CONGRESO INTERDISCIPLINAR EN GENÉTICA HUMANA
“El envejecimiento es un objetivo terapéutico”
Envejecer con salud y enfrentarse a la penúltima amenaza infecciosa son dos ejemplos de las aplicaciones de la Genética, sin la que no se puede entender la Medicina hoy.
S. Moreno. Madrid |soniamb@diariomedico.com | 02/05/2017 00:00
Nir Barzilai ha participado en una conferencia auspiciada por la Fundación Instituto Roche, en el congreso de Genética Humana, en Madrid. (DM)
Nir Barzilai, director del Instituto de Investigación del Envejecimiento (Facultad Albert Einstein, en Nueva York) y pionero en el estudio de los genes que nos hacen longevos, está inmerso en un ensayo clínico que se resolvería con el primer fármaco indicado para retrasar el envejecimiento. Afirma que es solo el comienzo y habrá más fármacos similares que podrán emplearse solos o en combinación para arañar años de salud.
PREGUNTA. ¿Qué espera demostrar con este ensayo?
RESPUESTA. Primero, demostrar que un tratamiento farmacológico puede expandir los años de vida con salud. Así cambiaría la regulación que se basa en “un fármaco para una enfermedad”, y se incorporaría, por primera vez, la indicación del retraso del envejecimiento, medido con sus comorbilidades (diabetes, enfermedad cardiovascular, cáncer, demencia). La metformina que estudiamos en este ensayo con 3.000 mayores es solo un fármaco, pero habrá otros y podrán emplearse en combinación. También queremos mostrar que es menos caro y tiene más sentido abordar un grupo de enfermedades asociado a la vejez que a cada patología de una en una. Y, por último, contestar con ciencia a todas esas ‘terapias antiedad’, que se venden y que no están probadas.
RESPUESTA. Primero, demostrar que un tratamiento farmacológico puede expandir los años de vida con salud. Así cambiaría la regulación que se basa en “un fármaco para una enfermedad”, y se incorporaría, por primera vez, la indicación del retraso del envejecimiento, medido con sus comorbilidades (diabetes, enfermedad cardiovascular, cáncer, demencia). La metformina que estudiamos en este ensayo con 3.000 mayores es solo un fármaco, pero habrá otros y podrán emplearse en combinación. También queremos mostrar que es menos caro y tiene más sentido abordar un grupo de enfermedades asociado a la vejez que a cada patología de una en una. Y, por último, contestar con ciencia a todas esas ‘terapias antiedad’, que se venden y que no están probadas.
- Los hijos de los centenarios tienen menos enfermedades y están más sanos que los hijos de las personas no longevas; hay una protección genética”
P. Ya que la menciona, ¿cree que esa corriente puede crear confusión con lo que usted investiga?
R. Nosotros hacemos estudios científicos, y creo que la sociedad sabe distinguir eso. Muchos de los productos que se venden con ese reclamo no hacen nada, son inocuos, pero también hay riesgos. Un ejemplo es la hormona de crecimiento. Sabemos de genes implicados en la longevidad que interrumpen la actividad de la hormona, por lo que en lugar de un efecto contra el envejecimiento, se alcanzaría justo lo contrario.
R. Nosotros hacemos estudios científicos, y creo que la sociedad sabe distinguir eso. Muchos de los productos que se venden con ese reclamo no hacen nada, son inocuos, pero también hay riesgos. Un ejemplo es la hormona de crecimiento. Sabemos de genes implicados en la longevidad que interrumpen la actividad de la hormona, por lo que en lugar de un efecto contra el envejecimiento, se alcanzaría justo lo contrario.
P. ¿Qué conclusiones se extraen de sus estudios sobre centenarios?
R. Ahora tenemos en marcha uno con hijos de mayores sanos (de 95 a 112 años) para ver cómo los genes influyen en su envejecimiento. Tienen de media 70 años y sufren claramente menos enfermedades que los hijos de no longevos. Y no es porque estén comiendo más sano. Con esto no digo que no sea importante lo que comas, pero sí que hay personas con protección genética. Averiguar qué elementos genéticos ejercen esa protección frente al entorno aportaría una estrategia terapéutica.
R. Ahora tenemos en marcha uno con hijos de mayores sanos (de 95 a 112 años) para ver cómo los genes influyen en su envejecimiento. Tienen de media 70 años y sufren claramente menos enfermedades que los hijos de no longevos. Y no es porque estén comiendo más sano. Con esto no digo que no sea importante lo que comas, pero sí que hay personas con protección genética. Averiguar qué elementos genéticos ejercen esa protección frente al entorno aportaría una estrategia terapéutica.
P. ¿Podrán las nuevas técnicas de edición genética alargar la vida?
R. No lo creo. Si tenemos un buen fármaco que imite el efecto deseado de los genes, la manipulación genética resulta innecesaria y demasiado complicada.
R. No lo creo. Si tenemos un buen fármaco que imite el efecto deseado de los genes, la manipulación genética resulta innecesaria y demasiado complicada.
P. ¿Por qué hay más centenarias que centenarios?
R. Las mujeres viven de media dos años más. No sabemos bien por qué, pues tradicionalmente la investigación no ha tenido en cuenta al sexo; por ejemplo, los experimentos suelen hacerse siempre con ratones macho. No obstante, hay una diferencia muy significativa. Con todo, aunque las mujeres viven más años, también enferman más en ese periodo. Estamos investigando esto.
R. Las mujeres viven de media dos años más. No sabemos bien por qué, pues tradicionalmente la investigación no ha tenido en cuenta al sexo; por ejemplo, los experimentos suelen hacerse siempre con ratones macho. No obstante, hay una diferencia muy significativa. Con todo, aunque las mujeres viven más años, también enferman más en ese periodo. Estamos investigando esto.
P. Establece el límite potencial de vida en 115 años, ¿por qué no más?
R. La esperanza de vida actual no supera los 80 años, por lo que aún hay que trabajar para aumentarla en tres décadas. La buena noticia es que, una vez que lo consigamos, nada nos dice que se tenga que acabar ahí. En cualquier caso, para mí el objetivo no es vivir muchos años, sino ampliar la vida con salud. No entiendo a los que buscan la inmortalidad. Solo pensarlo, me agota.
R. La esperanza de vida actual no supera los 80 años, por lo que aún hay que trabajar para aumentarla en tres décadas. La buena noticia es que, una vez que lo consigamos, nada nos dice que se tenga que acabar ahí. En cualquier caso, para mí el objetivo no es vivir muchos años, sino ampliar la vida con salud. No entiendo a los que buscan la inmortalidad. Solo pensarlo, me agota.
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