Tratamiento del cáncer de tiroides infantil (PDQ®)–Versión para pacientes
SECCIONES
- Información general sobre el cáncer de tiroides infantil
- Estadios del cáncer de tiroides
- Cáncer de tiroides infantil recidivante
- Aspectos generales de las opciones de tratamiento
- Opciones de tratamiento para el cáncer de tiroides infantil
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Información general sobre el cáncer de tiroides infantil
PUNTOS IMPORTANTES
- El cáncer de tiroides es una enfermedad por la que se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos de la glándula tiroidea.
- Los nódulos tiroideos son adenomas o carcinomas.
- Los nódulos tiroideos a veces se encuentran durante un examen médico de rutina y, por lo general, no son cancerosos.
- Estar expuesto a la radiación o tener determinados síndromes genéticos afectan el riesgo de tener cáncer de tiroides.
- A veces el cáncer de tiroides medular lo causa un cambio en un gen que pasa de padres a hijos.
- Los signos de cáncer de tiroides incluyen hinchazón o bulto en el cuello.
- Para detectar (encontrar) un cáncer de tiroides se utilizan pruebas para examinar la tiroides, el cuello y la sangre.
- Ciertos factores afectan el pronóstico (probabilidad de recuperación).
El cáncer de tiroides es una enfermedad por la que se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos de la glándula tiroidea.
La tiroides es una glándula ubicada en la base de la garganta cerca de la tráquea. Tiene forma de mariposa con un lóbulo derecho y un lóbulo izquierdo. El istmo es un trozo delgado de tejido que conecta los dos lóbulos. Por lo general, la tiroides no se puede sentir a través de la piel.
La tiroides usa yodo, un mineral presente en algunos alimentos y en la sal yodada, para elaborar varias hormonas. Las hormonas tiroideas cumplen las siguientes funciones:
- Controlan la frecuencia cardíaca, la temperatura del cuerpo y la rapidez con la que los alimentos se convierten en energía (metabolismo).
- Controlan la cantidad de calcio en la sangre.
Los nódulos tiroideos son adenomas o carcinomas.
Hay dos tipos de nódulos tiroideos:
- Adenomas: los adenomas pueden crecer mucho y, a veces, producen hormonas. Los adenomas no son cancerosos, pero en pocas ocasiones se vuelven malignos (cáncer) y se diseminan a los pulmones o los ganglios linfáticos del cuello.
- Carcinomas: hay tres tipos principales de carcinoma de tiroides infantil.
- Papilar. El carcinoma de tiroides papilar es el tipo más común de cáncer de tiroides infantil. A menudo se disemina a los ganglios linfáticos y, en ocasiones, se disemina a los pulmones. El pronóstico (probabilidad de recuperación) es muy bueno para la mayoría de los pacientes.
- Folicular. El carcinoma de tiroides folicular se suele diseminar al hueso y el pulmón. A veces se hereda (pasa de padres a hijos). El pronóstico es muy bueno para la mayoría de los pacientes.
- Medular. El carcinoma de tiroides medular quizá se haya diseminado a otras partes del cuerpo en el momento del diagnóstico. En la mayoría de los casos, se presenta en los niños menores de 4 años y suele ser hereditario. El pronóstico depende del tamaño del tumor en el momento del diagnóstico.
El cáncer de tiroides papilar y folicular también se llama cáncer de tiroides diferenciado. El cáncer de tiroides medular y el cáncer de tiroides anaplásico también se llaman cáncer de tiroides poco diferenciado o indiferenciado. El cáncer de tiroides anaplásico es muy poco frecuente en los niños y no se describe en este sumario.
Los nódulos tiroideos a veces se encuentran durante un examen médico de rutina y, por lo general, no son cancerosos.
Es posible que el médico encuentre un bulto (nódulo) en la glándula tiroidea de su niño durante un examen médico de rutina. Un nódulo tiroideo es la multiplicación anormal de células tiroideas en la tiroides. Los nódulos pueden ser sólidos o estar llenos de líquido.
Cuando se encuentra un nódulo tiroideo, a menudo se utilizan una ecografía de la tiroides y una biopsia por aspiración con aguja fina para determinar si hay signos de cáncer. También se hacen análisis de sangre para medir las concentraciones de hormona tiroidea y de anticuerpos contra la tiroides. Esto sirve para verificar si hay otros tipos de enfermedades de la tiroides.
Por lo general, los nódulos tiroideos no causan síntomas ni necesitan tratamiento. A veces, los nódulos tiroideos se agrandan tanto que es difícil tragar o respirar; en estos casos, se hacen más pruebas y se deben tratar. Solo uno de cada cinco nódulos tiroideos se convierte en cáncer.
Estar expuesto a la radiación o tener determinados síndromes genéticos afectan el riesgo de tener cáncer de tiroides.
Cualquier cosa que aumenta la probabilidad de tener una enfermedad se llama factor de riesgo. La presencia de un factor de riesgo no significa que enfermará de cáncer; pero la ausencia de factores de riesgo tampoco significa que no enfermará de cáncer. Consulte con el médico si piensa que su niño está en riesgo.
Los factores de riesgo de cáncer de tiroides son los siguientes:
- Estar expuesto a la radiación, como un tratamiento con radiación dirigida al cuello o la radiación de una bomba atómica.
- Tener ciertos síndromes genéticos, como los siguientes:
- Síndrome de neoplasia endocrina múltiple de tipo 2A (NEM2A).
- Síndrome de neoplasia endocrina múltiple de tipo 2B (NEM2B).
- Poliposis relacionada con el gen APC.
