La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) define “supervivencia observada” como la probabilidad de mantenerse con vida tras un tiempo dado desde el diagnóstico, independientemente de la causa de defunción. La supervivencia está influenciada tanto por la mortalidad debida al cáncer como por otros motivos. La supervivencia neta es un indicador estándar para comparar la supervivencia de cáncer en estudios poblacionales. En los pacientes con cáncer se interpreta como la probabilidad de sobrevivir tras un tiempo dado desde el diagnóstico, en ausencia de otras causas de fallecimiento.
Recientemente, la SEOM presentaba ‘Las cifras del cáncer en España’, con información de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN). Los datos de REDECAN corresponden a 2008-2013, y fueron elaborados con la información aportada por los registros de cáncer de población de Asturias, Castellón, Ciudad Real, Cuenca, Euskadi, Girona, Gran Canaria, Granada, La Rioja, Mallorca, Murcia, Navarra, Tarragona y Tenerife.
La supervivencia de los pacientes con cáncer de España es similar a la registrada en los países de nuestro entorno. Se calcula que se ha duplicado en los últimos 40 años, y es probable que continúe aumentando en los próximos años, aunque de forma lenta. En global, la supervivencia neta a cinco años de los pacientes diagnosticados en el periodo 2008-2013 en España fue de 55,3 por ciento en los hombres y de 61,7 en las mujeres. Estas diferencias en la supervivencia global entre sexos se deben, probablemente, a que determinados tumores son más frecuentes en un sexo que en otro. En este sentido, la SEOM recuerda que las diferencias más importantes en supervivencia se deben al tipo tumoral, así como al estadio en el momento del diagnóstico.
Por órganos
En hombres, la supervivencia neta estandarizada por edad fue del 90 por ciento en los tumores de próstata y de testículo, del 86 por ciento en el de tiroides, del 7 por ciento en el cáncer de páncreas, del 13 por ciento en el de pulmón y en el de esófago, y del 18 por ciento en el de hígado. En mujeres, el cáncer de tiroides tuvo una supervivencia neta del 93 por ciento, el melanoma cutáneo del 89 por ciento, el cáncer de mama, del 86, el cáncer de páncreas del 10 por ciento, el hígado y esófago del 16 y el de pulmón del 18 por ciento.
Los datos de la supervivencia son esperanzadores, y mejoran cada año, pero también hay que hablar de la incidencia. El cáncer sigue siendo una de las principales causas de morbimortalidad del mundo, con más de 18 millones de casos nuevos en 2018, según datos del proyecto GLOBLOCAN. Las estimaciones poblacionales indican que el número de casos nuevos aumentará hasta 29,5 millones al año en 2040.
El número absoluto de cánceres diagnosticados en España continúa en aumento desde hace décadas en probable relación con el aumento poblacional. En este país la población creció en 163.336 personas durante la primera mitad de 2019, y se situó en 47.100.396 habitantes. Además, son factores de riesgo el envejecimiento de la población y los hábitos perjudiciales para la salud, como el tabaco y el consumo de alcohol, entre otros.
Como indica la SEOM, la edad y el género influyen también en la aparición de patologías oncológicas. Así, el riesgo de cáncer aumenta a partir de los 45-50 años. Desde el nacimiento hasta los 80 años, el hombre tiene un riesgo de desarrollar cáncer de un 41,7 por ciento, una cifra que se reduce hasta el 27,3 por ciento en la mujer. A los 85 años, estos porcentajes aumentan hasta el 49,9 por ciento en los hombres y el 32,2 por ciento en las mujeres.
El cáncer infantil es la principal causa de muerte de niños en países desarrollados. En España se diagnostican cerca de 1.400 casos al año, de los que el 20 por ciento no consigue superar la enfermedad. Los tipos más comunes son las leucemias agudas, con un 25 por ciento de casos, y los tumores cerebrales, con un 20 por ciento. La predisposición genética causa el 10 por ciento de los casos infantiles diagnosticados.
Expectativas para 2020
En total, el número de cánceres diagnosticados en España durante 2020 podría alcanzar los 277.394 casos, según los cálculos de REDECAN, una cifra similar a la registrada en 2019. Las mismas estimaciones apuntan que los tumores más frecuentemente diagnosticados en este país en 2020 serán los de colon y recto, con 44.231 nuevos casos; próstata, 35.126; mama, 32.953; pulmón, 29.638, y vejiga urinaria, 22.350.  Otros cánceres serán los linfomas no hodgkinianos, con 9.188 casos; los cánceres de cavidad oral y faringe, 8.604; páncreas, 8.338; estómago, 7.577; riñón, 7.300, y cuerpo uterino, 6.804.
