jueves, 2 de febrero de 2012

"La inyección de células en el corazón sólo conseguirá resultados modestos" - DiarioMedico.com

SEGÚN LA INVESTIGADORA URSULA RAVENS

"La inyección de células en el corazón sólo conseguirá resultados modestos"

La investigadora alemana Ursula Ravens, que ha formado parte del jurado del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina que se ha entregado esta semana, confía más en la ingeniería tisular que en la terapia celular para regenerar el corazón. En el ámbito farmacológico prevé grandes avances en fibrilación auricular.
María Sánchez-Monge   |  02/02/2012 00:00

Ursula Ravens
Ursula Ravens, experta en fisiología cardiaca de la Universidad Tecnológica de Dresde. (Mauricio Skrycky)

Una experiencia investigadora de cuatro décadas y más de 250 artículos publicados en revistas internacionales avalan la trayectoria de una pionera en el estudio de la electrofisiología del corazón, Ursula Ravens, directora del Departamento de Farmacología y Toxicología de la Universidad Tecnológica de Dresde (Alemania). También le confieren autoridad para hacer pronósticos científicos en una de las áreas en las que su propio equipo se ha adentrado en los últimos tiempos: la utilización de células madre para la regeneración del músculo cardiaco dañado.

Sus augurios no son demasiado favorables cuando se trata de comentar las perspectivas de la terapia celular basada en la inyección de células en el corazón tras un infarto de miocardio. "Las nuevas células propician la creación de nuevos vasos sanguíneos en torno a la cicatriz, de forma que al final ésta es más pequeña", explica. Sin embargo, añade que la mejora que se consigue con este procedimiento es "muy escasa".

Poniendo cifras, se consigue que la fracción de eyección de un paciente con insuficiencia cardiaca se incremente hasta el 35-40 por ciento, es decir, en torno a entre cinco y diez puntos. Si se afina un poco más y se añaden otras medidas terapéuticas, el porcentaje podría llegar, como mucho, al 55 ó 60 por ciento. "No quiero minusvalorarlo, pero es un cambio muy pequeño", opina Ravens.
  • Uno de los problemas que pueden surgir es que las nuevas células introducidas no se integren con el resto y formen una pequeña isla
Integración celular

La experta no cree que estas terapias, que ya se están llevando a cabo con mejor o peor fortuna, lleguen a consolidarse. Uno de los problemas que pueden surgir es que las nuevas células "no se integren con el resto de las células y formen una pequeña isla". En ese supuesto, lo peor que puede pasar no es que se contraigan de forma diferente al resto, sino que interfieran en el ritmo eléctrico general, generando pequeñas ondas arrítmicas que pueden provocar fibrilación ventricular. No obstante, la investigadora reconoce que también pueden aportar ciertas ventajas: "Aunque las células madre que se inyecten no se conviertan en células contráctiles, atraerán a células del sistema inmune y de otras procedencias que segregarán citocinas y otras sustancias que estimularán el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos".

En todo acaso, considera que el verdadero avance llegará cuando se adquiera el conocimiento suficiente para poner en marcha la ingeniería tisular cardiaca. "La idea es que el tejido cardiaco que se implante sobre la zona dañada se integre totalmente, sea capaz de contraerse y tenga unas conexiones muy buenas, de forma que no interfiera en la excitación del corazón".

Este es, precisamente, el ámbito al que Ravens ha dedicado la mayor parte de su carrera investigadora: la electrofisiología celular y, sobre todo, la fibrilación auricular. En la actualidad, su trabajo se centra en averiguar "por qué hay tantas diferencias entre las distintas células del corazón", así como en el estudio de los canales iónicos implicados en la actividad eléctrica cardiaca. Le interesa especialmente el papel de los canales de sodio y analiza su funcionamiento anómalo en la fibrilación auricular, con el objetivo de hallar fármacos que permitan corregir esas disfunciones.

"Ya hay un prototipo de fármaco para este problema en el mercado", precisa. Se trata de ranolazina, que inhibe el incremento patológico de la corriente tardía de entrada de sodio.
  • La principal ventaja de la técnica de fijación de voltaje es que podemos separar la actividad eléctrica de los diferentes grupos de canales iónicos
Ravens no confía en la consecución de "fármacos que sean superiores a los desfibriladores implantables para el tratamiento de la fibrilación ventricular". Sin embargo, se muestra muy optimista en lo referente a la obtención de nuevos compuestos para la fibrilación auricular. En esta línea, la esperanza está puesta en los antiarrítmicos con selectividad auricular, es decir, que no afecten a los ventrículos y, por lo tanto, están libres de riesgo arritmogénico en los ventrículos. La investigadora destaca la aprobación y comercialización de dos nuevos fármacos entre 2009 y 2011: dronedarona y vernakalant.

Pérdida de eficacia

Dronedarona se desarrolló, en buena medida, para lograr los efectos beneficiosos de amiodarona eliminando sus efectos más peligrosos. Por eso, este fármaco no contiene yodo, lo que evita el riesgo de hipo e hipertiroidismo. Sin embargo, apunta Ravens, "dronedarona no es tan efectivo como amiodarona y también puede causar problemas importantes, como toxicidad hepática". De todas formas, cree que las ventajas siguen siendo más destacables.

El otro fármaco de reciente aprobación, vernakalant, se administra por vía intravenosa para la conversión inmediata a ritmo sinusal de la fibrilación auricular. "Habría que encontrar una fórmula para que también se pudiese suministrar por vía oral", apostilla la experta.

El equipo de Ravens ha estudiado los efectos de vernakalant y otros fármacos en tejido miocárdico humano obtenido gracias a la colaboración que mantienen con diversos grupos de cirujanos cardiacos. Previo consentimiento de los pacientes que son sometidos a cirugía de bypass, conservan el pequeño trozo de tejido de la aurícula que es preciso cortar para conectar la circulación extracorpórea.

Mediante distintas técnicas, Ravens y sus colaboradores aislan los cardiomiocitos de ese tejido. "De ese modo podemos estudiar toda la actividad eléctrica en cada célula concreta", expone. En esas investigaciones utilizan una técnica my específica, conocida como fijación de voltaje, para analizar la actividad de los canales iónicos y ver cómo cambia la actividad eléctrica de la célula cuando se administra un determinado fármaco. "La principal ventaja es que podemos separar la actividad de los diferentes grupos de canales: de potasio, sodio, calcio, etc.", recalca.
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