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Los médicos a menudo ceden ante las peticiones de los padres de retrasar el momento de vacunar a los niños
Pero la mayoría cree que eso pone a los niños en riesgo, según un estudio
Traducido del inglés: martes, 3 de marzo, 2015LUNES, 2 de marzo de 2015 (HealthDay News) -- Los médicos reciben con frecuencia peticiones de los padres para que retrasen el momento de vacunar a los niños pequeños, y a pesar de su criterio a menudo ceden, según un nuevo estudio estadounidense.
En una encuesta nacional realizada a pediatras y a médicos de familia, los investigadores hallaron que el 93 por ciento dijeron que recibían dichas peticiones en un mes normal. Una quinta parte dijo que al menos el 10 por ciento de los padres que les visitan desean posponer el momento de poner algunas vacunas.
Y aunque la mayoría de los médicos creen que no ceñirse a la programación recomendada de vacunas es arriesgado, a menudo ceden a los deseos de los padres.
Los hallazgos, publicados en línea el 2 de marzo en la revista Pediatrics, llegan en un momento en que crece la preocupación por "la baja cifra de vacunaciones".
El sarampión, una enfermedad infantil que se declaró que estaba eliminada en Estados Unidos en el año 2000, está de vuelta. En lo que va de año, se han producido brotes en 17 estados y en Washington D.C., y se han enfermado al menos 154 personas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
El brote principal se originó en Disneyland, en California. Los CDC dijeron que empezó probablemente con un viajero que no estaba vacunado que se contagió en otro país antes de ir al parque de atracciones. Pero no se ha identificado a esa persona.
Tales casos "importados" de sarampión pueden propagarse cuando las personas de la comunidad no se han vacunado. Un problema es que algunos padres deciden no vacunar a sus hijos, por razones religiosas o creencias personales, a menudo por un miedo infundado con respecto a la seguridad de la vacuna, dicen los médicos.
Pero pocos padres realmente deciden eso, dijo la Dra. Allison Kempe, pediatra en el Hospital Pediátrico de Colorado, que dirigió el nuevo estudio.
Es más frecuente, dijo, que pidan que se pospongan ciertas vacunas, para "distribuir" las vacunas del niño durante un periodo más largo.
Según la programación de vacunas actual recomendada por los CDC y otros grupos, un niño recibe hasta 25 inyecciones en los primeros dos años de vida, y en una visita al médico puede recibir varias.
Algunos padres tienen miedo de que sean "demasiadas y se den demasiado pronto", porque han oído que todos esos pinchazos "abruman" al sistema inmunitario de un bebé, dijo el Dr. Paul Offit, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Pediátrico de Filadelfia.
"Pero esa idea no tiene ningún respaldo científico", dijo Offit, que no participó en el nuevo estudio. Añadió que es peor retrasar ciertas vacunas, porque "solamente aumenta la cantidad de tiempo en que los niños son susceptibles a contraer la enfermedad".
Kempe se mostró de acuerdo, al igual que la mayoría de los médicos del estudio.
De los 534 médicos encuestados, el 87 por ciento dijeron que creen que los padres que solicitan retrasos están poniendo a sus hijos en riesgo. Otro 84 por ciento dijeron que retrasar las vacunas de los niños pequeños provoca un dolor adicional innecesario.
A pesar de eso, la mayoría de los médicos ceden ante los deseos de los padres, halló el estudio. Un tercio a menudo o siempre se muestran de acuerdo en retrasar el momento de las vacunas, mientras que otro tercio dijeron que lo hacen a veces.
No es que cedan sin más, dijo Kempe. La mayoría de los médicos dijeron que intentaron varias tácticas de persuasión: Decir a los padres que ellos habían vacunado a sus propios hijos; advertir de los riesgos de contraer la enfermedad, y enfatizar que los calendarios de vacunas "alternativos" no han probado ser seguros o efectivos.
Pero esos intentos solamente fueron "algo efectivos", como mucho, dijeron los médicos.
"Creo que es importante intentar influir en los padres antes de que se preocupen por las vacunas", dijo Kempe. Un modo de hacer eso, añadió, podría ser mediante la educación durante el embarazo.
También debería prestarse más atención a contrarrestar la información errónea sobre las vacunas, dijo Kempe.
"El movimiento en contra de las vacunas ha conseguido que su mensaje llegue mejor que los que están a favor ", dijo.
Offit dijo que no culpa a los padres por estar confundidos o ser renuentes con respecto a las vacunas. "Todas estas vacunas son para enfermedades que los padres de hoy en día nunca han visto, y tienen sustancias biológicas que la mayoría de las personas no comprenden", dijo.
En cuanto a los médicos que ceden a las peticiones de los padres, Offit tampoco les culpa. Tienen un tiempo limitado durante una visita al consultorio para explicar por qué debería seguirse el horario recomendado de vacunas, y si los padres ya están convencidos de lo contrario, no hay mucho más que un médico pueda hacer, indicó Offit.
"¿Cómo abordamos este tema?", dijo. "Por desgracia, creo que las personas tendrán que ver el regreso de estas enfermedades. Ahora mismo estamos observando una reacción negativa contra el movimiento contra las vacunas. Nada habla más alto que el sarampión".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Allison Kempe, M.D., M.P.H., professor, pediatrics, University of Colorado School of Medicine, Children's Hospital Colorado, Aurora; Paul Offit, M.D., chief, infectious diseases, director, Vaccine Education Center, Children's Hospital of Philadelphia; April 2015, Pediatrics
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