martes, 23 de mayo de 2017

Las vacunas anti-cáncer, un reto de primer impacto y magnitud - DiarioMedico.com

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APLICACIÓN COMPLEJA

Las vacunas anti-cáncer, un reto de primer impacto y magnitud

Las vacunas contra el cáncer en forma de células modificadas genéticamente han mostrado ser las más exitosas, pero su aplicación clínica es realmente muy compleja y cara y ello ha supuesto que, a pesar de existir ya alguna aprobada por la FDA, no se estén utilizando de manera generalizada. La mayoría requieren la extracción de células propias del paciente, tumorales o accesorias, como fibroblastos o células dendríticas, para una posterior manipulación ex vivo, y una reinfusión en el paciente.
Enrique Mezquita. Valencia   |  23/05/2017 14:25
 
 

Las vacunas contra el cáncer en forma de células modificadas genéticamente han mostrado ser las más exitosas, pero su aplicación clínica es realmente muy compleja y cara y ello ha supuesto que, a pesar de existir ya alguna aprobada por la FDA, no se estén utilizando de manera generalizada. La mayoría requieren la extracción de células propias del paciente, tumorales o accesorias, como fibroblastos o células dendríticas, para una posterior manipulación ex vivo, y una reinfusión en el paciente.
Este proceso requiere de instalaciones complejas, que no existen en todos los centros, personal altamente cualificado y mucha inversión de tiempo y dinero, con preparaciones ad hoc de forma individualizada, según apunta Salvador Aliño, catedrático de Farmacología de la Universidad de Valencia (UV) y farmacólogo clínico del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, cuyo equipo ha realizado diversos trabajos que han sido publicado en OncoTargets and Therapy.

Tolerancia inmunitaria

Mientras se avanza en facilitar estos procesos que supondrían la activación de la inmunidad contra el tumor, otras vías que contribuyan a la eliminación de la tolerancia inmunitaria se están ya utilizando en nuestros pacientes, con algunos éxitos realmente importantes, como ha sucedido con los anticuerpos monoclonales anti-CTLA4, anti-PD1 y anti-PDL1.
La cuestión está en que los anticuerpos, además de tener un coste económico muy elevado, están sujetos a problemas de bloqueo dada su naturaleza proteica. Es en ese punto donde los oligonucleótidos antisentido pueden ofrecer una gran ventaja: son mucho más económicos; no son proteínas sino oligonucleótidos; sus dianas no han de ser necesariamente moléculas de la superficie celular, sino cualquier gen cuya expresión queramos bloquear.

La combinación de una estrategia de este tipo (eliminación de la tolerancia) más la posterior vacuna (potenciación de la activación inmune) debe ser la clave de la lucha contra el cáncer, con todas las estrategias adicionales que podamos aportar (quimioterapia, radioterapia o cirugía)




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