"Al restaurar la sensación intuitiva del movimiento de las extremidades, la sensación de abrir y cerrar la mano, podemos difuminar la frontera entre lo que los cerebros de los pacientes perciben como 'yo' frente a 'máquina'", expone Marasco. "Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para mejorar las interacciones del hombre con la máquina y nos acercan más que nunca a lograr en las personas amputadas una restauración completa de la función natural del brazo".
El equipo empleó pequeños robots con los que hacían vibrar músculos específicos para "activar" la sensación de movimiento de los pacientes, permitiéndoles sentir que sus dedos y manos se estaban moviendo y que eran una parte integrada de su propio cuerpo. De esta forma, los individuos estudiados podían realizar tareas complejas igual que personas sin prótesis.
En total, estudiaron a seis pacientes que previamente habían sido sometidos a reinervación nerviosa dirigida, un procedimiento que establece una interfaz neuronal-máquina al redirigir los nervios amputados a los músculos remanentes. Cuando hacían vibrar los músculos reinervados para proporcionar un movimiento ilusorio, no solo sentían que se movían sus extremidades ausentes, sino que podían usar esas sensaciones para manipular intencionalmente sus prótesis y guiarlas de forma precisa.
En el futuro, el equipo de investigación está explorando cómo emplear estas técnicas en pacientes que han perdido una pierna, así como en aquellos que presentan una inhibición en la sensación de movimiento debido a otras alteraciones, como un accidente cerebrovascular. También están trabajando para perfeccionar el sistema en una prótesis que pueda emplearse de forma diaria.
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