El aumento del número de pruebas diagnósticas y de cribados en la población española para detectar de forma precoz tumores como el del próstata o el de mama produce una paradoja, y es que aumenta el número de casos detectados, pero la buena noticia es que al ser en estadios iniciales las tasas de curación y el tipo de efectos secundarios son mucho mejores.
Los expertos recuerdan que si los programas de detección temprana son adecuados, deberían conducir a un aumento del número de casos, pero también a una reducción de la mortalidad. De hecho, y en líneas generales, la mortalidad del cáncer en España ha experimentado un gran descenso en las últimas décadas. Esta tendencia a la baja se debe, en gran medida, a las actividades preventivas, las campañas de diagnóstico precoz y a los avances terapéuticos, especialmente relevantes en los últimos años.
Por el contrario, la mortalidad en mujeres por cáncer de pulmón está experimentando un aumento desde hace varios años, al igual que por cáncer de páncreas en ambos sexos.
Disminución del tabaco
Los oncólogos observan cierta tendencia global “lenta, pero continua” a la disminución de la incidencia de los tumores relacionados con el tabaco debido a la disminución de este hábito entre los hombres en los últimos años. En contraste, esta incidencia sigue aumentando en las mujeres.
El análisis estadístico indica que el consumo de tabaco sigue siendo superior en hombres, según los datos de EUROSTAT referidos al año 2014. Así, más de un 20 por ciento de la población es fumadora (26,2 por ciento varones y 18,5 por ciento mujeres). Debido al periodo de latencia entre la exposición al tabaco y la aparición del tumor, la incidencia del cáncer relacionado con el tabaco es todavía muy superior en el hombre. En 15-20 años es muy probable que la incidencia del cáncer refleje la prevalencia actual del consumo de tabaco y la incorporación de la mujer a su consumo.
Hay que tener en cuenta que cerca de un tercio de las muertes por cáncer son debidas a cinco factores evitables, según el Informe Mundial del Cáncer 2014 de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El tabaco podría causar hasta un 33 por ciento de los tumores a nivel global, y es responsable de hasta un 22 por ciento de las muertes por cáncer. Otros factores de riesgo evitables son las infecciones, relevantes sobre todo en países en vías de desarrollo, donde podrían causar hasta un 25 por ciento de los tumores. A continuación, está el alcohol, con un 12 por ciento, mientras que el sedentarismo y las dietas inadecuadas también son considerados factores de riesgo evitables.
Las estimaciones se han realizado con datos del Global Cancer Observatory (GCO), perteneciente a la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC). Este Observatorio ha investigado el impacto que tienen sobre la salud la obesidad, las infecciones y la exposición solar. Existe “evidencia suficiente” para asociar de manera causal la obesidad con al menos nueve tipos de cáncer. Se sabe también que un exceso de peso supone la aparición de unos 450.000 casos anuales.
Respecto a las infecciones, la IARC define como carcinógenos diez agentes infecciosos, entre los que se encuentran el Helicobacter pylori, los virus de la hepatitis B y C, determinados papilomavirus, el virus Epstein-Barr, el virus herpes tipo 8 y el herpes virus asociado al sarcoma de Kaposi.
El VIH en concreto, según explica la SEOM, no se considera de forma separada, pues incrementa la incidencia de cáncer mediante la inmunosupresión, y potencia la acción carcinógena de otros virus. Por tanto, y para evitar duplicidades, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer atribuye el efecto al virus superimpuesto y no al VIH. La anhelada vacuna contra el cáncer ya es una realidad en algunos tipos de tumores, como el de cérvix. La Organización Mundial de la Salud considera la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) como un objetivo prioritario de Salud Pública. Esta medida preventiva puede evitar la mayoría de los casos de este subtipo. Además, el VPH se asocia a cáncer de orofaringe, ano, vulva, vagina y pene.
Las estadísticas de 2019 de la OMS apuntan a que 100 países del mundo han introducido la vacunación en sus estrategias sanitarias, y que esta cubre un 30 por ciento de la población diana global. “La tasa de vacunación en países desarrollados no alcanza las cotas esperables en muchas ocasiones”, lamenta la SEOM, que también critica que en España “existe un grado de implantación muy diferente entre las distintas comunidades autónomas”.
