JORNADA ‘NET CAMPUS’
La heterogeneidad de los tumores neuroendocrinos requiere alta especialización
Uno de los campos de la oncología que más novedades ha tenido en los últimos diez años es el de los tumores neuroendocrinos.
Miguel Ramudo. Barcelona | 21/06/2018 15:17
Jaume Capdevila, oncólogo médico del Hospital Universitario Valle de Hebrón de Barcelona. (M. Ramudo)
"Ahora disponemos desde tratamientos hormonales con análogos de somatostatina a terapias dirigidas, nuevas quimioterapias, radiofármacos, etc. Esto ha cambiado el panorama de forma espectacular. Esa gran variedad de tratamientos sumada a la gran heterogeneidad de esta enfermedad hace que su abordaje sea muy complejo", explica Jaume Capdevila, oncólogo médico del Hospital Universitario Valle de Hebrón de Barcelona y uno de los coordinadores de la jornada NET Campus, promovida por Ipsen en Barcelona, con la que se ha buscado mejorar la formación de médicos jóvenes en este campo.
Los tumores neuroendocrinos se pueden generar en prácticamente todas las partes del cuerpo. Esto hace que sean aún más raros. Además, su comportamiento también es muy diferente. Las neoplasias neuroendocrinas incluyen tumores de bajo grado de agresividad con grados de proliferación bajos con décadas de supervivencia. Pero también carcinomas más agresivos, con un pronóstico peor. "Esta heterogeneidad tanto de la biología tumoral como de indicaciones de tratamiento hace que se requiera una gran especialización en este tipo de tumores."
Retraso en el diagnóstico
Uno de los grandes problemas es la dificultad en su diagnóstico. Se trata de una enfermedad asintomática, que retrasa enormemente su detección. "El diagnóstico se hace con una media de unos siete u ocho años de retraso. Eso significa que la mayoría de nuestros pacientes cuando los diagnosticamos tienen metástasis y por tanto ya no son curables. Este retraso tiene un impacto en la supervivencia y en la complejidad de que escoger el tipo de tratamiento".
Aunque el diagnóstico sea uno de los puntos fundamentales que necesita mejora en el manejo de los tumores neuroendocrinos, lo cierto es que también se están produciendo avances en este campo. "En España se acaba de aprobar este mes la realización de un test con Galio-68. Llevaba utilizándose muchos años en Europa, pero aquí problemas de autorizaciones y regulaciones lo habían impedido", explica Jaume Capdevila, quien señala cómo esta técnica permite hacer una mejor estadificación de la enfermedad, ayudando así en la decisión terapéutica.
Un curso diferente
Todas estas novedades y la complejidad de la propia enfermedad justifican la necesidad de un curso de actualización. Sin embargo, a la hora de plantear esta nueva jornada, sus organizadores han querido ser innovadores. "En España ya hay muchos cursos de formación, quizás demasiados. En general, funcionan bien, pero nosotros buscamos que los asistentes sean participantes del evento y que trabajen: tendrán que discutir casos clínicos y explicar en qué basan sus decisiones. Queremos que sean protagonistas".
Otra de las claves sobre las que se trabaja en el curso es el abordaje multidisciplinar de esta enfermedad. El promover el intercambio de conocimientos entre las distintas especialidades se traduce en una mejor calidad asistencial y es una de las bases sobre la que se ha desarrollado la neuroendocrinología.
También se trata la relación con los pacientes. En una enfermedad con un desarrollo tan a largo plazo como son los tumores neuroendocrinos, esta relación adquiere unos matices especiales. "Al final acabas tomando las decisiones de forma conjunta, después de muchos años de relación. Pero es algo muy complicado. Es mucho más fácil ofrecer a un paciente quimioterapia que hacerle entender que su tumor no requiere un tratamiento ahora y quizá no lo necesite durante cierto tiempo largo. Esto es muy difícil de hacer entender. Las visitas son mucho más largas y hay que explicar más el concepto de la enfermedad".
Captar talento joven
Aunque la incidencia de los tumores endocrinos es minoritaria, al tratarse de pacientes con una media de supervivencia muy grande su prevalencia es mayor. "En enfermedad avanzada, el cáncer colorrectal es el más prevalente, pero la segunda es el tumor neuroendocrino". Por eso, uno de los objetivos que se persigue con este curso es el de dar a conocer esta patología entre los médicos más jóvenes para intentar captar ese talento que ahora no acaba de llegar a la especialidad. "Queremos estimular a la gente para que se interese por esta enfermedad desde sus años de formación y que no sea una opción a la que llegan porque no han podido dedicarse a otras".
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