sábado, 17 de agosto de 2019

Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez (PDQ®) 5/6 –Versión para pacientes - Instituto Nacional del Cáncer

Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez (PDQ®)–Versión para pacientes - Instituto Nacional del Cáncer

Instituto Nacional Del Cáncer

Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez (PDQ®)–Versión para pacientes

Sistema endocrino

PUNTOS IMPORTANTES

  • Glándula tiroidea
    • Los efectos tardíos en la tiroides es más probable que se presenten después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La radioterapia dirigida a la cabeza y el cuello aumenta el riesgo de efectos tardíos en la tiroides.
    • Es posible que los efectos tardíos que afectan la tiroides causen ciertos problemas de salud.
    • Los signos y síntomas de efectos tardíos en la tiroides dependen de si hay muy poca o demasiada hormona tiroidea en el cuerpo.
    • Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas en la tiroides, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.
  • Hipófisis
    • Los efectos tardíos en el sistema neuroendocrino a veces se presentan después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • El tratamiento que afecta el hipotálamo o la hipófisis aumenta el riesgo de efectos tardíos en el sistema neuroendocrino.
    • Los efectos tardíos que afectan el hipotálamo a veces causan ciertos problemas de salud.
    • Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en el sistema endocrino, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.
  • Testículos y ovarios
  • Síndrome metabólico
    • El síndrome metabólico es más probable que se presente después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La radioterapia aumenta el riesgo de síndrome metabólico
    • Para detectar (encontrar) y diagnosticar el síndrome metabólico se usan ciertas pruebas y procedimientos.
    • El síndrome metabólico a veces ocasiona enfermedad del corazón y los vasos sanguíneos, y diabetes.
  • Peso
    • La delgadez, el sobrepeso o la obesidad son efectos tardíos que a veces se presentan después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La radioterapia aumenta el riesgo de delgadez, sobrepeso u obesidad.
    • Para detectar (encontrar) y diagnosticar un cambio en el peso, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.


Glándula tiroidea

Los efectos tardíos en la tiroides es más probable que se presenten después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

El tratamiento de los siguientes cánceres infantiles, entre otros, a veces produce efectos tardíos en la tiroides:

La radioterapia dirigida a la cabeza y el cuello aumenta el riesgo de efectos tardíos en la tiroides.

El riesgo de efectos tardíos en la tiroides aumenta en los sobrevivientes de cáncer infantil después del tratamiento con cualquiera de los siguientes procedimientos:
El riesgo también aumenta para las mujeres, para los sobrevivientes de corta edad en el momento del tratamiento, para los sobrevivientes que recibieron dosis de radiación más altas y con el paso del tiempo después del diagnóstico y el tratamiento.

Es posible que los efectos tardíos que afectan la tiroides causen ciertos problemas de salud.

Entre los efectos tardíos en la tiroides y los problemas de salud relacionados, se incluyen los siguientes:
  • Hipotiroidismo (insuficiente hormona tiroidea): es el efecto tardío más común en la tiroides. Por lo habitual, se presenta entre 2 y 5 años después de terminar el tratamiento, pero a veces se presenta más tarde. Es más común en las niñas que en los niños.
  • Hipertiroidismo (demasiada hormona tiroidea): por lo habitual, se presenta entre 3 y 5 años después de terminar el tratamiento.
  • Bocio: (agrandamiento de la tiroides).
  • Nódulos en la tiroides: por lo habitual, aparecen 10 o más años después de terminar el tratamiento. Es más común en las niñas que en los niños. Estos crecimientos son benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Los signos y síntomas de efectos tardíos en la tiroides dependen de si hay muy poca o demasiada hormona tiroidea en el cuerpo.

