Un nuevo biomarcador alerta de Alzheimer en fase asintomática

La detección en líquido cefalorraquídeo (LCR) de fragmentos de proteína precursora de amiloide marca el camino de los biomarcadores hacia el diagnóstico precoz del Alzheimer.

Enrique Mezquita. Valencia | 10/10/2017 00:00

Javier Sáez Valero, Aitana Sogorb y María Salud García, todos del Instituto de Neurociencias de Elche, en Alicante. (DM)

Una de cada diez personas mayores de 65 años, en su mayoría mujeres, padecen enfermedad de Alzheimer (EA), una patología cuyo principal factor de riesgo es la edad. A los 85 afecta ya a una de cada tres personas. En España se calcula que hay más de 1.125.000 personas afectadas y repercute en la vida de otros cuatro millones y medio, los familiares cuidadores. Se prevé que en 20 ó 30 años se doblará el número de personas que la padecen.

En la actualidad, según los investigadores, se retoma la necesidad de realizar diagnósticos muy precoces para intervenir terapéuticamente cuando el deterioro es menor y porque el ensayo de terapias en esas fases puede ser muy importante.

Uno de los fragmentos terminales de la proteína precursora del amiloide es estable y puede medirse en líquido cefalorraquídeo (LCR)

El grupo de Javier Sáez Valero, profesor de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche e investigador del Instituto de Neurociencias, centro mixto de la Universidad y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha detectado un nuevo biomarcador que podría alertar del Alzheimer antes de su aparición. En este trabajo, publicado en Scientific Reports, los investigadores han demostrado que uno de los fragmentos terminales de la proteína precursora del amiloide (APP-CTF), que se creía que no era estable, sí lo es y, además, está aumentado en líquido cefalorraquídeo (LCR) de personas con diagnóstico clínico y también en las primeras fases de la enfermedad.

Paradojas de la proteína

Según el investigador, este estudio abre la vía de nuevos marcadores específicos para la patología: "Desconocíamos que estos fragmentos de APP podían determinarse en el LCR. Hasta ahora, medíamos los denominados A-beta, otro fragmento de la misma proteína y que precisamente forma las placas amiloides en el cerebro. La paradoja con este marcador es que, aunque entendemos que sus niveles aumentan en el cerebro resultando tóxicos, también quedan atrapados en las placas y no pasan al LCR en las mismas cantidades, así que el indicativo es disminución. Con estos otros fragmentos que se generan en paralelo creemos que podremos seguir realmente el curso de la enfermedad, ya que observamos aumentos en el LCR", ha apuntado.

Ahora queda diseñar protocolos de medida más eficaces, reproducibles y de fácil aplicación.

La investigación gira sobre fármacos que eviten la producción excesiva de A-beta y moléculas que ayuden a su eliminación

Pese a que en los últimos años los fármacos testados (cerca de doscientos) han fallado en curar o, al menos, en enlentecer de forma significativa la progresión de la enfermedad, Sáez Valero se muestra optimista, ya que el diagnóstico temprano ayudará en esa ineludible aspiración. "Probablemente, el enfoque no será un fármaco con una sola actividad, sino varios". Recuerda así que "fallan muchos mecanismos que actúan de manera coordinada en el cerebro. Cuanto antes comprendamos esas interacciones será mas fácil abordar la intervención terapéutica". Actualmente, se siguen investigando fármacos que eviten la producción excesiva de A-beta, otros que ayuden a su eliminación (vacunas y anticuerpos). También hay que comprender mejor la relación entre el amiloide y otras proteínas claves en el Alzheimer, principalmente la tau, y al menos al principio, quizás actuar en paralelo con todos estos enfoques. Relevante es también comprender "cómo la inflamación participa en el desarrollo de la patología".

Mientras, se debe priorizar la parte preventiva, promover un envejecimiento saludable a través del control del colesterol, la diabetes, hipertensión y otros factores de riesgo, además de mantener la actividad intelectual y física durante toda nuestra vida, incluida la vejez".