la detección precoz elevaría el sobrediagnóstico
El PSA sigue en el punto de mira del cáncer de próstata
Cancer publica en su último número un trabajo en el que se cuestiona la recomendación desfavorable de la Task Force de Estados Unidos en relación con el cribado del cáncer de próstata con PSA. Dicho test tiene sus ventajas y sus inconvenientes y hay que sopesarlos.
Redacción | 31/07/2012 00:00
La recomendación del cribado del cáncer de próstata con el PSA sigue ocupando parte de los trabajos que se publican sobre este tumor. En el último número de Cancer, Edward Messing, jefe del Departamento de Urología del Centro Médico de la Universidad de Rochester y presidente de la Sociedad Americana de Oncourología, ha comentado que eliminar el test del PSA en el cribado del cáncer de próstata puede ser un paso atrás y elevar el diagnóstico de cáncer metastásico en el momento de la detección.
En este mismo trabajo se dice que con el PSA y la detección precoz del cáncer de próstata se pueden prevenir unos 17.000 casos de cáncer metastásico al año en Estados Unidos. "Nuestros resultados son muy importantes en la controversia desatada alrededor de los test de PSA para cáncer de próstata", ha apuntado Messing.
Aumento de las críticas
El año pasado, la Task Force de Estados Unidos no recomendaba el cribado con PSA en todos los hombres, lo que promovió las críticas por parte de la comunidad médica.
El panel de expertos revisó la evidencia científica y concluyó que el cribado tenía escasos beneficios o ninguno. Aquí era donde se planteaba el sobretratamiento de los pacientes.
Como respuesta o aclaración a las dudas planteadas por la Task Force, un comité de expertos de la Asociación Americana de Oncología Médica (ASCO) decidió que en los hombres con una esperanza de vida de menos de diez años no es aconsejable el cribado. Sin embargo, para los que tienen una esperanza de vida mayor dice que los médicos deben comentar con sus pacientes si el PSA es o no apropiado para cada caso. Las diferentes sociedades científicas implicadas no se acaban de poner de acuerdo. La Asociación Americana de Urología se basa en el estudio norteamericano PLCO (Prostate, Lung, Colerectal and Ovarian Cancer Screening Trial), donde no se apreciaba ningún beneficio con el cribado.
Sociedad europea
Por su parte, en Europa se centraban más en el estudio Erspc, que constata una reducción de la mortalidad por tumor, no de la mortalidad global, gracias al cribado. Las conclusiones de este trabajo se han publicado en The New England Journal of Medicine y sus autores españoles Alvaro Páez, jefe del Servicio de Urología del Hospital de Fuenlabrada, y Marcos Luján, jefe de la Unidad de Urología del Hospital Infanta Cristina, en Parla, fueron muy claros al avanzar que el cribado del cáncer de próstata con PSA tiene un precio: el sobrediagnóstico y sobretratamiento del tumor.
En este trabajo, el mayor beneficio lo obtenía el grupo de edad de entre 65 y 69 años, pero esos beneficios sólo se reflejaban en la mortalidad por causas oncológicas, no por causas generales.
Una vez más se vuelve a poner de manifiesto las dudas en torno al cribado con PSA, que se sabe que ha salvado muchas vidas, pero hay que tomarlo en su justa medida.
Con limitaciones
Messing ha vuelto a la era pre-PSA y ha analizado los datos de un estudio observacional desde 1983 a 2008 en el que se indicaba que el PSA podía predecir unos 25.000 cánceres de próstata. Se trata de un estudio observacional con limitaciones. Por eso, habrá que considerarlo de forma individual.
Con tumor, no de tumor
Los hombres diagnosticados de cáncer de próstata son menos propensos a morir por el tumor que por otras enfermedades más prevalentes en su edad, como el infarto agudo de miocardio, según un estudio que se publica en el último número de Journal of the National Cancer Institute.
Mara Epstein, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Boston, ha revisado los datos de las causas de mortalidad entre los pacientes con cáncer de próstata procedentes de un programa de vigilancia epidemiológica de Estados Unidos que recoge datos de 490.000 hombres desde 1973 a 2008 y del registro de mortalidad de Suecia que incluye 210.000 hombres desde 1961 a 2008.
La mortalidad total en Estados Unidos fue del 52 por ciento y en Suecia del 30 por cientro y sólo el 35 por ciento correspondía a cáncer de próstata, porcentaje que en Estados Unidos no llegaba al 16 por ciento.
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