Por su parte, los países en vías de desarrollo ofrecen unas tasas de vacunación mucho menores, lo que también se refleja en las estadísticas de incidencia y mortalidad del cáncer.
Campaña ‘Cambia tu futuro, tú decides’
Para concienciar de todos estos factores de riesgo evitables, la Sociedad Española de Oncología Médica ha presentado la campaña ‘Cambia tu futuro, tú decides’. Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la SEOM, destaca que “el 40 por ciento de los casos de cáncer que se producen en España tiene su origen en los hábitos nocivos, especialmente el tabaquismo”. Asimismo, muestra su preocupación por el hecho de que la incidencia del cáncer de pulmón en España sigue aumentando entre las mujeres.
“El incremento en las mujeres del cáncer de pulmón y otros tumores relacionados con el tabaco es consecuencia de algo que comenzó hace 25 o 30 años, cuando las mujeres comenzaron a fumar. En España hay una prevalencia del tabaquismo muy alta, especialmente entre la población joven que se inicia en el hábito de fumar; ellas fuman más”, comenta.
Rodríguez-Lescure lamenta también que en España todavía no haya un registro nacional de patologías oncológicas, y agradece la labor que realiza la Red Española de Registros de Cáncer. El informe ‘Las cifras del cáncer en España’ recoge datos de la propia SEOM, la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN); Global Cancer Observatory (CGO); la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de Globocan-2018 y del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El presidente de REDECAN, Jaume Galcerán, también se muestra partidario de fomentar campañas de concienciación, y está preocupado por el incremento de la incidencia de diversos tumores relacionados con el tabaco, como el de pulmón, de cavidad oral y faringe o vejiga urinaria: “La mujer empezó a fumar hace 25 años, y ahora estamos viendo el principio de la epidemia. La incidencia del cáncer debido al tabaco seguirá aumentando en las mujeres en los próximos años; sin embargo, en los hombres está disminuyendo”.
Los resultados de la campaña de concienciación o la decisión de financiar los fármacos para dejar de fumar son acciones “cuyos efectos beneficiosos se verán con el tiempo”. “Cuanto antes empecemos, antes veremos los resultados. El mensaje tiene que calar en la sociedad, sobre todo en la escuela”, dice el presidente de la SEOM.
El coste de la enfermedad oncológica
La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha centrado la IX edición del Foro Contra el Cáncer en el impacto económico y social que la enfermedad genera en las personas afectadas. Según el informe de la consultora Oliver Wyman ‘Impacto económico y social del cáncer en España’, el coste estimado es de, al menos, 19.300 millones de euros.
De este total, que supone el 1,6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) nacional, los costes médicos directos suponen el 48 por ciento; los directos no médicos representan el 12 por ciento y los costes indirectos completan el 40 por ciento restante”. Otros datos significativos de los costes globales son que el 45 por ciento lo soportan las familias y que el 40 por ciento de los casos nuevos se producen en población en edad laboral.
Para reducir la incidencia de las enfermedades oncológicas es necesario mantener hábitos de vida saludable y evitar factores de riesgo como el tabaco, el alcohol o la contaminación ambiental, como dice María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS): “El objetivo de nuestro sistema sanitario es tener los mejores médicos, las mejores tecnologías, los mejores cribados… Pero como sociedad todos debemos intentar que ese cáncer no se produzca, para lo cual debemos evitar la exposición a esos ambientes tóxicos o evitar factores de riesgo. El objetivo es ganar en salud, sostenibilidad y economía, entre otros muchos factores”.
“Movilicémonos por una prevención primaria para evitar el mayor número posible de casos de cáncer y confiemos en que la investigación siga mejorando las estadísticas de curación de esta enfermedad”, comenta María Neira.
Papel de la farmacia
Tanto desde el ámbito hospitalario como el de las oficinas, las farmacias también afrontan el cáncer desde el punto de vista de la prevención, el tratamiento y el seguimiento del paciente.
El grupo de Farmacia Oncológica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (GEDEFO-SEFH) tiene como misión “proveer atención farmacéutica de calidad para conseguir el máximo beneficio clínico y contribuir a mejorar los resultados en salud de los paciente oncológicos y hematológicos de una manera eficiente”, como explica su coordinadora, Estela Moreno. Asimismo, este Grupo de trabajo pretende “seguir potenciando el papel del farmacéutico oncológico en la atención integral al paciente con cáncer como miembros del equipo multidisciplinar”.