Estos y otros signos y síntomas a veces se deben a efectos tardíos en la tiroides o a otras afecciones:
Hipotiroidismo (muy poca hormona tiroidea)
  • Sensación de cansancio o debilidad.
  • Más sensibilidad al frío.
  • Piel pálida, seca.
  • Cabello áspero y fino.
  • Uñas quebradizas.
  • Voz ronca.
  • Cara inflada.
  • Dolor y rigidez en los músculos y articulaciones.
  • Estreñimiento.
  • Ciclos menstruales más abundantes de lo normal.
  • Aumento de peso sin razón conocida.
  • Depresión o dificultad con la memoria o la capacidad de concentrarse.
En raras ocasiones, el hipotiroidismo no causa síntomas.
Hipertiroidismo (demasiada hormona tiroidea)
  • Sensación de nerviosismo, ansiedad o mal humor.
  • Dificultad para dormir.
  • Sensación de cansancio o debilidad.
  • Manos temblorosas.
  • Latidos cardíacos rápidos.
  • Piel roja y caliente que puede causar escozor.
  • Cabello fino y suave que se cae.
  • Movimientos intestinales frecuentes o de consistencia floja.
  • Pérdida de peso sin razón conocida.
Hable con el médico de su niño si presenta cualquiera de estos problemas.

Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas en la tiroides, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.

Las siguientes u otras pruebas y procedimientos se usan para detectar o diagnosticar efectos tardíos en la tiroides:
  • Examen físico y antecedentes: examen del cuerpo para revisar el estado general de salud, incluso nódulos o cualquier otra cosa que no parezca habitual. También se toman datos sobre los hábitos de salud del paciente, así como los antecedentes de enfermedades y los tratamientos aplicados en cada caso.
  • Estudios de las hormonas en la sangre: procedimientos para los que se examina una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas hormonas liberadas en la sangre por los órganos y tejidos del cuerpo. Una cantidad no habitual (más alta o más baja de lo normal) de una sustancia puede ser un signo de enfermedad en el órgano o tejido que la elabora. La sangre se puede examinar para determinar si hay concentraciones anormales de hormona estimulante de la tiroides (TSH) o tiroxina libre (T4).
  • Ecografía: procedimiento en el que se hacen rebotar ondas de sonido de alta energía (ultrasónicas) en los tejidos u órganos internos para producir ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos corporales que se llama ecograma. La imagen se puede imprimir para observarla más tarde. Este procedimiento puede mostrar el tamaño de la tiroides y si hay nódulos (masas) en la tiroides.
Consulte con el médico de su niño si es necesario someterlo a estas pruebas y procedimientos para determinar si hay signos de efectos tardíos en la tiroides. Si son necesarios, pregunte con qué frecuencia se deben realizar.

Hipófisis

Los efectos tardíos en el sistema neuroendocrino a veces se presentan después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

El sistema neuroendocrino se compone del sistema nervioso y el sistema endocrinofuncionando juntos.
Es posible que el tratamiento de este y otros cánceres infantiles cause efectos tardíos de tipo neuroendocrino:

El tratamiento que afecta el hipotálamo o la hipófisis aumenta el riesgo de efectos tardíos en el sistema neuroendocrino.

Los sobrevivientes de cáncer infantil tienen un aumento en el riesgo de presentar efectos tardíos en el sistema neuroendocrino. Estos efectos son causados por la radioterapia dirigida al cerebro en el área del hipotálamo. El hipotálamo controla la manera en que la hipófisis elabora hormonas y las libera hacia el torrente sanguíneo. La radioterapia se administra para tratar un cáncer cerca del hipotálamo o como irradiación corporal total (ICT) antes de un trasplante de células madre. Estos efectos también obedecen a una cirugía en el área del hipotálamo, la hipófisis o las cintillas ópticas.
Los sobrevivientes de cáncer infantil con efectos neuroendocrinos tardíos suelen tener concentraciones bajas de cualquiera de las siguientes hormonas elaboradas en la hipófisis y liberadas hacia la sangre:

Los efectos tardíos que afectan el hipotálamo a veces causan ciertos problemas de salud.

