnología que ha revolucionado el panorama oncológico. En estos momentos, esta técnica "es real para la detección de mutaciones y, en el plano experimental, se encontraría la valoración del dinamismo de la enfermedad".
Sin embargo, el profesional apunta a un uso que podría suponer la segunda remesa de esta revolución oncológica: su utilización en programas de cribado del cáncer. "Primero, es absolutamente necesario verificar si es eficiente. Una vez comprobado este aspecto, su uso en cribado podría ser factible, sobre todo en grupos de alto riesgo, por ejemplo, de cáncer de pulmón".
De cualquier forma, Tabernero y García Foncillas coinciden en un claro aspecto: a medida que las nuevas tecnologías vayan alcanzando mayor perfección, mayor será también la innovación en investigación encabezadas por los secuenciadores de nueva generación (NGS).
'Genometástasis'
No obstante, el principal interés desde el punto de vista del oncólogo, destaca Rafael López, sigue estando en el estudio de la célula tumoral circulante (CTC) y en hallar fórmulas para actuar sobre ella. Investigando en estas células empezaron algunos de los grupos que ahora han desarrollado la biopsia líquida en el plano asistencial.
Desde hace más de quince años, el equipo de Damián García Olmo, jefe del Departamento de Cirugía del Hospital Fundación Jiménez Díaz-Quirónsalud, en Madrid, indaga en la función de las CTC en el cáncer colorrectal. "Partimos de la hipótesis de la genometástasis, por la que los ácidos nucleicos circulantes no están ahí como un detritus del cáncer, sino que tienen una función biológica activa". Estos investigadores ya mostraron en un estudio en Cancer Research que el ADN circulante de los pacientes con el tumor colorrectal era capaz de modificar a determinadas células en cultivo. "Nuestro objetivo es encontrar las partículas concretas de estos oncogenes en las que interferir para poder tratar, o incluso, prevenir la formación de la metástasis".
En seguimiento, ¿cada cuánto tiempo habría que realizarse?
¿Cuál sería el tiempo óptimo para obtener la máxima información en el seguimiento tumoral -referida a respuesta a fármacos o a recidiva- y sin perder de vista rentabilidad clínica y económica? ¿Cada ciclo después de quimioterapia? ¿Ante primeros síntomas de recidiva? Es, según José Luis Ramírez Serrano, del Instituto Catalán de Oncología (ICO), un "problema, entre comillas, para el que no hay todavía normas porque es un aspecto muy nuevo y que dependerá, probablemente, de la visión global del oncólogo. "Hacerla muy pronto no revelaría cambios clínicos relevantes y tardar demasiado podría resultar ineficaz. Es la eterna discusión sobre ‘ventanas' que habrá que ir despejando".
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