“En los últimos años hemos trabajado en mejorar la información y educación desde las consultas de atención farmacéutica, reorientadas hacia el modelo Capacidad, Motivación, Oportunidad (CMO). Para ello, hemos elaborado hojas de información adaptadas a las necesidades de los pacientes y documentos de apoyo a la validación farmacéutica, que repercuten de una manera muy positiva en la calidad de la asistencia que recibe el paciente”, explica Estela Moreno.
En el ámbito infantil el papel del farmacéutico también es fundamental. Cecilia Martínez, secretaria de la SEFH, enumera algunas de las funciones de los farmacéuticos especialistas, como “la validación y elaboración de quimioterapia para su administración parenteral a los pacientes pediátricos, la dispensación de citostáticos orales en los Servicios de Farmacia unida a las labores de información y refuerzo de la adherencia”.
“El farmacéutico especialista cada vez ocupa un lugar más clínico en los equipos multidisciplinares de atención al paciente oncohematológico pediátrico, y, además, es necesaria su presencia en unidades del dolor, de cuidados paliativos pediátricas, etc.”, añade.
La Farmacia Hospitalaria también se ocupa de conseguir medicamentos en el caso de que en el mercado no existan fármacos comercializados adaptados en forma farmacéutica a las necesidades del niño. En esta situación el farmacéutico puede elaborar fórmulas magistrales orales que permiten la administración de la medicación sin necesidad de manipulación.
En cuanto a la oficina de farmacia, los farmacéuticos aportan “empatía, comprensión y corresponsabilidad”, en la atención al paciente oncológico. Así lo manifestaron los asistentes a la Jornada OncofarmaCOFM, organizada por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. Pacientes y profesionales sanitarios acordaron que es más necesaria la formación y el apoyo multidisciplinar para conseguir una mejor atención.
Nieves Murillo, farmacéutica de oficina de farmacia, comentó que “a los pacientes se les puede ayudar en áreas generales y con consejos útiles; por eso es importante la especialización. El paciente necesita que le escuchen y se le hable con sinceridad”. “No somos sus oncólogos ni sus médicos de Atención Primaria, pero somos compañeros y debemos apoyarnos”.

RECUADRO 1
Red Oncológica Madrileña 
El trabajo multidisciplinar beneficia al paciente, a los profesionales sanitarios y al conjunto del sistema sanitario. Poco a poco se va implantando en todos los hospitales, y una variante de este trabajo colaborativo es la Red Oncológica Madrileña (ROM). Los objetivos de esta Red son racionalizar y optimizar la asistencia oncológica en la Comunidad de Madrid, como explica uno de sus impulsores, Miguel Martín, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. “En estos momentos, por desgracia, cada hospital trabaja por su cuenta, hay hospitales de diversos tamaños y con diferentes carteras de servicios y, aunque pueda haber un flujo de enfermos de unos hospitales a otros, no está bien regulado”, explica el especialista.
La Red pretende crear cuatro polos coordinadores dentro de la Comunidad Madrid, a los que se asocian todos los hospitales que tienen Oncología. Se va a establecer una forma de trabajo coordinada entre estos hospitales para que cualquier paciente reciba la mejor atención, esté en el hospital que esté.
“Esto va a suponer un esfuerzo, pero también será muy útil para los pacientes y para los profesionales. Habrá que romper ciertas estructuras actuales y algunas tradiciones, pero a la larga será un gran acierto”, augura Miguel Martín.
Este tipo de organización tiene cierto remedo con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), y, de hecho, su anterior director, Rafael Matesanz, ha sido clave para diseñar la estrategia, así como la Fundación Gregorio Marañón, que tuvo la iniciativa de sentar juntos a varios oncólogos médicos de Madrid para discutir el proyecto.
El objetivo es organizar y optimizar la Oncología en Madrid, para que, aparte de beneficiar a los pacientes y a los profesionales, también sirva para utilizar mejor los recursos. “El trabajo bien hecho suele reducir costes, y debemos tener en cuenta que la Medicina cada vez es más cara. Continuamente nos planteamos hasta qué punto vamos a ser capaces de hacerla sostenible en el futuro, y la ROM puede ser una de las formas de logarlo”, dice Miguel Martín.
Otra finalidad de la Red de Madrid es permitir el acceso de los enfermos de cada uno de los cuatro polos a ensayos clínicos. Ahora solamente acceden los pacientes de hospitales grandes, y muy pocos de hospitales pequeños. En definitiva, comenta el Dr. Martín, “la idea es ofrecer el mejor servicio a toda la población que tiene un tumor”. “Creemos que hay muchas posibilidades de organizarnos mejor de lo que estamos ahora y de que los pacientes reciban la mejor atención posible de la Sanidad madrileña, a la vez que los profesionales encuentren más estímulos en su trabajo diario”.