- Síndrome DICER1 .
- Complejo de Carney.
- Síndrome de tumor hamartomatoso con mutación en el gen PTEN .
- Síndrome de Werner.
A veces el cáncer de tiroides medular lo causa un cambio en un gen que pasa de padres a hijos.
Los genes de las células contienen la información hereditaria que pasa de padres a hijos. Es posible que cierto cambio en el gen RET que pasa de padres a hijos (heredado) cause el cáncer de tiroides medular.
Hay una prueba genética que se usa para detectar este cambio. Primero se hace la prueba en el paciente para determinar si tiene el cambio en el gen. Si el paciente lo tiene, entonces otros familiares también pueden hacerse la prueba para saber si tienen un riesgo alto de cáncer de tiroides medular. Los familiares, incluso los niños de corta edad, que presentan el cambio en el gen se pueden someter a una tiroidectomía (cirugía para extirpar la tiroides). Esta cirugía disminuye la posibilidad de que se forme un cáncer de tiroides medular.
Los signos de cáncer de tiroides incluyen hinchazón o bulto en el cuello.
A veces, los tumores de tiroides no causan signos ni síntomas. Estos y otros signos y síntomas pueden obedecer a un cáncer de tiroides o a otras afecciones.
Consulte con el médico si su niño presenta alguno de los signos y síntomas siguientes:
- Una masa en el cuello.
- Una masa indolora cerca de la clavícula.
- Dificultad para respirar.
- Dificultad para tragar.
- Ronquera o cambio en la voz.
- Hipertiroidismo (latidos cardíacos irregulares, temblores, pérdida de peso, dificultad para dormir, evacuaciones intestinales frecuentes y sudoración).
Para detectar (encontrar) un cáncer de tiroides se utilizan pruebas para examinar la tiroides, el cuello y la sangre.
Es posible que se usen las siguientes pruebas y procedimientos:
- Examen físico y antecedentes: examen del cuerpo para revisar el estado general de salud e identificar cualquier signo de enfermedad, como bultos (nódulos) o hinchazón en el cuello, la laringe y los ganglios linfáticos; además, se busca cualquier otra cosa que parezca anormal. También se toman datos sobre los hábitos de salud y los antecedentes de enfermedades y tratamientos.
- Prueba del funcionamiento de la tiroides: examen de la sangre para determinar si hay concentraciones anormales de la hormona estimulante de la tiroides (TSH). La hipófisis en el cerebro elabora la TSH. Esta hormona estimula la liberación de la hormona tiroidea y controla la rapidez con la que crecen las células foliculares de la tiroides. A veces, también se analiza la sangre para determinar si hay concentraciones altas de calcitonina (una hormona elaborada por la tiroides que disminuye la cantidad de calcio en la sangre).
- Prueba de tiroglobulina: examen de la sangre para determinar la cantidad de tiroglobulina, una proteína elaborada por la glándula tiroidea. Las concentraciones de tiroglobulina son bajas o están ausentes cuando el funcionamiento de la tiroides es normal, pero pueden ser altas cuando hay un cáncer de tiroides u otras afecciones.
- Prueba del gen RET: prueba de laboratorio en la que se examina una muestra de sangre o tejido para detectar un cambio en el gen RET. Esta prueba se hace cuando se sospecha que un niño tiene cáncer de tiroides medular.
- Ecografía: procedimiento para el que se hacen rebotar ondas de sonido de alta energía (ultrasónicas) en los tejidos u órganos internos a fin de producir ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos del cuerpo que se llama ecograma. La imagen se puede imprimir para observar más tarde. Este procedimiento muestra el tamaño del nódulo tiroideo y si es sólido o es un quiste lleno de líquido. A veces, la ecografía se usa para guiar una biopsia por aspiración con aguja fina. Antes de la cirugía, se realiza una ecografía completa del cuello.
- Tomografía computarizada (TC): procedimiento para el que se toma una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo, como el cuello, desde ángulos diferentes. Las imágenes se crean con una computadora conectada a una máquina de rayos X. Se inyecta un tinte en una vena o se ingiere a fin de que los órganos o los tejidos se destaquen de forma más clara. Este procedimiento también se llama tomografía computadorizada, tomografía axial computarizada (TAC) o exploración por TAC.
- Biopsia por aspiración con aguja fina de la tiroides: extracción de tejido mediante una aguja fina. La aguja se introduce a través de la piel hasta la tiroides. Se extraen varias muestras de diferentes partes de la tiroides. Un patólogo examina las muestras de tejido al microscopio para detectar células cancerosas. Los pacientes deben exigir que las muestras de la biopsia las examine un patólogo con experiencia en el diagnóstico de cáncer de tiroides porque es difícil diagnosticar el tipo de cáncer de tiroides.
- Biopsia quirúrgica: extracción de un nódulo tiroideo o un lóbulo de la tiroides durante una cirugía para que un patólogo observe las células y tejidos al microscopio y verifique si hay signos de cáncer. Los pacientes deben exigir que las muestras de la biopsia las examine un patólogo con experiencia en el diagnóstico de cáncer de tiroides porque es difícil diagnosticar el tipo de cáncer de tiroides.
Ciertos factores afectan el pronóstico (probabilidad de recuperación).
El pronóstico (probabilidad de recuperación) depende de los siguientes aspectos:
- La edad del paciente en el momento del diagnóstico.
- El tipo de cáncer de tiroides.
- El tamaño del tumor.
- Si el tumor ya se diseminó a los ganglios linfáticos o a otras partes del cuerpo en el momento del diagnóstico.
- El estado general de salud del paciente.
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