Los efectos tardíos en el sistema neuroendocrino y los problemas relacionados con la salud son los siguientes:
  • Deficiencia de la hormona del crecimiento: un efecto tardío común de la radioterapia dirigida al encéfalo en los sobrevivientes de cáncer infantil es la concentración baja de la hormona del crecimiento. Cuanta más alta haya sido la dosis de radiación y más tiempo haya transcurrido después del tratamiento, es mayor el riesgo de este efecto tardío. También quizás haya una concentración baja de la hormona del crecimiento en los sobrevivientes de LLA infantil y trasplante de células madre que recibieron radioterapia dirigida al encéfalo y la médula espinal, o quimioterapia.
    Una concentración baja de la hormona del crecimiento en la infancia produce en una estatura más baja que la normal. Si los huesos del niño no se han desarrollado completamente, es posible que las concentraciones bajas de la hormona del crecimiento se traten con terapia de reemplazo hormonal comenzando año después de terminado el tratamiento.
  • Deficiencia de adrenocorticotropina: una concentración baja de la hormona adrenocorticotrópica es un efecto tardío poco frecuente. Es posible que se presente en sobrevivientes de cáncer de encéfalo, sobrevivientes con concentraciones bajas de hormona del crecimiento o hipotiroidismo central, o después de recibir radioterapia dirigida al encéfalo.
    Los síntomas de deficiencia quizás no sean graves y pasen desapercibidos. Los signos y síntomas de deficiencia de adrenocorticotropina son los siguientes:
    Las concentraciones baja de adrenocorticotropina se pueden tratar con hidrocortisona.
  • Hiperprolactinemia: a veces se presenta una concentración alta de la hormona prolactina después de la administración de una dosis alta de radiación dirigida al encéfalo o una cirugía que afecta una parte de la hipófisis. Una concentración alta de prolactina suele causar los siguientes problemas:
    • Pubertad más tardía de lo normal para la edad.
    • Flujo de leche materna en una mujer que no está embarazada ni amamantando.
    • Períodos menstruales menos frecuentes o períodos menstruales con flujo muy ligero.
    • Sofocos (en mujeres).
    • Incapacidad de quedar embarazada.
    • Incapacidad de tener una erección necesaria para el coito.
    • Deseo sexual más bajo (en hombres y mujeres).
    • Osteopenia (densidad mineral baja).
    Algunas veces, no hay signos o síntomas. El tratamiento por lo general no es necesario.
  • Deficiencia de la hormona estimulante de la tiroides (hipotiroidismo central): con el tiempo, la concentración de hormona tiroidea baja lentamente después de la administración de radioterapia dirigida al encéfalo.
    A veces, no se perciben síntomas de deficiencia de la hormona estimulante de la tiroides. Las concentraciones bajas de hormona tiroidea quizás ocasionen un crecimiento lento y entrada demorada en la pubertad, así como otros síntomas. Es posible que una concentración baja de hormona tiroidea se trate con terapia de remplazo de la hormona tiroidea.
  • Deficiencia de hormona luteinizante o de hormona foliculoestimulante: las concentraciones bajas de estas hormonas a veces ocasionan diferentes problemas de salud. El tipo de problema depende de la dosis de radiación.
    Los sobrevivientes de cáncer infantil tratados con dosis bajas de radiación dirigida al encéfalo quizás presenten pubertad central precoz (afección que hace que la pubertad empiece antes de los 8 años en las niñas y de los 9 años en los niños). Esta afección se puede tratar con un agonista de la hormona liberadora de gonadotropina (HLGn) para demorar la pubertad y ayudar al crecimiento del niño. Es posible que la hidrocefaliatambién aumente el riesgo de este efecto tardío.
    Los niños sobrevivientes de cáncer que fueron tratados con dosis más altas de radiación dirigidas al encéfalo a veces tienen concentraciones bajas de la hormona luteinizante o la hormona foliculoestimulante. Es posible tratar esta afección con terapia de remplazo de la hormona sexual. La dosis dependerá de la edad y de si el niño alcanzó la pubertad.
  • Diabetes insípida central: la diabetes insípida central a veces obedece a concentraciones bajas de todas las hormonas elaboradas en la parte frontal de la hipófisis y liberadas a la sangre. Esto se puede presentar en los sobrevivientes de cáncer infantil que fueron tratados con cirugía en el área del hipotálamo o la hipófisis. Los signos y síntomas de la diabetes insípida central son los siguientes:
    • Producción de grande cantidades de orina o pañales especialmente húmedos.
    • Sensación de mucha sed.
    • Dolor de cabeza.
    • Dificultades para ver.
    • Desarrollo y crecimiento lentos.
    • Pérdida de peso sin razón conocida.
    El tratamiento incluye terapia de reemplazo hormonal con vasopresina, la hormona que controla la cantidad de orina que produce el cuerpo.

