miércoles, 2 de septiembre de 2015

Hemorragia cerebral: controlar la hipertensión evita recurrencias - DiarioMedico.com

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ESTUDIO EN 'JAMA'

Hemorragia cerebral: controlar la hipertensión evita recurrencias

Tras sufrir un ictus hemorrágico, controlar la presión arterial puede evitar nuevos episodios, según concluye un estudio en JAMA.
Redacción   |  02/09/2015 00:04
 
 

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Los pacientes que han sufrido una hemorragia intracerebral cuya presión arterial no se ha controlado de forma adecuada tras el ictus tienen mayor riesgo de recurrencia de padecer un nuevo accidente cerebrovascular. Además, la recurrencia será peor cuanto más grave sea la hipertensión, según muestra hoy un estudio en The Journal of American Medical Association (JAMA).
La hemorragia intracerebral, una de las formas del ictus más graves y con peor tratamiento, es responsable de casi un 50 por ciento de la enfermedad y de las muertes asociadas a los accidentes cerebrovasculares.
Los pacientes que han sobrevivido a una hemorragia cerebral tienen un riesgo elevado de que se repita. En estudios previos se ha sugerido que controlar la hipertensión tras un ictus hemorrágico reduciría la incidencia de recurrencias.
Para comprobarlo, el grupo de Jonathan Rosand, del Hospital General de Massachusetts (Boston), ha analizado si un control ajustado de la presión arterial influiría en la recurrencia de la hemorragia intracerebral lobular o en la no lobular.
Así, estos investigadores han realizado un estudio sobre 1.145 pacientes que sufrieron un ictus hemorrágico y sobrevivieron al menos 90 días: los enfermos fueron seguidos desde diciembre de 2013, una media de 37 meses. A los 3, 6 y 12 meses, se registraron las medidas de presión arterial de estos enfermos, tanto por ellos mismos como por el personal médico. Después, se comprobó la tensión cada 6 meses.
Entre los 505 supervivientes de la hemorragia lobular, se produjeron 102 recurrencias; de los 640 supervivientes al ictus hemorrágico no lobular, se registraron 44 nuevos episodios.
En ambos grupos, las recurrencias fueron mayores entre los pacientes que mostraron un control de la presión arterial inadecuado, comparados con los enfermos en los que sí se controló bien.
Además, la gravedad del ictus se asoció directamente con la de la hipertensión.
También se relacionó un nivel inadecuado de la presión sistólica con un aumento del riesgo de ambas recurrencias, tanto de ictus lobulares como no lobulares. En cambio, la diastólica se vinculaba a la recurrencia no lobular, pero no a la lobular.
"Estos resultados confirman que los supervivientes de ictus hemorrágicos cerebrales tienen un alto riesgo de recurrencia y apoyan la hipótesis de que hay que realizar un control agresivo de la presión arterial para reducir el riesgo de forma sustancial", escriben los autores.

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