El procedimiento de determinación del ganglio centinela, consolidado en mama y melanoma, está cobrando auge en otras indicaciones, como neoplasias ginecológicas y tumores urológicos, así como en cáncer de cabeza y cuello, localización en la que evita un 70 por ciento de linfadenectomías.
Covadonga Díaz. Oviedo | 24/06/2018 00:00
Es uno de los datos puestos de relieve en el congreso de la
Semnim, donde ha participado Renato Valdés, del Instituto Holandés del Cáncer y el Hospital Universitario de Leiden, en Ámsterdam, considerado uno de los principales expertos en el mundo en utilización de la técnica del ganglio centinela.
Valdés se refirió al consenso alcanzado este año en lo que a aplicación de este procedimiento en cáncer de la cavidad oral se refiere y que se quiere divulgar a nivel mundial. Se trata de una localización complicada debido a que "la distancia entre el tumor primario y los ganglios es muy pequeña, lo que nos obliga a adoptar medidas especiales, cosa que no sucede en mama o en melanoma. Otra dificultad añadida radica en localizar todos los ganglios que drenan desde el tumor primario e identificar los que pueden ser centinela, dado que pueden ser varios".
Este experto destacó la importancia de realizar un estudio prequirúrgico de calidad con linfogammagrafía para ofrecer al cirujano un mapa linfático que le sirva de orientación precisa, "dada esa proximidad de estructuras en la cavidad oral".
Para optimizar la realización de la gammagrafía se recomienda situar la gammacámara lo más cerca posible de la cabeza del paciente. También se ha avanzado en la definición de las dosis y volúmenes de radiotrazador que deben ser inyectados para evitar falsos resultados, así como en la aplicación del Spect-TAC, "que nos aporta información en profundidad con detalle anatómico, localizando la imagen gammagráfica en un entorno más familiar para el cirujano", según Sergi Vidal-Sicart, del Hospital Clínico de Barcelona.
"Hablamos de ganglios de dos a cinco milímetros que en muchos casos casi no se ven pero que, con trazadores radioactivos, conseguimos proporcionar al cirujano una hoja de ruta muy precisa de la región linfática a donde tiene que llegar y los ganglios que tiene que extraer", explicó Vidal-Sicart. Además, existe la posibilidad de añadir al material radioactivo una señal de fluorescencia que facilita aún más el registro al cirujano.
La indicación con más respaldo es en estadios precoces de enfermedad, hasta dos o cuatro centímetros, sin metástasis y sin signos clínicos de tumor en los ganglios de la región linfática de drenaje tras la realización de ecografía y resonancia nuclear magnética.
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