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Una técnica con ADN que actúa en linfocitos T CD8 podría ser útil en cáncer
Una nueva técnica que actúa sobre los linfocitos T citotóxicos podría
ser útil en el tratamiento oncológico, según destaca un estudio hoy en
Nature Medicine.
Redacción
| 27/02/2012 00:00
La estrategia consiste en introducir ADN en las
células presentadoras de antígenos del sistema inmune; de esta forma, se
induce la actividad de los linfocitos T citotóxicos, cuya presencia se
reprime normalmente en los pacientes con cáncer o infección por VIH.
El grupo de José A. Guevara-Patiño, en el Instituto de Oncología de la Universidad Loyola de Chicago, lleva años investigando en inmunoterapia aplicada al cáncer. Ahora, estos científicos han conseguido fomentar en sistemas inmunes deficitarios murinos y humanos los linfocitos. No obstante, Guevara-Patiño asegura que faltan al menos tres años para iniciar un ensayo con pacientes oncológicos con esta técnica.
Además de la interacción con las células presentadoras de antígenos, los linfocitos T citotóxicos CD8 necesitan de los linfocitos cooperadores (helper) para adquirir su capacidad letal; sin esa cooperación, los linfocitos CD8 no pueden hacer su trabajo. En pacientes con VIH, el virus destruye a los linfocitos T cooperadores, que también se ven afectados en los enfermos con cáncer. Los tumores tienen la insidiosa habilidad de evitar el ataque de los linfocitos T citotóxicos, y lo logran limitando la ayuda de las células cooperadoras.
Con la introducción de fragmentos de ADN en células presentadoras de antígenos, se consiguió que éstas produjeran proteínas específicas que impulsaron la acción de los linfocitos T CD8, provocando una mayor acción frente a patógenos y cáncer. La técnica tiene la ventaja de que elude la necesidad de recurrir a los linfocitos T cooperadores, lo que podría servir en diversas enfermedades.
(Nature Medicine doi: 10.1038/nm.2683).
El grupo de José A. Guevara-Patiño, en el Instituto de Oncología de la Universidad Loyola de Chicago, lleva años investigando en inmunoterapia aplicada al cáncer. Ahora, estos científicos han conseguido fomentar en sistemas inmunes deficitarios murinos y humanos los linfocitos. No obstante, Guevara-Patiño asegura que faltan al menos tres años para iniciar un ensayo con pacientes oncológicos con esta técnica.
Además de la interacción con las células presentadoras de antígenos, los linfocitos T citotóxicos CD8 necesitan de los linfocitos cooperadores (helper) para adquirir su capacidad letal; sin esa cooperación, los linfocitos CD8 no pueden hacer su trabajo. En pacientes con VIH, el virus destruye a los linfocitos T cooperadores, que también se ven afectados en los enfermos con cáncer. Los tumores tienen la insidiosa habilidad de evitar el ataque de los linfocitos T citotóxicos, y lo logran limitando la ayuda de las células cooperadoras.
Con la introducción de fragmentos de ADN en células presentadoras de antígenos, se consiguió que éstas produjeran proteínas específicas que impulsaron la acción de los linfocitos T CD8, provocando una mayor acción frente a patógenos y cáncer. La técnica tiene la ventaja de que elude la necesidad de recurrir a los linfocitos T cooperadores, lo que podría servir en diversas enfermedades.
(Nature Medicine doi: 10.1038/nm.2683).
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