Otro ejemplo de grupo multidisciplinar de trabajo es el Grupo de Expertos en Nutrición Clínica del Paciente Oncológico (GENPO), creado en febrero de 2020. Su principal objetivo es sensibilizar a la población y a los decisores sobre la importancia de mantener un adecuado estado nutricional en el paciente oncológico para que pueda mejorar la tolerancia al tratamiento antineoplásico y, por tanto, su calidad de vida.
En el momento del diagnóstico, entre un 15 y un 40 por ciento de los pacientes presentan pérdida de peso en función del tipo de cáncer. La incidencia de la desnutrición aumenta conforme evoluciona la patología hasta afectar a un 80 por ciento de los pacientes en fases avanzadas.
Forman parte de GENPO profesionales de diferentes ramas, como Alfredo Carrato, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, entre otros profesionales sanitarios, representantes de la Gestión Hospitalaria, de la Farmacia o de asociaciones de pacientes.
También funciona como plataforma multidisciplinar Oncomedic.es, un buscador de recursos para especialistas presentado en febrero de 2020. Esta iniciativa aúna las necesidades de los oncólogos en su práctica diaria, como calculadoras, recursos bibliográficos, casos clínicos interactivos, la información más importante de los congresos de la especialidad, etc.
Los coordinadores de Oncomedic son prestigiosos especialistas en Oncología Médica, como Pedro Pérez Segura, del Hospital Clínico San Carlos de Madrid; Enrique Grande, del MD Anderson Cancer Center de Madrid; Enrique Aranda, del Hospital Reina Sofía de Córdoba; Mariano Provencio, del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid); Eduardo Díaz-Rubio, catedrático emérito de Oncología Médica de la Universidad Complutense de Madrid, y Ana Lluch, del Hospital Clínico de Valencia.

RECUADRO 2
2020: el año del Plan Europeo contra el Cáncer
El 4 de febrero de 2020, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, inauguró el Plan Europeo contra el Cáncer. El objetivo de esta iniciativa es que cada país miembro aporte recursos económicos, así como mejorar la comunicación y la coordinación entre todos los estados para superar el cáncer, una enfermedad que afectará al 40 por ciento de europeos a lo largo de su vida.
“Es el momento de sumarnos a esta corriente europea y dotar a España de un Plan Nacional del Cáncer con financiación específica que ayude, de una manera efectiva, a mejorar las cifras de supervivencia”, solicita Vicente Guillem, presidente de la Fundación Excelencia y Calidad de la Oncología (ECO) y jefe del departamento de Oncología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO).
Según este experto, el Plan Nacional deberá garantizar también a los pacientes la misma asistencia de calidad independientemente del lugar en que resida. Para conseguir estos objetivos, la Fundación ECO reclama que el Plan tenga “una dotación económica finalista para que no se quede en una mera carta de intenciones”.
“Debemos tener criterios comunes a nivel nacional que reduzcan las inequidades y las variaciones injustificadas en el riesgo de padecer cáncer”, comenta Vicente Guillem, quien considera que el Plan Nacional debe incluir el diagnóstico molecular, el acceso equitativo a biomarcadores por parte de toda la población, la atención a los pacientes supervivientes, tanto a nivel de necesidades clínicas, como psicológicas y sociales, y el modelo organizativo del tratamiento multidisciplinar de los tumores menos frecuentes.
“Todos los pacientes con cáncer deberían poder conocer su perfil genómico para poder acceder al tratamiento más adecuado, integrar la Medicina de Precisión, universalizando la biopsia líquida como técnica diagnóstica, y apostando por la creación de centros de referencia”, añade el presidente de la Fundación ECO.
Precisamente a este tema se refirió el ministro de Sanidad, Salvador Illa, con motivo de la celebración del IX Foro contra el Cáncer, organizado por la Asociación Española Contra el Cáncer con la presencia de la Reina Letizia. Justo el día del Día Mundial contra el Cáncer, Illa mencionó la Estrategia Nacional de Cáncer del Sistema Nacional de Salud, “que estará terminada en los próximos meses” y que incluirá factores de riesgo como la contaminación laboral y ambiental o la exposición solar. Asimismo, la Estrategia, según Illa, también incorporará factores novedosos como la Medicina Personalizada o el seguimiento a los largos supervivientes.