PUBLICADO EN 'BIOMEDICAL OPTICAL EXPRESS'
Tecnología espacial para reducir la ceguera por degeneración macular
JANO.es · 13 marzo 2015 11:40
Investigadores del la Universidad de Murcia desarrollan minitelescopios que se implantan en 10 minutos y sin necesidad de suturas.
Miles de afectados por degeneración macular asociada a la edad (DME) podrán volver a conducir, leer, ver la televisión y reconocer caras gracias al último avance óptico creado por el Laboratorio de Óptica de la Universidad de Murcia (LOUM). El equipo de investigación que dirige Pablo Artal, catedrático de Óptica y reconocido experto mundial en óptica adaptativa, se ha servido de tecnología propia de los telescopios espaciales para crear unas lentes intraoculares capaces de disminuir la pérdida de visión progresiva e irreversible que padecen los afectados por este grave trastorno ocular.
La degeneración macular asociada a la edad es la primera causa de ceguera en mayores de 55 años en países occidentales, con más de 25 millones de enfermos en todo el mundo. El paciente pierde la visión central al dañarse los vasos sanguíneos que irrigan la mácula, una zona de la retina que se encarga de que nuestra vista sea más nítida y pueda apreciar los detalles.Los enfermos con DME en fase aguda estaban condenados a la ceguera al no existir un tratamiento farmacológico ni quirúrgico eficaz y seguro. Hasta hoy.
La revista Biomedical Optical Express describe en su último número el avance tecnológico que el equipo de investigación del físico Pablo Artal ha desarrollado para obtener los minitelescopios en estrecha colaboración con el doctor Bobby Qureshi, director y fundador del célebre London Eye Hospital, Reino Unido.
El propósito de este afamado oftalmólogo era intervenir a los afectados por DME utilizando el mismo tipo de microcirugía que se emplea en la operación de cataratas.Estos minitelescopios iolAMD se implantan en 10 minutos y sin necesidad de suturas, ya que son los primeros fabricados con un material flexible.
Inspirados por Galileo
"Nos inspiramos en el primer telescopio que construyó Galileo Galilei en 1609 para demostrar que la Tierra giraba alrededor del Sol. Es un telescopio de refracción, con una lente positiva y otra negativa. A partir de ahí resolvimos los problemas que presentaban otros procedimientos ópticos fallidos para tratar la DME que también reproducen el telescopio de Galileo", dice Artal.
La principal ventaja –añade– "es que nuestras lentes están fabricadas con un material flexible, que se inyecta en el ojo a través de una incisión tan pequeña que no requiere de suturas, lo que reduce considerablemente el riesgo de infección y las complicaciones posoperatorias. Es como dar el salto de una operación a corazón abierto a un corte del tamaño de la ranura de un cerradura,
Otra de las innovaciones que convierten a estos minitelescopios en un prometedor tratamiento consiste en la aplicación de ópticas modificadas. El profesor Artal precisa que "las lentes iolAMD desplazan la visión del paciente hacia el área periférica del ojo, evitando así la zona central dañada.
De esta forma, el paciente controla su visión sin necesidad de girar bruscamente la cabeza cada vez que enfoca un objeto y, además, el diseño óptico avanzado soluciona graves problemas de adaptación a las particularidades que posee cada ojo", detalla el profesor Artal.
En la actualidad se están realizado ensayos clínicos en más de 200 pacientes del Reino Unido, Alemania e Italia. Los receptores de estos innovadores minitelescopios han experimentado una mejora de la visión de entre un 20 y un 40%, de acuerdo a los datos preliminares que maneja el London Eye Hospital.
El catedrático de Óptica de la UMU remarca que "no se trata de una cura, pero devolver ese porcentaje de visión a una persona con DME puede significar darle la oportunidad de volver a conducir o leer". No obstante, los resultados definitivos de dichos ensayos clínicos se validarán en breve con su publicación en acreditadas revistas científicas.
La degeneración macular asociada a la edad es la primera causa de ceguera en mayores de 55 años en países occidentales, con más de 25 millones de enfermos en todo el mundo. El paciente pierde la visión central al dañarse los vasos sanguíneos que irrigan la mácula, una zona de la retina que se encarga de que nuestra vista sea más nítida y pueda apreciar los detalles.Los enfermos con DME en fase aguda estaban condenados a la ceguera al no existir un tratamiento farmacológico ni quirúrgico eficaz y seguro. Hasta hoy.
La revista Biomedical Optical Express describe en su último número el avance tecnológico que el equipo de investigación del físico Pablo Artal ha desarrollado para obtener los minitelescopios en estrecha colaboración con el doctor Bobby Qureshi, director y fundador del célebre London Eye Hospital, Reino Unido.
El propósito de este afamado oftalmólogo era intervenir a los afectados por DME utilizando el mismo tipo de microcirugía que se emplea en la operación de cataratas.Estos minitelescopios iolAMD se implantan en 10 minutos y sin necesidad de suturas, ya que son los primeros fabricados con un material flexible.
Inspirados por Galileo
"Nos inspiramos en el primer telescopio que construyó Galileo Galilei en 1609 para demostrar que la Tierra giraba alrededor del Sol. Es un telescopio de refracción, con una lente positiva y otra negativa. A partir de ahí resolvimos los problemas que presentaban otros procedimientos ópticos fallidos para tratar la DME que también reproducen el telescopio de Galileo", dice Artal.
La principal ventaja –añade– "es que nuestras lentes están fabricadas con un material flexible, que se inyecta en el ojo a través de una incisión tan pequeña que no requiere de suturas, lo que reduce considerablemente el riesgo de infección y las complicaciones posoperatorias. Es como dar el salto de una operación a corazón abierto a un corte del tamaño de la ranura de un cerradura,
Otra de las innovaciones que convierten a estos minitelescopios en un prometedor tratamiento consiste en la aplicación de ópticas modificadas. El profesor Artal precisa que "las lentes iolAMD desplazan la visión del paciente hacia el área periférica del ojo, evitando así la zona central dañada.
De esta forma, el paciente controla su visión sin necesidad de girar bruscamente la cabeza cada vez que enfoca un objeto y, además, el diseño óptico avanzado soluciona graves problemas de adaptación a las particularidades que posee cada ojo", detalla el profesor Artal.
En la actualidad se están realizado ensayos clínicos en más de 200 pacientes del Reino Unido, Alemania e Italia. Los receptores de estos innovadores minitelescopios han experimentado una mejora de la visión de entre un 20 y un 40%, de acuerdo a los datos preliminares que maneja el London Eye Hospital.
El catedrático de Óptica de la UMU remarca que "no se trata de una cura, pero devolver ese porcentaje de visión a una persona con DME puede significar darle la oportunidad de volver a conducir o leer". No obstante, los resultados definitivos de dichos ensayos clínicos se validarán en breve con su publicación en acreditadas revistas científicas.
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