Para detectar (encontrar) y diagnosticar problemas de salud en el sistema endocrino, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.

Las siguientes pruebas y otros procedimientos adicionales se usan para detectar o diagnosticar efectos tardíos en la tiroides:
  • Examen físico y antecedentes: examen del cuerpo para revisar el estado general de salud, incluso examinar el corazón para determinar si hay signos de enfermedad como masas o cualquier otra cosa que no parezca habitual. También se toman datos sobre los hábitos de salud del paciente, así como los antecedentes de enfermedades y los tratamientos aplicados en cada caso.
  • Estudios bioquímicos de la sangre: procedimientos para los que se examina una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias, como la glucosa, que los órganos y los tejidos liberan en el cuerpo. Una cantidad anormal (mayor o menor que la normal) de una sustancia puede ser signo de enfermedad.
  • Estudios de las hormonas en la sangre: procedimientos para los que se examina una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas hormonas liberadas en la sangre por los órganos y tejidos del cuerpo. Una cantidad no habitual (más alta o más baja de lo normal) de una sustancia puede ser un signo de enfermedad en el órgano o tejido que la elabora. La sangre se puede examinar para determinar si hay concentraciones anormales de hormona foliculoestimulante, la hormona luteinizante, el estradiol, la testosterona, el cortisol o la tiroxina libre (T4).
  • Estudios del perfil de lípidos: procedimiento para los que se examina una muestra de sangre para medir las cantidades de triglicéridos, colesterol, y lipoproteínas de baja y alta densidad en el colesterol de la sangre.
Consulte con el médico de su niño si es necesario someterlo a estas pruebas y procedimientos para determinar si hay signos de efectos tardíos en el sistema neuroendocrino. Si son necesarios, pregunte con qué frecuencia se deben realizar.

Testículos y ovarios

Para información sobre los efectos tardíos en los testículos y los ovarios, consulte la sección de este sumario sobre Sistema reproductivo.

Síndrome metabólico

El síndrome metabólico es más probable que se presente después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

El síndrome metabólico es un conjunto de trastornos que incluyen tener mucha grasa alrededor del abdomen y por lo menos dos de los siguientes problemas:
  • Presión arterial alta.
  • Concentraciones altas de triglicéridos y concentraciones bajas de lipoproteína de densidad alta (LDA) en el colesterol de la sangre.
  • Concentraciones altas de glucosa (azúcar) en la sangre.
El tratamiento de los siguientes y otros cánceres infantiles a veces causa el síndrome metabólico en el futuro:
  • Leucemia linfoblástica aguda (LLA).
  • Cánceres tratados con un trasplante de células madre.
  • Cánceres tratados con radiación dirigida al abdomen, como el tumor de Wilms o el neuroblastoma.

La radioterapia aumenta el riesgo de síndrome metabólico

El riesgo de síndrome metabólico es posible que aumente en los niños sobrevivientes de cáncer luego de un tratamiento con cualquiera de los siguientes procedimientos:
  • Radioterapia dirigida al encéfalo o el abdomen.
  • Irradiación corporal total (ICT) como parte de un trasplante de células madre.

Para detectar (encontrar) y diagnosticar el síndrome metabólico se usan ciertas pruebas y procedimientos.

