AUNQUE ESTÁN TRATADOS NO cumplen los OBJETIVOS
Sólo el 8% de los sujetos con EAP tienen controlado su riesgo vascular
Los pacientes con enfermedad arterial periférica (EAP) tienen un riesgo vascular en otro territorio elevado, por lo que es necesario reducirlo. Se trata de un alto porcentaje, pero ese tratamiento no se traduce en una reducción del riesgo y de la mortalidad, ocasionada en un 75 por ciento de los casos por un infarto agudo de miocardio o por un ictus.
Clara Simón Vázquez | 09/07/2012 00:00
José Mostaza, de la Unidad de Arterioesclerosis del Hospital Carlos III, de Madrid. (DM)
Por tanto, es imprescindible, como dicen todas la guías de práctica clínica, "que estos pacientes estén en tratamiento antiagregante, tengan un LDL en objetivos terapéuticos, que su tensión esté controlada de forma exquisita y que los diabéticos mantengan a raya su hemoglobina glucosilada".
Selección
No se había evaluado el grado de control de estos pacientes y "nosotros hemos seleccionado una población de pacientes con enfermedad arterial periférica y sin enfermedad cerebrovascular ni coronaria.
En el estudio, donde se incluyeron 4.087 pacientes con una edad media de 68 años, se ha visto que un porcentaje alto de ellos reciben tratamiento farmacológico, con antiagregantes o con estatinas: el 80 por ciento con estatinas y más del 80 por ciento con antiagregantes o antitrombóticos.
A pesar de estos tratamientos, conseguir objetivos terapéuticos es complicado, puesto que no supera el 30 por ciento el control adecuado del LDL y de la HTA. "Globalmente, los que tienen todos los factores de riesgo controlados suponen sólo el 8 por ciento. Estamos haciendo las cosas bien, porque les damos fármacos, pero en dosis insuficientes o la adherencia terapéutica es baja, pues al final tienen mal control de los factores de riesgo".
Mostaza ha recordado que no se ha demostrado que los tratamientos con antiagregantes, con estatinas o con antihipertensivos modifiquen la evolución natural de la enfermedad arterial periférica. "Estos pacientes tienen que tener un control óptimo para evitar la aparición de un infarto de miocardio o de un ictus".
Diferentes estudios han demostrado que cuanto mejor es el control del LDL y de la HTA más se mejora el pronóstico. Se ha constatado asimismo que se controlan mejor los pacientes vistos en consultas hospitalarias, las personas con estudios universitarios superiores, las que hacen más ejercicio y las de más edad.
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