presencia y progresión del aneurisma de la aorta abdominal (AAA). En la investigación, dirigida por Sala y que ha contado con la colaboración de científicos de la Universidad de Odense, en Dinamarca, se analizaron los niveles circulantes de diferentes ácidos grasos (omega-3 y omega-6) en 500 sujetos asintomáticos diagnosticados con el aneurisma y a los que se siguieron durante cinco años.
Los resultados se han publicado en The Journal of the American Heart Association.El aneurisma de la aorta abdominal puede progresar hasta que se produce la rotura de la arteria, dando lugar al 1-2 por ciento de mortalidad. En la actualidad no existen tratamientos farmacológicos que ayuden a prevenir su progresión, siendo la intervención quirúrgica, cuando el aneurimsa es mayor de 5-5,5 centímetros, la única alternativa terapéutica. "Por lo tanto, la búsqueda de biomarcadores circulantes que ayuden en el diagnóstico y/o pronóstico de la enfermedad es de máximo interés", explica Aleix Sala.
En este estudio, los autores han demostrado que los niveles circulantes de ácido araquidónico (un ácido omega-6 que puede dar lugar a mediadores lipídicos proinflamatorios perjudiciales para la pared arterial) estaban aumentados en pacientes con aneurisma de aorta abdominal con respecto a los observados en sujetos sanos.
Cuando se analizó su asociación con la progresión de la enfermedad, se observó que aquellos pacientes con niveles incrementados de ácido araquidónico presentaban una mayor progresión del aneurisma tras cinco años de seguimiento. No se observaron diferencias en los niveles de omega-3 posiblemente debido a que todos los participantes del estudio (pacientes y controles) superaban ampliamente el dintel protector del pescado azul, que es de dos raciones semanales. Por lo tanto, "los resultados de este estudio podrían indicar que los niveles circulantes del ácido araquidónico son un nuevo biomarcador diagnóstico y pronóstico de aneurisma de aorta abdominal" indica Sala. Asimismo, la inhibición terapéutica de este sistema podría ser una nueva diana terapéutica, como así se ha demostrado ya en modelos animales.
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