Estas y otras pruebas y procedimientos se usan para detectar o diagnosticar un síndrome metabólico:
  • Examen físico y antecedentes: examen del cuerpo para revisar el estado general de salud, incluso masas o cualquier otra cosa que no parezca habitual. También se toman datos sobre los hábitos de salud del paciente, así como los antecedentes de enfermedades y los tratamientos aplicados en cada caso.
  • Estudios bioquímicos de la sangre: procedimiento para el que se examina una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias, como la glucosa, que los órganos y tejidos liberan en el cuerpo. Una cantidad anormal (mayor o menor que la normal) de una sustancia puede ser signo de enfermedad en el órgano o el tejido que la elabora.
  • Estudios del perfil de lípidos: procedimiento para el que se examina una muestra de sangre para medir las cantidades de triglicéridos, colesterol y lipoproteínas de baja y alta densidad del colesterol en la sangre.
Consulte con el médico de su niño sobre si es necesario someterlo a estas pruebas y procedimientos para determinar si hay signos de síndrome metabólico. Si son necesarios, pregunte con qué frecuencia se deben realizar.

El síndrome metabólico a veces ocasiona enfermedad del corazón y los vasos sanguíneos, y diabetes.

El síndrome metabólico se relaciona con un aumento de riesgo de enfermedad cardíaca y de los vasos sanguíneos y diabetes. Los hábitos saludables que reducen estos riesgos son los siguientes:
  • Tener un peso saludable.
  • Tener una alimentación saludable para el corazón.
  • Hacer ejercicio con regularidad.
  • No fumar.

Peso

La delgadez, el sobrepeso o la obesidad son efectos tardíos que a veces se presentan después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

En ocasiones, el tratamiento de los siguientes y otros cánceres producen un cambio de peso:
  • Leucemia linfoblástica aguda (LLA).
  • Tumores de encéfalo, especialmente craneofaringiomas.
  • Cánceres tratados con radiación dirigida al encéfalo, incluso irradiación corporal total (ICT) como parte de un trasplante de células madre.

La radioterapia aumenta el riesgo de delgadez, sobrepeso u obesidad.

El riesgo de delgadez aumenta después del tratamiento con los siguientes procedimientos:
  • Irradiación corporal total (ICT) en mujeres.
  • Radioterapia dirigida al abdomen en hombres.
  • Ciertos tipos de quimioterapia (alquilantes y antraciclinas).
El riesgo de obesidad aumenta después del tratamiento con los siguientes procedimientos:
  • Radioterapia dirigida al encéfalo.
  • Cirugía que daña el hipotálamo o la hipófisis, como la cirugía para extirpar un craneofaringioma del encéfalo.
Los siguientes factores también aumentan el riesgo de obesidad:
  • Tener un diagnóstico de cáncer entre los 5 y 9 años.
  • Ser mujer.
  • Sufrir de deficiencia de hormona del crecimiento o concentraciones bajas de la hormona leptina.
  • No realizar suficiente actividad física para mantener un peso corporal saludable.
  • Tomar un antidepresivo que se llama paroxetina.
Los sobrevivientes de cáncer infantil que hacen suficiente ejercicio y tienen un grado normal de ansiedad tienen un menor riesgo de obesidad.

Para detectar (encontrar) y diagnosticar un cambio en el peso, se utilizan ciertas pruebas y procedimientos.

Para detectar (encontrar) o diagnosticar un cambio de peso, se usan las siguientes y otras pruebas y procedimientos:
  • Examen físico y antecedentes: examen del cuerpo para revisar el estado general de salud, incluso peso o cualquier otra cosa que no parezca habitual. También se toman datos sobre los hábitos de salud del paciente, así como los antecedentes de enfermedades y los tratamientos aplicados en cada caso.
  • Estudios bioquímicos de la sangre: procedimiento para el que se examina una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias, como la glucosa, que los órganos y tejidos liberan en el cuerpo. Una cantidad anormal (mayor o menor que la normal) de una sustancia puede ser signo de enfermedad.
  • Estudios del perfil de lípidos: procedimiento para el que se examina una muestra de sangre para medir las cantidades de triglicéridos, colesterol y lipoproteínas de baja y alta densidad en el colesterol en la sangre.
La delgadez, el sobrepeso o la obesidad se miden mediante el peso, el índice de masa corporal, el porcentaje de grasa corporal o el tamaño del abdomen (grasa abdominal).
Consulte con el médico de su niño si es necesario someterlo a estas pruebas y procedimientos para determinar si hay un cambio de peso. Si son necesarios, pregunte con qué frecuencia se deben realizar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario