domingo, 17 de mayo de 2020

Las 10 técnicas emergentes más prometedoras del momento | Observatorio de Bioética, UCV

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Observatorio de Bioética, UCV

Las 10 técnicas emergentes más prometedoras del momento


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Las 10 técnicas emergentes más prometedoras del momento
15 mayo
12:172020

Son tantos los avances científicos que se producen, algunos con objetivas implicaciones bioéticas, que resulta muy difícil, por no decir imposible, tener un adecuado conocimiento de ellos y seguir su evolución.

Por ello nos parece de gran utilidad el Informe publicado en Investigación y Ciencia, en su número de febrero de 2020, en el que se recoge, como en el título de este informe se indica, 10 técnicas emergentes, que, a juicio de un amplio panel de expertos científicos muy cualificados, se considera que son los que van a tener más proyección en los próximos años.
Ciertamente, como es obvio, no podemos hacer aquí una exhaustiva exposición de las mismas, pero sí referirnos muy brevemente a lo que nos parece más destacado de cada una de ellas.
  1. Bioplásticos para una economía circular. El poder utilizar bioplásticos biodegradables puede ayudar a solucionar el grave problema de los residuos que estos producen, que en 2014 fueron 311 millones de toneladas. Por ello, parece de gran interés el que se puedan desarrollar bioplásticos a base de celulosa y lignina, que al parecer resultan muy prometedores para resolver el problema que se comenta.
  2. Robots sociales. Los robots, están cada día más avanzados e irán ganando presencia en nuestra vida. Los avances en inteligencia artificial han hecho posible que se puedan trasladar conocimientos psicológicos y neurocientíficos a algoritmos que permitan a los robots reconocer voces, rostros y emociones; interpretar el habla y los gestos; responder a señales verbales y no verbales complejas; establecer contacto visual; hablar de forma natural y adaptarse a las necesidades de la gente, lo cual hará que se multipliquen y que lleguen a ser una compañía indispensable de todos nosotros.
  3. Lentes diminutas para minidispositivos, que podrían reemplazar al video en los componentes ópticos, lo que permitirá reducir sustancialmente su coste, cosa hasta ahora difícil de conseguir. Ello permitirá reducir considerablemente el precio de ordenadores y aparatos electrónicos.
  4. Fármacos que actúan sobre proteínas dúctiles, lo que abre nuevas vías para tratar graves enfermedades, entre ellas el cáncer, lo cual parece que se podrá conseguir entre los tres y cinco próximos años.
  5. Abonos inteligentes que reducen la contaminación ambiental. En realidad son abonos mejorados de elaboración controlada que podrán reducir la contaminación agrícola y contribuir decisivamente a poder alimentar a la creciente población mundial, al aumentar, sin contaminar sustancialmente, el rendimiento de los cultivos. Un aspecto positivo de este tipo de abonos es que son relativamente baratos, por lo que podrían llegar a ser una técnica de vanguardia que ayudará a los agricultores a aumentar de forma sensible su cosecha.
  6. Telepresencia colaborativa, que permitirá a los participantes en reuniones virtuales sentirse como si estuvieran en el mismo espacio físico, hasta el punto de poder sentir el roce de los demás. Ello podrá llevar una apariencia de realidad a las comunicaciones telemáticas haciendo que, por ejemplo, los profesionales de la salud, sean capaces de atender a sus pacientes a distancia como si estuvieran en la misma habitación, o a qué familias y amigos puedan juntarse en una acogedora estancia, aunque en realidad se encuentren en lugares distintos. Si bien la telepresencia colaborativa se halla en una fase incipiente, todo está listo para que despegue en un plazo de tres a cuatro años.
  7. Envasado y seguimiento avanzado de alimentos. Según la OMS 600 millones de personas sufren cada año algún tipo de intoxicación alimentaria y 420.000 de ellos mueren. Parece ser que ello es debido, entre otras cosas, a alteraciones que sufren desde que se producen hasta que se consumen. Para solventarlo parece que se quieren envases que puedan controlar las anomalías que puedan sufrir en la cadena de suministros, lo que permitiría a minoristas y restaurantes retirar de la circulación los productos contaminados casi de inmediato.
  8. Reactores nucleares más seguros. La controversia que suscitan los reactores nucleares, en parte es debida a los graves accidentes ocurridos en el pasado, pero este riesgo podría reducirse sustancialmente gracias al uso de innovadores combustibles y reactores. Además, los nuevos combustibles podrían aumentar la eficiencia de las centrales y abaratar los costes de la energía nuclear, lo que podría conducir a un resurgimiento de la energía nuclear.
  9. El ADN como disco duro. Cada vez se producen en el mundo más datos que hay que guardar, por lo que nos estamos enfrentando a un grave problema de almacenamiento que, según los expertos, no hará sino empeorar en el tiempo. Para solucionarlo se está tratando de desarrollar una alternativa a los discos duros consistente en el almacenamiento de datos en el ADN, pues éste puede almacenar una ingente cantidad de datos, muy superior a la de los actuales dispositivos electrónicos. Así, por ejemplo la bacteria Escherichia coli puede almacenar hasta 10 19 bits por centímetro cúbico. Además, el ADN tiene una increíble estabilidad por lo que garantiza la conservación de los datos por mucho más tiempo que los sistemas actuales.
  10. Almacenamiento de energía renovable a gran escala. La naturaleza intermitente de la producción de energía, aparte de fuentes renovables no hidroeléctricas obliga a almacenarla para dar continuidad a su uso. Durante décadas, el principal método para almacenar energía a gran escala ha sido el hidrobombeo, pero ahora parece que está siendo más eficiente acumular la energía producida en baterías de iones de litio, lo que hace pensar que esta forma de almacenamiento podría ser la dominante durante los cinco o diez próximos años (ver AQUÍ).
Desde un punto de vista bioético, es obvio que el uso de estas técnicas emergentes no plantean en algunos casos problemas éticos, pero en otros sí, por lo que parece de interés, para los que nos dedicamos a este campo del pensamiento, tener información actual y contrastada de los últimos avances científicos, para así ser sensibles a los problemas bioéticos que puedan presentarse y tratar de estudiar, e incluso si es posible, resolverlos.

Justo Aznar
Observatorio de Bioética
Instituto de Ciencias de la Vida
Universidad Católica de Valencia

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