CONGRESO DE ATENCIÓN AL PACIENTE CRÍTICO
La resincronización cardíaca disminuye la mortalidad un 30%
La identificación precisa de los candidatos idóneos y del lugar el implante, claves del éxito de la técnica de resincronización cardíaca para manejar las anomalías estructurales del corazón.
Covadonga Díaz. Oviedo | 09/10/2017 14:51
Josep Brugada, jefe de Arritmias de Barnaclínic y del Hospital Pediátrico San Juan de Dios. (DM)
El manejo de la enfermedad cardíaca por alguna anomalía estructural del corazón ha mejorado notablemente en los últimos años, con avances tanto en la detección para identificar precozmente los individuos en riesgo como en cuanto a tratamiento. Así, la resincronización cardiaca ha conseguido disminuir la mortalidad un 30 por ciento. Este es uno de los datos destacados por Josep Brugada, jefe de Sección de Arritmias del Hospital Pediátrico San Juan de Dios, catedrático de Cardiología de la Universidad de Barcelona y presidente del comité organizador del Congreso de Atención al Paciente Crítico, celebrado en Gijón.
Brugada ofreció una ponencia sobre nuevas tendencias de investigación en pacientes con riesgo de muerte súbita en la que explicó que cada año se producen en España unos 30.000 casos de muerte súbita, de los cuales la causa más frecuente es el infarto de miocardio, que provoca entre el 65 y el 70 por ciento de esas muertes El infarto agudo de miocardio es una entidad bien conocida y cuyos factores de riesgo están bien establecidos ya desde hace tiempo.
Los avances más significativos en los últimos años se han logrado en el abordaje de la muerte súbita por otras causas. Así, uno de los grupos es el de pacientes con anomalías estructurales en el corazón que dan lugar a una miocardiopatía hipertrófica o una miocardiopatía dilatada, que "hacen que esos corazones no funcionen adecuadamente y deriven en la aparición de arritmias malignas que pueden desembocar en fallecimiento".
En los últimos años se han conseguido avances tanto en la identificación de esos pacientes como en su tratamiento, a través del implante de marcapasos, desfibriladores y también de la resincronización del corazón. Algunos de los principales hallazgos han venido de la mano de la descripción de la base genética de estas enfermedades, "lo que nos permite identificar dentro de una misma familia más miembros afectados y adelantarnos así a la evolución de la enfermedad".
La resincronización ha sido uno de los principales avances terapéuticos "para conseguir que todas las cámaras cardiacas se activen de forma adecuada, es decir, se trata de un procedimiento con el que logramos sincronizar la actividad del corazón", ha explicado Brugada.
En los últimos años lo que se ha conseguido es poder definir bien el subgrupo de pacientes candidatos a beneficiarse de esta técnica, dado que se trata de un subgrupo específico en los que la fracción de eyección, es decir, la cantidad de sangre que expulsa el corazón, está disminuida, y que presentan trastornos en la conducción, por un funcionamiento inadecuado de las vias de conducción eléctricas del corazón.
"Con la resincronización conseguimos que el corazón de estos pacientes, que ha dejado de ser efectivo, recupere su efectividad".
Además de identificar con precisión los pacientes en los que esta técnica va a conseguir los mejores resultados, otro de los avances está relacionado con la elección del lugar más preciso en cada paciente para colocar el implante en función de sus característica anatómicas.
"En estos años de experiencia hemos comprobado también que aquellos pacientes que responden bien a la técnica inicialmente van a seguir haciéndolo durante años", con una reducción de la mortalidad del 30 por ciento. La técnica de multisite pacing, que permite estimular en varios puntos al mismo tiempo, ha contribuido también a los buenos resultados de la resincronización. Otro grupo de pacientes con riesgo de muerte súbita son aquellos que padecen alguna de las enfermedades eléctricas del corazón, cuyo corazón está "aparentemente normal pero en quienes en un momento dado el funcionamiento de la electricidad a través de las células deja de ser el adecuado, provocando una arritmia maligna que puede acabar en fallecimiento".
Los avances en el conocimiento de este subgrupo de enfermedades ha hecho que hoy se disponga ya de marcadores fácilmente identificables en el electrocardiograma que permiten anticipar el riesgo de muerte súbita. Así, "hoy sabemos reconocer bien parámetros que indican síndrome de QT largo, síndrome de QT corto, síndrome de Brugada o taquicardia catecolaminérgica y actuar de forma preventiva".
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