Un 50 por ciento de las personas tiene un síncope a lo largo de su vida, siendo el tipo más común es el vasovagal, comúnmente conocido como desmayo (el que desencadena el miedo o la visión de sangre, por ejemplo). Este domingo tuvo lugar la presentación de la nueva guía clínica de síncope de la
Sociedad Europea de Cardiología (ESC) durante el congreso de la Asociación Europea de Ritmo Cardíaco (EHRA), en Barcelona. Ángel Moya, cardiólogo especialista en electrofisiología del Hospital Universitario Dexeus ha sido el encargado de realizar la presentación junto a otros miembros del grupo internacional de trabajo y el presidente de la EHRA, Jeroen Bax.
El desafío es identificar a la minoría de pacientes cuyo síncope es causado por un problema cardíaco potencialmente mortal. Las directrices recomiendan un nuevo algoritmo para los departamentos de urgencias para estratificar a los pacientes y dar de alta a aquellos con bajo riesgo. Los pacientes con riesgo intermedio o alto deben recibir pruebas de diagnóstico en el departamento de emergencia o en una clínica de síncope ambulatorio.
La mayoría de veces, el síncope no aumenta el riesgo de muerte, pero puede causar lesiones debido a caídas o ser peligroso en ciertas ocupaciones. Las pautas brindan recomendaciones sobre cómo prevenir el síncope, que incluyen mantenerse hidratado, evitar entornos de hacinamiento, tensar los músculos y acostarse. Se brinda asesoramiento sobre la conducción de pacientes con síncope, aunque el riesgo de accidentes es bajo.
El documento enfatiza el valor de la grabación de video en el hospital o en el hogar para mejorar el diagnóstico. Recomienda que amigos y familiares usen sus smartphones para filmar el ataque y la recuperación.
Ángel Moya, coautor de la guía, ha afirmado que "hay pistas clínicas, como la duración de la pérdida de conciencia, si los ojos del paciente están abiertos o cerrados, y los movimientos bruscos, que pueden ayudar a distinguir entre el síncope, la epilepsia u otras condiciones".
Otra herramienta de diagnóstico es el registrador de bucle implantable, un pequeño dispositivo insertado de bajo de la piel del pecho que registra las señales eléctricas del corazón. La guía recomienda extender su uso para el diagnóstico en pacientes con caídas inexplicables, sospecha de epilepsia o episodios recurrentes de síncope inexplicado y bajo riesgo de muerte súbita cardíaca. Se ha agregado una nueva sección a las pautas con instrucciones prácticas para los médicos sobre cómo realizar e interpretar las pruebas de diagnóstico.
El profesor Michele Brignole, también coautor de la guía, ha explicado que "el equipo que preparó las directrices fue verdaderamente multidisciplinario. A una minoría de cardiólogos se unieron expertos en medicina de emergencia, medicina interna y fisiología, neurología y enfermedades autónomas, medicina geriátrica y enfermería".
"El síncope es muy común y generalmente no pone en peligro la vida", ha asegurado Moya. "Ahora tenemos más herramientas para ayudarnos a aclarar el diagnóstico y la causa del síncope, de modo que los pacientes con formas benignas puedan ser tranquilizados y aquellos en riesgo de muerte súbita cardíaca puedan recibir tratamiento".
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