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Los niños que sufren de TDAH podrían obtener más beneficios de una atención centrada en la familia
Un estudio encontró que enseñar habilidades de crianza positiva de forma compasiva mejoraba los resultados
Traducido del inglés: martes, 24 de marzo, 2015LUNES, 23 de marzo de 2015 (HealthDay News) -- Para los niños que sufren de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), recibir una atención más centrada en la familia y más compasiva podría ser de mayor efectividad que la atención estándar, encontró un estudio reciente.
Los investigadores compararon dos tipos de "atención en colaboración", en que gestores de atención especial hacen de intermediarios entre una familia y los médicos de su hijo.
Un método fue la atención en colaboración estándar, mientras que el otro fue "mejorado", lo que significaba que los gestores de la atención habían recibido varios días de entrenamiento para enseñar a los padres habilidades de crianza saludables e interactuar con las familias de forma abierta, sin juicios de valores y empática.
"Creo que es una herramienta muy potente en la medicina, y se usa cada vez más, pero aún no está generalizada respecto a cómo los médicos interactúan con los pacientes y sus familias", dijo el autor del estudio, el Dr. Michael Silverstein, profesor asociado de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston.
Silverstein añadió que los gestores de la atención que fueron entrenados no contaban con grados avanzados ni educación o licencias formales en salud mental. "Esto podría ser potencialmente significativo para la forma en que se provee atención en ámbitos o poblaciones que quizá no puedan pagar ni tener acceso a psicólogos con grados doctorales", planteó.
Un experto ofreció más explicaciones sobre la importancia de la atención en colaboración.
"La atención en colaboración intenta mejorar el cumplimiento al contactar a las familias con regularidad para ver cómo les está yendo, ayudar a garantizar que comprenden y están de acuerdo con las recomendaciones de tratamiento, e identificar y aliviar lo antes posible cualquier obstáculo que pueda surgir para el tratamiento efectivo", explicó el Dr. Glen Elliott, psiquiatra principal y director médico del Consejo de Salud Infantil de Palo Alto, California.
Los hallazgos se publicaron en línea el 23 de marzo y aparecerán en la edición impresa de abril de la revista Pediatrics.
Los investigadores siguieron a 156 niños en un ámbito urbano durante un año después de que fueran remitidos a pruebas para el TDAH. Los niños se asignaron al azar a recibir la atención en colaboración estándar o la atención en colaboración mejorada.
Los gestores de la atención que administraron la atención mejorada recibieron entrenamiento en el programa de crianza positiva (Positive Parenting Program, Triple P), y en una técnica llamada entrevistas motivacionales. Las entrevistas motivacionales utilizan la empatía para fomentar una relación entre un gestor de atención y una familia, lo que ayuda a la familia a identificar lo que desea y a desarrollar la motivación para alcanzar esas metas, señaló Mayra Méndez, coordinadora del programa de discapacidades intelectuales y del desarrollo y de servicios de salud mental del Centro de Desarrollo del Niño y la Familia Providence Saint John's en Santa Mónica, California.
"Basadas en un método no confrontador, las entrevistas motivacionales se llevan a cabo en una atmósfera de aceptación, compasión e igualdad", anotó Méndez.
Los niños del estudio tenían entre 6 y 12 años, y no habían sido diagnosticados con TDAH al inicio del estudio, pero sus médicos de atención primaria habían recomendado pruebas. Al final, se encontró que el 40 por ciento tenían síntomas de TDAH que calificarían para un diagnóstico.
Tras un año, los niños en general mostraron mejoras en la hiperactividad, la impulsividad, la inatención y las habilidades sociales, lo que no resultó sorprendente, dijo Elliott.
"Incluso sin intervención, los niños con TDAH en general tienen menos síntomas con el tiempo", explicó Elliott. "Sin un grupo de 'control' [niños que no recibieran ninguna atención], es difícil saber qué tan grande fue el impacto que ambas intervenciones tuvieron sobre esa tendencia general".
Pero los investigadores reportaron que ocurrieron mejoras significativamente mayores en todas esas áreas en los niños que tenían síntomas que calificarían para un diagnóstico de TDAH y que recibieron la atención en colaboración mejorada, pero no entre los que recibieron la atención en colaboración pero que al final no tenían síntomas que calificarían para un diagnóstico de TDAH.
"El TDAH tiene tratamientos que se sabe que funcionan, pero solo si se aplican de forma constante", comentó Elliott.
Silverstein, el autor del estudio, explicó que tres factores pueden interferir con la capacidad de un niño de recibir un tratamiento con éxito. Incluyen la dificultad para cumplir con la terapia (por motivos económicos, familiares o de otro tipo; los problemas de salud mental de la madre; y otras afecciones que tenga el niño, como un trastorno negativista desafiante, depresión, ansiedad, discapacidades del aprendizaje o incluso un trastorno por estrés postraumático.
El método de atención en colaboración mejorada intentó ayudar con esos factores, contó Silverstein.
Una meta es reducir la "crianza coercitiva", un estilo que usa "métodos autoritarios, amenazantes, castigadores, los gritos y métodos no reflexivos para disciplinar a los niños", planteó Méndez.
"Es retroalimentación negativa por lo que se hizo mal, en lugar de retroalimentación positiva cuando los niños hacen las cosas bien", añadió Méndez. "Muchas evidencias muestran que es efectivo a corto plazo, pero contraproducente a largo plazo".
Silverstein sospecha que los niños con síntomas de TDAH que recibieron la atención en colaboración mejorada experimentaron más mejora porque la familia pudo cumplir más con las terapias que trataban la afección del niño.
"Las entrevistas motivacionales son una forma de comunicación inherentemente centrada en el paciente o la familia", señaló Silverstein. "Si se hace bien, permite a los pacientes o a sus padres reflexionar sobre sus propias conductas de salud desde una posición de empoderamiento y sin juicios, y fomenta la confianza entre la familia y el equipo de atención", añadió.
"En este caso, este tipo de estilo de comunicación quizá haya comenzado una cascada de eventos que abrió la puerta a una mayor receptividad a los medicamentos para el TDAH, o al compromiso con los consejos de crianza ofrecidos con la Triple P", sugirió Silverstein.
"Tengo la esperanza de que si los beneficios que demostramos se sostengan en investigaciones futuras, las compañías de seguros decidirán pagar por esto, dado que sabemos que los niños con síntomas de TDAH que no están bajo control sufren más lesiones, tienen más interacción con el sistema de atención sanitaria y tienden a meterse en problemas en la escuela", dijo Silverstein.
Además, la mayoría de componentes para la atención en colaboración mejorada ya existen en muchas comunidades, afirmó. "Creo que el problema será unir todos esos componentes en un sistema de atención coordinada".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Michael Silverstein, M.D., M.P.H., department of pediatrics, Boston University School of Medicine; Mayra Mendez, Ph.D., program coordinator, intellectual and developmental disabilities and mental health services, Providence Saint John's Child and Family Development Center, Santa Monica, Calif.; Glen Elliott, Ph.D., M.D., chief psychiatrist and medical director, Children's Health Council, Palo Alto, Calif.; April 2015, Pediatrics
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