martes, 4 de septiembre de 2018

Retomar la medicación preventiva del asma antes de empezar el colegio reduce las crisis en otoño

Las crisis asmáticas aumentan con el inicio del curso escolar

Retomar la medicación preventiva del asma antes de empezar el colegio reduce las crisis en otoño

·                    Los pediatras alergólogos suspenden o reducen el tratamiento del asma durante el verano en niños con bajo riesgo en esta época
                                                  
·                    El punto máximo de exacerbaciones de asma en niños en edad escolar tiene lugar a principios de otoño, según un estudio

Madrid, 4 de septiembre de 2018. Volver a tomar la medicación preventiva tras la vuelta de las vacaciones puede contribuir a reducir el riesgo de crisis asmática en las primeras semanas del curso escolar, según advierte la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP). Por ello, la SEICAP aconseja que aquellos niños cuyo pediatra alergólogo haya recomendado reducir o suspender el tratamiento preventivo durante el verano no olviden retomarlo unas dos semanas antes de que comience el colegio.

Una recopilación de estudios realizada por The Cochrane Database of systematic reviews confirma que el tratamiento estacional del asma entre cuatro y seis semanas antes del regreso al colegio puede reducir las exacerbaciones de asma durante el otoño.  “El verano suele ser una época de bajo riesgo para la mayoría de niños asmáticos, por lo que en muchos casos los pediatras alergólogos optamos por suspender o disminuir la medicación preventiva”, señala el doctor Jaime Lozano, miembro del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria y Asma de la SEICAP.  Sin embargo, añade, “es importante no olvidar retomarla a la vuelta de las vacaciones y antes de comenzar el curso para que sus bronquios puedan estar preparados ante los estímulos que les van a llegar y que pueden ocasionarles una crisis”.

Uno de cada diez niños en edad escolar tiene asma, según datos de SEICAP. “Con el comienzo del curso estos menores entran en contacto de nuevo con otros compañeros, lo que suele traducirse en un incremento de las infecciones respiratorias, una mayor exposición a los ácaros de polvo y más posibilidades de cambios de temperatura y humedad, que son propios del mes de septiembre”, afirma el doctor Lozano. Como consecuencia, las visitas a urgencias y las hospitalizaciones aumentan con respecto al verano como consecuencia de un incremento de las crisis asmáticas debidas a estos factores. De hecho, otro estudio publicado en BioMed Research International concluye que el punto máximo de exacerbaciones de asma en niños en edad escolar tiene lugar a principios de otoño y en primavera.

Tratamiento preventivo para el asma
El tratamiento preventivo se conoce también como tratamiento de mantenimiento, profiláctico o continuo, entre otros, y se utiliza cuando el niño padece síntomas de asma u otras alergias de forma repetida o grave. “En el caso del asma, consistirá principalmente en corticoides inhalados y su objetivo es evitar la sintomatología o hacerla lo más leve y menos frecuente posible, para reducir las posibilidades de sufrir una crisis y no tener que recurrir a la medicación de rescate”, explica la doctora Cristina Ortega Casanueva, miembro del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria y Asma de SEICAP. De esta manera, el niño podrá desarrollar sus actividades habituales con más facilidad: “tendrá más tolerancia al ejercicio físico, dormirá mejor, acudirá menos al médico, tendrá menos absentismo escolar, y, por lo general, mejorará su calidad de vida, al incrementar también su confianza y autoestima”, sostiene.

Como su efecto máximo es lento en aparecer, se recomienda retomarla con antelación al inicio del curso escolar. Lo habitual es que se utilice durante largos períodos de tiempo, meses o años. Sin embargo, “será el pediatra alergólogo el que determine la conveniencia del mismo tras valorar la intensidad de los síntomas, su frecuencia, duración, la posibilidad de complicaciones, la repercusión en sus actividades, el estado del niño en períodos entre agudizaciones, la evolución, pruebas o análisis, etc”, concluye.

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