En la última década, los cirujanos bariátricos han constatado que
la cirugía bariátrica no solo contribuye a revertir la obesidad, sino que también puede resolver la diabetes tipo 2 en pacientes con ambos cuadros clínicos. Un equipo de investigadores del
Hospital Brigham and Women's (BWH), en Boston, estudiaron si ese efecto podría alcanzarse de una forma no invasiva. Esta semana, publican en
Nature Materials, los resultados de esa indagación:
un agente oral que en ratas recubre temporalmente el intestino para evitar el contacto de nutrientes con la pared del intestino delgado y evitar los picos de azúcar en la sangre después de la comida.
"Partimos de la idea de una píldora que un paciente puede tomar antes de una comida que cubre transitoriamente el intestino para replicar los efectos de la cirugía", explica el coautor principal de la investigación Jeff Karp, bioingeniero en el BWH. "En los últimos años, hemos estado trabajando con nuestros colegas cirujanos en esta idea y hemos desarrollado un material que cumpliría con una importante necesidad clínica".
Los miembros de este equipo multidisciplinar buscaron un material que tuviera las propiedades necesarias para adherirse al intestino delgado y luego se disolviera en cuestión de horas. Seleccionaron el sucralfato, un medicamento aprobado por la agencia reguladora FDA que se usa para tratar las úlceras gastrointestinales. Además, diseñaron un material novedoso que puede recubrir el revestimiento del intestino sin requerir la activación del ácido gástrico. El compuesto, conocido como LuCI (recubrimiento luminal del intestino delgado), se puede hacer en forma de polvo seco que se puede encapsular como una píldora.
"Lo que hemos desarrollado aquí es esencialmente ciirugía en una píldora", dice el coautor principal Yuhan Leecientífico de materiales en la División de Ingeniería en Medicina del BWH. "Hemos utilizado un enfoque de bioingeniería para formular una píldora que tiene buenas propiedades de adhesión y puede unirse muy bien al intestino en un modelo preclínico. Y después de un par de horas, sus efectos se disipan".
El equipo descubrió que una vez en el intestino de las ratas, LuCI puede recubrir el intestino, formando una delgada barrera que altera el contacto de nutrientes y reduce la respuesta de glucosa en sangre después de una comida. Después de una comida, los niveles de azúcar en la sangre aumentan y pueden mantenerse elevados con el tiempo. Sin embargo, una hora después de que se administró LuCl a las ratas, la respuesta a la glucosa se redujo en un 47 por ciento. El equipo comprobó que la respuesta fue temporal, y pasadas tres horas, el efecto desapareció.
Estos investigadores están probando ahora el efecto del uso de LuCI a corto y largo plazo en modelos murinos de obesidad y diabetes. También planean avanzar algunos de sus estudios piloto que muestran que LuCI puede usarse para administrar medicamentos, incluidas proteínas, directamente en el tracto gastrointestinal.
"El bypass gástrico es una de las cirugías mejor estudiadas en el mundo, y sabemos que puede brindar muchos beneficios, incluidos sobre la presión arterial, apnea del sueño y ciertas formas de cáncer, y una mejora notablemente rápida e independiente del peso en la diabetes ", afirma Tavakkoli, co-autor principal del estudio. "Tener un recubrimiento transitorio que podría imitar esos efectos de la cirugía".
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